La guerra de Ucrania ya se ha llevado casi mil vidas inocentes en Donetsk

Han muerto 951 personas y otras 1.748 han resultado heridas.

Nueve civiles han muerto este miércoles en Donetsk
La guerra de Ucrania ya se ha llevado casi mil vidas inocentes en Donetsk
Efe

La guerra de Ucrania se ha llevado en cuatro meses casi mil vidas de civiles inocentes sólo en la región oriental de Donetsk, al menos 43 en las últimas 24 horas, según datos oficiales ofrecidos este miércoles por el gobierno de esa región, leal a Kiev.


"Desde que se lleva el registro de las víctimas (...) han muerto 951 personas y otras 1.748 han resultados heridas", declaró en un comunicado el Departamento de Sanidad regional.


Otro millar de civiles, como poco, según la ONU, han muerto en la vecina región de Lugansk, donde en las últimas semanas han sido especialmente virulentos los combates entre las tropas ucranianas y los separatistas prorrusos, que según Kiev reciben cuantiosa ayuda militar de Rusia.


La ofensiva de las fuerzas ucranianas contra los últimos bastiones de los sublevados se torna más intensa a medida de que sus efectivos ganan terreno a los rebeldes, cuya resistencia es también cada vez más feroz y desesperada.


La escalada bélica se precipitó a mediados del pasado mes de julio, cuando el Gobierno de Kiev lanzó una gran ofensiva contra los separatistas tras recibir un decidido apoyo de Occidente.


Incluso las capitales europeas más reacias a presionar a Rusia, las mismas que más habían apostado por el diálogo entre Kiev y los prorrusos, perdieron la paciencia que les quedaba tras la muerte de casi 300 personas que iban en el vuelo MH17 de Malaysian Airlines, derribado en una zona controlada por los rebeldes.


Hace días que Lugansk, capital de la región homónima en la que vivían antes del conflicto 430.000 personas, vive una guerra urbana, con combates calle por calle, mientras que al menos 200.000 civiles que siguen en la ciudad se las apañan sin agua ni luz, y con serios problemas de abastecimiento de alimentos y medicinas.


Como todos los días, las autoridades de esa ciudad, arrasada durante semanas por fuego de artillería del que se culpan los dos bandos, informaron este miércoles de nuevos muertos y más edificios destruidos por la guerra.


Aunque el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania, Andréi Lisenko, informó de que "parte sustancial de la ciudad" ha sido recuperada por las tropas gubernamentales, los milicianos lo han desmentido y aseguran que las fuerzas de Kiev no logran entrar en el centro" de la capital regional.


Donetsk, la ciudad más grande del este rebelde de Ucrania y una de las más prósperas del país antes de la guerra, sigue poco a poco los pasos de Lugansk, con combates aislados en la periferia y cañoneo diario contra zonas residenciales.


Nueve civiles han muerto este miércoles en Donetsk bajo fuego de artillería y otros trece han resultado heridos, según las autoridades de la ciudad.


Desde hace tres días, los bandos enemigos se han enzarzado en una sanguinaria refriega por el control de Ilovaisk, una pequeña localidad de apenas 16.000 habitantes a unos 40 kilómetros al sureste de Donetsk.


Sólo en sus afueras, nueve combatientes ucranianos, miembros de los batallones de voluntarios "Donbass" y "Shajtiorsk", han perdido la vida en las últimas 24 horas.


Los distintos cuerpos militares que integran las fuerzas ucranianas han informado ya varias veces de la toma parcial, primero, y luego total de Ilovaisk, para enseguida desdecirse o reconocer que "los terroristas (como llaman en Kiev a las milicias prorrusas) no dejan de lanzar contraataques".


Pocas esperanzas de paz ofrecen tanto la propuesta condicionada de un alto el fuego de Kiev -hecha hace dos días tras la reunión en Berlín de los ministros de Exteriores de Ucrania, Rusia, Alemania y Francia-, como la cumbre en la que coincidirán la próxima semana en Minsk los presidentes ucraniano, Petró Poroshenko, y ruso, Vladímir Putin.


Los dos líderes acudirán a la capital bielorrusa para participar en la cumbre entre la Unión Aduanera (Rusia, Bielorrusia y Kazajistán), Unión Europea y Ucrania, en cuyo marco podrían incluso mantener una reunión bilateral.


En cuanto a la propuesta de algo el fuego, Ucrania esgrime las mismas condiciones que hace un mes y medio: el respeto mutuo de la tregua, la liberación incondicional de todos los prisioneros tomados por los separatistas y la impermeabilización de la frontera por parte de Rusia.


Lo complicado de lograr un alto el fuego con estas condiciones es que Kiev incide más en aquellas que aluden directamente a Rusia, considerada tanto por Ucrania como por Occidente un país capaz de poner fin a la guerra, ya sea por su presunta influencia o por su supuesto apoyo con armas a los rebeldes.


Por si fuera poco, la llegada de ayuda humanitaria rusa a la zona del conflicto se antoja cada día más como una misión imposible y no como una acción consensuada entre Rusia y Ucrania con mediación y apoyo de la comunidad internacional, incluidas la ONU, la OSCE y la Cruz Roja, que ha asumido la jurisdicción de la carga.


Mientras las autoridades de Kiev se niegan a iniciar la revisión y certificación de la carga que llegó hace una semana a la frontera ruso-ucraniana -con el pretexto de que Rusia no ha entregado todavía toda la documentación sobre su contenido-, Cruz Roja se niega a transportarla por la inseguridad que reina en la zona.