La poza más admirada de Aragón y sus increíbles vistas cerca de Huesca y Zaragoza
Toda precaución es poco para refrescarse en las pozas o piscinas naturales aragonesas.
Como cada verano, e incluso antes si el calor aprieta, las pozas de Aragón se llenan de bañistas. También como cada año, la recomendación de cuidar esos espacios naturales se repite desde las administraciones, apelando al sentido común y la conciencia: hay que dejar los espacios tal y como los encontramos, sin residuos, para alargar su vida y buen estado como tesoros naturales que son. Todas precauciones son pocas para refrescarse en las pozas o piscinas naturales aragonesas.
Pozas de Belsué en Huesca
A poco más de una hora de Zaragoza y a solo 25 minutos de Huesca, su ciudad de referencia, el área de las pozas de Belsué están entre las más admiradas de Aragón. Pertenecen al municipio de Nueno, y el acceso desde la A-23 queda apenas a 15 minutos (desvío a la derecha a la altura de Arguis). El premio se reparte entre la ruta y el destino; hay unas vistas increíbles y, cuando se llega a las pozas una imagen en movimiento fantástica.
Hay zona señalizada de aparcamiento antes de coger el sendero hasta las pozas, corto y accesible. En las piscinas naturales del Flumen, el río atraviesa los estratos del monte y forma una especie de badinas alargadas, que cruzan ante la corriente. Hay grandes piedras llanas en abundancia, perfectas para tumbarse al sol, y recodos para protegerse del astro rey y pasar el día más resguardados.
Las pozas son además una parada destacada en diversas rutas senderistas, convenientemente señaladas, que marcan un primer contacto por el lado oeste con las maravillas de la sierra de Guara. Muy cerca está El Romeral, con una importante población de robles trasmochos.
Qué ver en el entorno de Nueno
En cuanto al entorno del pantano de Belsué es otra maravilla, como el llamado Dolmen de Belsué, para el que la caminata es más exigente, o los Acantilados de Cienfuens, donde hay un sendero circular muy sencillo para hacer en familia. Otra alternativa es seguir marcha hacia el pico Gabardiella.
Si la meta es senderista, más que simplemente turista, hay que ser precavidos. Como siempre que se sale a caminar por el monte, toda precaución es poca: buen calzado de agarre, agua y comida en cantidades básicas, protección solar, alguna prenda impermeable y, en la medida de lo posible, no salirse de las rutas marcadas, para ser más fáciles de localizar en caso de extraviarse.
