Los científicos alertan del aumento de los eventos extremos en el Pirineo

Investigadores que trabajan en el Parque Nacional de Ordesa, la mayoría en estudios sobre el cambio climático, dan a conocer los resultados en una jornada en Torla. 

Río Ara a su paso por Torla, con una importante riada por las fuertes lluvias que hay en el Pirineo Fuente
Río Ara a su paso por Torla, con una importante riada por las fuertes lluvias que hay en el Pirineo Fuente
Gerardo Cadena

El Parque Nacional de Ordesa es un gran laboratorio científico de 15.000 hectáreas donde cada año se autorizan numerosos proyectos de investigación, enfocados principalmente a analizar los efectos del cambio climático en los ecosistemas de montaña. El centro de interpretación de Torla ha acogido este jueves la jornada anual donde se exponen los resultados de algunos de los proyectos que se están desarrollando este año. 

"Los eventos extremos, como los episodios de grandes lluvias, serán más frecuentes en el futuro", ha advertido Juan Antonio Ballesteros, del Museo Nacional de Ciencias Naturales del CSIC, quien está estudiando cómo afecta el cambio climático a la hidrología y la geología de los Pirineos. 

Un ejemplo, ha explicado, es la riada de piedras ocurrida en 2021 en el valle de Pineta, que se llevó por delante el puente de La Larri. Pero también hay otros, como las crecidas espectaculares del río Ara, en noviembre pasado. A estos eventos se suman los cambios geomorfológicos, cuyo mayor exponente es el retroceso del glaciar de Monte Perdido, que en 170 años ha perdido el 88% de su superficie y cuya fragmentación, constatada definitivamente este año, acelerará su desaparición.   

"El incremento de temperaturas tiene una incidencia en estos desastres", ha comentado Ballesteros, refiriéndose al deshielo del permafrost, que provoca la fractura de las rocas, deslizamientos y desprendimientos de laderas. "No solo está pasando en los Alpes o el Himalaya, también en el Pirineo", y ha puesto como ejemplo el gran derrumbe de piedras que en mayo cerró la frontera del Portalet.

Las investigaciones realizadas van encaminadas a averiguar cómo se puede reducir ese cambio climático en regiones de montaña. "¿Tenemos el conocimiento suficiente para anticiparnos a estos eventos?", se ha preguntado este geólogo. En este sentido, está realizando un estudio sobre la frecuencia en la caída de rocas y participa en un proyecto piloto en Artous (al otro lado del Portalet) para la construcción de estructuras más sostenibles que frenen los desprendimientos.

Al mismo tiempo, los hielos tienen los días contados, y no solo por el retroceso de los glaciares. La investigadora del Instituto Pirenaico de Ecología Ana Moreno ha explicado que el 2023 es el año de mayor fusión de hielo en la cueva Sarrios 1 de los últimos 700 años.   

Jornadas de investigación celebradas este jueves en Torla.
Jornadas de investigación celebradas este jueves en Torla.
Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido

Ana Moreno, junto a Miguel Bartolomé, lleva años estudiando las cuevas heladas del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido como registros del cambio climático presente y pasado. Su trabajo acumula ya ocho años de monitorización de los hielos en varias cuevas, para intentar reconstruir la variación de temperatura y precipitaciones en los últimos 500 años.

La jornada la ha abierto la directora del Parque, Elena Villagrasa, y el primer ponente ha sido Luis Javier Lambán, del Instituto Geológico y Minero de España. Este ha dado a conocer los resultados preliminares del estudio sobre el impacto del cambio climático en los recursos hídricos del parque. La investigación ha constatado cómo el ascenso de la temperatura hará que paulatinamente haya menos precipitaciones en forma de nieve y disminuirá la recarga que garantiza los caudales que alimentan, por ejemplo, la cascada de la cola de Caballo en épocas de estiaje, perdiendo durante buena parte del año su esplendor.

La investigación del IGME realiza un seguimiento de las precipitaciones y las aguas superficiales y subterráneas para obtener series temporales, a través de un sistema de sensores instalados en el sistema de aguas subterráneas de Garcés, que va desde Marboré a Góriz para desembocar en la cascada de la Cola de Caballo. Este representa las entrañas del mayor macizo calcáreo de Europa, y esconde kilómetros de cavidades, ríos y grutas heladas. Esta investigación se inició en 2018, pero todavía supone una serie de años corta, ha señalado Lambán. Hay un nuevo proyecto Life para permitir seguir trabajando otros ocho años.  

A lo largo de la jornada se han conocido los resultados de otras investigaciones sobre acoplamiento de vegetación y clima, de Héctor Miranda, del IPE; y la dinámica forestal y la estructura del bosque y su resiliencia frente a la sequía, de Laura Hernández y Fernando Montes (Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria) y Miguel Ángel de Závala (Universidad de Alcalá de Henares).

Otras tres charlas versan sobre la población de diferentes especies, como los escarabéidos coprófagos, de José Ramón Verdú (Universidad de Alicante); la mariposa hormiguera oscura, de Fernando Jubete (Asociación de Naturalistas Palentinos); y el gato montés, a cargo de Pilar Jimeno y Nacho Gómez (Sarga).

 

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