​Un billete Kiev-Zaragoza, el mejor regalo en Navidad

La Asociación para la Infancia busca nuevas familias de acogida temporal de niños ucranianos para paliar las consecuencias del conflicto.

Despedida de los niños acogidos en Zaragoza este verano
​Un billete Kiev-Zaragoza, el mejor regalo en Navidad
m.f.

Las Navidades son de por sí fechas difíciles en los orfanatos, especialmente en los de Ucrania. El conflicto por el que pasa el país desde principios de año ha provocado la muerte de miles de personas y la escasez de comida y gas en las casas. Esta situación ha empujado a la Asociación Aragonesa para la Asistencia a la Infancia a buscar nuevas familias que se adhieran al programa de acogimiento temporal de niños ucranianos que se viene realizando en la Comunidad desde hace 17 años. 


Un centenar de familias acogen cada Navidad y cada verano a niños ucranianos procedentes de orfanatos o familias desestructuradas. Dos veces al año estas familias reciben y despiden a sus 'niños de acogida', aunque el último adiós, el pasado mes de agosto, fue más difícil de lo habitual. "Los meses que están aquí son para ellos un regalo, porque saben que cuando regresan lo hacen a un país en guerra", explica Eduardo Puente, presidente de la Asociación. 


Por ello, los responsables de la asociación se han puesto en marcha para conseguir, por primera vez desde que comenzó el programa, que nuevos niños sean acogidos para Navidad. "Ahora es más necesario que nunca porque los menores que vienen a la Comunidad se encuentran en una situación de emergencia", explica. 

Un proyecto que nació con Chernóbil


La emergencia fue precisamente la causa por la que se creó el proyecto de acogida temporal. El accidente de Chernóbil y la situación que originó llevó a las autoridades ucranianas a convocar en 1997 ayudas gubernamentales para que otros países acogieran durante unos meses a niños ucranianos y apartarlos así durante un tiempo de la zona de contaminación. Ese mismo año se creó esta asociación y tres familias aragonesas acogieron por primera vez a niños ucranianos. Los pruebas médicas comprobaron que gracias a esos meses en España, los jóvenes volvían más sanos.


Lo que comenzó como una medida de ayuda humanitaria se tornó con los años en una costumbre a la que se fueron adhiriendo más y más familias. 

Una nueva vida por unos días


La situación bélica por la que pasa a día de hoy Ucrania ha vuelto a encender las alarmas de la Asociación. "Hay 700.000 refugiados deambulando por Kiev de los que unos 50.000 son menores", explica Puente. La devaluación del grivna (moneda ucraniana) y la falta de recursos como el gas han empeorado aún más el panorama del invierno. "Los colegios llevan un mes dando clases los fines de semana con la previsión de cerrar los meses de diciembre y enero porque no van a poder hacer frente al frío", sostiene el responsable del proyecto. Según Puente, en los orfanatos, en los que afecta más si cabe la falta de recursos, aseguran que "si antes comían carne una vez a la semana ahora lo hacen una vez al mes. Vienen totalmente carentes de alimentación". 


Por ahora seis nuevas familias aragonesas se han sumado al programa aunque desde la asociación esperan que sean muchas más las que decidan acoger a uno de estos niños en Navidades. El plazo de inscrpción concluye el 12 de octubre, unos días antes de que el responsable del proyecto viaje a Ucrania para comprobar qué niños tienen unas mayores necesidades, y por lo tanto quiénes viajarán en diciembre a Aragón. 


Pueden contactar a través del correo alainfancia@gmail.com