El carbón deja paso a los olivos y la trufa blanca en Estercuel

La restauración de la mina que explotaba la Compañía General Minera en la localidad se basa en taludes de encina micorrizada con trufa y bancales de cultivos con proyección de futuro.

La mina Mi Viña, en Estercuel, en proceso de restauración
La mina Mi Viña, en Estercuel, en proceso de restauración
Aragonea

El cierre de las últimas minas de carbón en la provincia de Teruel cayó como un jarro de agua fría en las comarcas de tradición minera. Sin embargo, en Estercuel, las perspectivas de futuro para la mina Mi Viña, que cerró el pasado mes de diciembre, no son del todo negras, sino más bien verdes, y no precisamente en el mal sentido de la palabra. Si todo sale según los planes de la Compañía General Minera y de Aragonea, su asesoría medioambiental, de aquí a unos años los vecinos estarán recolectando trufa blanca y cultivando olivos y lavanda.

Y es que ahora que la labor extractiva ha terminado, diez personas siguen trabajando para devolver los terrenos al pueblo dentro de tres años en su estado "más natural posible" y, además, con el potencial de convertirse en un revulsivo económico para la zona.

Rafael Bernal, ingeniero medioambiental de Aragonea y encargado de la ejecución, habla con entusiasmo del proyecto. "Lo que se ha hecho en las otras minas de Teruel a la hora de restaurar es plantar pino solo porque agarra muy bien y es más barato. Nosotros estamos utilizando la encina, que es la vegetación potencial, la que habría estado en este entorno si no hubiese intervenido el hombre", cuenta. Al mismo tiempo, Bernal explica que es mucho más complicado que la encina agarre en el terreno y que por eso en la mina de Estercuel la están plantando micorrizada con trufa blanca: "Se la ponemos en la raíz y generamos una especie de simbiosis porque si muere el árbol muere el hongo, así que para evitarlo el hongo se encarga de absorber nutrientes y dárselos a la raíz, lo que mejora la germinación".

Cotos para la trufa y lavanda para cosméticos

Pero la apuesta no es solo medioambiental. La introducción de la trufa blanca en la zona también se ve como una apuesta de futuro. En Aragón la trufa blanca es rara porque no es tan propensa al cultivo como la negra, sino más natural. De forma que de aquí a quince años la trufa, además de haber ayudado a la germinación de la encina, se quedará en los montes de Estercuel como un recurso natural para cuya recolección el pueblo podría plantear cotos, igual que se ha hecho para las setas en muchas otras zonas de Aragón.

En el proyecto de restauración de Mi Viña, la encina servirá para repoblar las zonas taluzadas de la mina mientras que las abancaladas se están preparando para el cultivo del olivo y del lavandín, una subespecie de la lavanda muy demandada por el sector cosmético.

"Antes de que se construyese la mina este pueblo tenía una relieve muy abrupto y los vecinos se dedicaban a la ganadería y la agricultura de autosuficiencia con muchos bancales aterrazados. Luego se abrió la mina y sí, había trabajo para todos, pero ahora que se cierra lo que se intenta es dejar taludes lo más naturalizados posibles con la encina mientras que los bancales se plantean como un nuevo e importante recurso para el pueblo, dejando zonas muy llanas y grandes extensiones en las que se puedan plantar estas especies".

Una vez restaurada por completo la mina, de aquí a tres años, los terrenos revertirán al pueblo. Según ha informado el alcalde, Joaquín Lahoz, La Compañía General Minera ya se ha interesado por el posible alquiler de parte de ellos durante unos años como una vía para rentabilizar toda esta inversión. Desde Aragonea, Rafael Bernal explica que mientras un pino cuesta 1 euro (los plantados en otras restauraciones de minas de la zona), una encina micorrizada cuesta 6. Por otro lado, el alcalde cuenta que pese a los temores iniciales el paro no se ha incrementado en la zona tras el cierre de la mina en diciembre, pues de la quincena de vecinos que trabajaban en ella la mitad sigue trabajando en su restauración y la otra mitad se ha recolocado o trasladado a vivir a la ciudad.

Los avances

A día de hoy ya se ha hecho una prueba con 50 encinas micorrizadas con trufa blanca y el 80% han germinado bien, por lo que el año que viene se empezará a plantar en todos los taludes. Mientras tanto, se está abonando el suelo con estiércol que compran a granjas del entorno y plantando cereales de especies nitrófilas que van preparando y oxigenando el terreno para los cultivos que vendrán después.

Pero este plan no afecta a la totalidad de la mina. Una pequeña parte, la que pertenecía al término municipal de Cañizar del Olivar ya se ha clausurado con otro plan de restauración más sencillo porque el pueblo pidió dejarla como una amplia zona llana de bancal en la que instalar granjas avícolas.

La otra mina a cielo abierto que había en Estercuel, Corta Gargallo Oeste, pertenecía a Endesa y ya cerró en el año 2012. Su restauración terminó hace tres años y según anunció hace un mes el alcalde, ahora podría convertirse en una de las galerías de tiro más grandes de España gracias al interés de una empresa privada.

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