¿Por qué Zaragoza, Huesca y Teruel se llaman así?

Conocer la etimología de los topónimos de las capitales de provincia de Aragón es una forma de descubrir más acerca del origen de nuestras ciudades.

Vista de la Basílica del Pilar de Zaragoza al atardecer
Vista de la Basílica del Pilar de Zaragoza al atardecer
Toni Galán

La etimología es la ciencia que estudia el verdadero significado de las palabras. Proviene de dos raíces, una griega ("etimos" -que significa verdadero-), y otra latina ("logos" -que significa estudio-). Conocer el origen de las palabras que dan nombre a cosas de la vida cotidiana, a las ciudades en las que vivimos... nos permite aprender de dónde proviene, cómo se incorporó al idioma y cambios y adaptaciones que han sufrido, sobre todo cuando provienen de otros idiomas o de lenguas muertas como sucede, de forma general, con el latín y el griego antiguo. Son muchas las culturas que han dejado huella en España: íberos, celtas, romanos, árabes... que han participado a lo largo de la historia en la denominación toponímica de nuestro territorio. Un viaje al origen de los nombres de las capitales de provincia nos invita a descubrir su esencia más pura. ¿Por qué las capitales de Aragón, Huesca, Zaragoza y Teruel, se llaman así?

¿Qué significa el nombre de Huesca?

Tal y como explica el Ayuntamiento de Huesca en su página web, la ciudad que los romanos encontraron, en torno el año 200 a. C., pertenecía al pueblo ibérico de los ilergetes para unos investigadores y al de los suesetanos para otros. La capital provinciana, de nombre Bolskan, fue llamada Osca por los romanos

Durante los siete siglos de presencia romana en la ciudad, son hitos importantes la presencia y muerte en ella de Quinto Sertorio; la acuñación de monedas de plata y bronce con los nombres Bolskan y Osca; el apoyo a Julio César en la batalla de Lérida; y la conversión de la ciudad en municipio romano, con el título Urbs Victrix Osca (Huesca, Ciudad Victoriosa), que figura todavía, abreviado como V.V. Osca, en su escudo. 

A partir del siglo III, Osca, como otras ciudades hispanas, sufrió una marcada decadencia que se prolongó hasta la época musulmana, momento en el que su nombre cambiaría a wašqa, de origen árabe. Ya al final del periodo romano, Osca se hizo cristiana y se retomó la denominación latina para llamarse por su gentilicio actual: Huesca.

El origen de Zaragoza: ¿De dónde proviene su nombre?

Por su parte, esta ciudad romana nació como Caesaraugusta y tras la reconquista cristiana en 1118 se llamó Saragoça, un nombre que evolucionó más tarde hacia Çaragoça. Es por ello que la denominación actual de Zaragoza procede del antiguo topónimo romano Caesaraugusta, que recibió en honor al emperador César Augusto en el 14 a. C.

El origen de la ciudad se remonta a Salduie, ciudad ibérica situada en el solar de la actual Zaragoza. Con la fundación de Caesar Augusta, la ciudad se convirtió en colonia inmune de Roma. Su denominación romana fue evolucionando a través del árabe Saraqusta, y Medina Albaida (ciudad blanca).

¿De dónde viene el nombre de Teruel?

Los orígenes de la ciudad de Teruel se remontan a los tiempos ibéricos. Cuando ocurrió la invasión cartaginesa y, posteriormente, la romana, era la capital de una extensa comarca. Y los vecinos de esta región eran los saguntinos, un pueblo rico y floreciente aliado de Roma que irrumpió como conquistador en su territorio, arrebatando una extensa faja de terreno.

Por ello, según afirma el investigador Enrique Cabrejas, el nombre de la ciudad proviene de un acrónimo ibérico formado por la raíz "Ter" , cuyo significado es 'límite', y "uel", que significa 'huella' o 'línea'. Es decir, Teruel significa "línea fronteriza", una marca que separaba a la capital provinciana de los 'turboletas', que llamaban así a "los otros", es decir, poblaciones diferentes a los habitantes de la ciudad.

No obstante, hay otra teoría sobre el nombre de la capital provinciana basada en una leyenda que dice que cuando Alfonso II de Aragón tomó esta zona en 1171, con el fin de reforzar las fronteras de su reino, decidió hacer una campaña para atraer pobladores a esta área y repoblarla. Por lo que se reunieron algunos sabios y consideraron que sería un buen presagio que un toro muriera desde algún emplazamiento alto y que sobre él brillara una estrella. 

Tal y como cuenta la leyenda, así sucedió, algo que pudo ser el origen del nombre de Teruel, ya que podría provenir de la unión de los vocablos "toro" y "actuel" (que quiere decir estrella), para dar origen a la palabra Toroel, que luego evolucionó a Teruel. Además, de aquí nace el símbolo de la ciudad presente en su bandera: un toro y una estrella que representan a la población.

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