propuesta para el día del libro
Ruta literaria por Aragón: escenarios de novela en Zaragoza, Huesca y Teruel
Este domingo es el día del libro y en la Comunidad hay muchos lugares que han servido de inspiración a grandes autores.
Se habla mucho de que Aragón es cada vez más el escenario de película perfecto para numerosos directores de cine y televisión. Pero la Comunidad no se queda atrás en lo que a ambientación de libros y novelas se refiere. Los grandes autores también se han fijado en las tres provincias aragonesas, bien porque son la tierra o bien porque encontraron en estos lugares una fuente de inspiración, el lugar idóneo para contar sus historias. Aprovechando que este domingo, 23 de abril, se celebra el Día del Libro, aquí va una ruta literaria para recorrer Aragón de novela en novela.
Escenarios de libro en Zaragoza
La capital aragonesa es escenario de novelas como ‘Honrarás a tu padre y a tu madre’, de Cristina Fallarás. A caballo con la crónica, la autora investiga el pasado de su propia familia desde el Franquismo. En el libro aparecen lugares como el cementerio de Torrero, el cuartel de Castillejos, el Mercado Central o la calle de Torre Nueva, donde viven una parte de los protagonistas.
Sin salir de Zaragoza, sus calles se pueden reconocer en varias novelas de Juan Bolea, como ‘Pálido Monstruo’ o la serie de novela negra de Florián Falomir. El detective vive y desempeña su labor investigadora en la ciudad en las dos primeras entregas: ‘Los viejos seductores siempre mienten’ y ‘Sangre de liebre’, que también acontece en Los Monegros.
La ribera del Ebro, la iglesia de San Miguel, la torre de La Magdalena, la plaza de Utrillas y el Paraninfo de la Universidad son algunos de los lugares donde sucede ‘Cuídate de mí’, de María Frisa.
Otros ejemplos de libros ambientados en Zaragoza capital son ‘La Casa de los dioses de alabastro’, de Magdalena Lasala, que recrea la historia de la familia de Gabriel Zaporta; o ‘Romance de ciego’, de Ángeles de Irisarri, ambientada en el centro de la ciudad a principios siglo XX. Cristina Grande, natural de Lanaja (Huesca), es autora de libros como ‘La novia parapente’, ‘Dirección noche’ y ‘Naturaleza infiel’, que transcurren en la capital aragonesa. La escritora Ana Alcolea también ha encontrado en su ciudad natal la inspiración para varias de sus obras, como ‘Las chicas de la 309’, ‘El brindis de Margarita’ y ‘Napoleón puede esperar’.
Fuera de la ciudad, ‘Un jardín entre viñedos’, de Carmen Santos, lleva al lector hasta Cariñena, en 1927, donde sucede esta historia de amor, traición y secretos familiares que transcurre en Cariñena, en 1927. Antes de abandonar la provincia, mención especial para la comarca de Tarazona y el Moncayo, escenario de las obras de varios novelistas. Miguel Mena es uno de ellos. Su ‘Bendita calamidad’ transcurre en la Tarazona de 1992, durante la celebración del Cipotegato y las fiestas de San Atilano. Sin dejar la zona, en la localidad de Trasmoz, famosa por su pasado de brujería, se desarrolla ‘La última bruja de Trasmoz’, de César Fernández García. En ella se recoge una leyenda de Gustavo Adolfo Bécquer, quien vivió un tiempo en el pueblo y cuya casa todavía se conserva.
El Pirineo, bucólico e inspirador
Si alguien ha encontrado la inspiración en el Pirineo para sus novelas es la escritora Luz Gabás. Natural de Monzón, llegó a ser alcaldesa de Benasque, donde tiene una casa. Desde allí han salido las páginas de sus últimas obras. En ‘Como fuego en el hielo’ se recorre el valle, tanto el pueblo, como los Baños y los Llanos. Antes llegaría su primera novela, ‘Palmeras en la nieve’ (2012), que cuenta la historia de dos hermanos a caballo entre Cerler y una isla en un país lejano y exótico. En una de sus últimas publicaciones, ‘El latido de la tierra’, se cuenta la historia de Aquilare, un pueblo que no existe pero que está inspirado en los paisajes de la montaña aragonesa, cuyos vecinos se vieron obligados a abandonar tras una expropiación forestal.
‘La lluvia amarilla’, de Julio Llamazares, es un monólogo del último habitante del pueblo de Ainielle, perteneciente a Biescas; y en ‘Ordesa’, de Manuel Vilas, los hechos se desarrollan en este valle pirenaico, especialmente en Torla y Broto. El autor Lorenzo Mediano también ha encontrado inspiración en el Pirineo, donde se desarrollan dos de sus novelas. Una es ‘La escarcha sobre los hombros’, una historia de amor a principios del siglo XX en un pueblo apartado de la cordillera. La otra es ‘Donde duermen las aguas’, que cuenta la historia de una joven maestra de Zaragoza que llega a Biescas de Obago, un tranquilo y apartado núcleo de los Pirineos.
Pese a ser valenciana, los veranos que la escritora Rosario Raro pasó en Canfranc la han llevado a escribir dos novelas que se desarrollan en esta localidad pirenaica. Son ‘Volver a Canfranc’ y ‘El cielo sobre Canfranc’, ambas ambientadas en la Segunda Guerra Mundial. La primera de ellas sirve como gancho para una visita teatralizada por la estación, donde el guía se caracteriza como uno de los protagonistas del libro. Otro lugar muy turístico de los Pirineos es el Balneario de Panticosa. En sus alrededores se emplaza la historia de ‘El refugio de las mariposas’ (2022), una novela negra de Xabier Gutiérrez.
Para terminar esta ruta literaria por la provincia de Huesca, dos paradas más. Una en Bielsa, donde se desarrolla la novela ‘Lágrimas en los tejados’, de Sandra Araguás, en cuyas páginas se pueden reconocer la central eléctrica de Lafortunada o el Museo de Bielsa. Jaca y San Juan de la Peña también son escenario de varias obras de escritores aragoneses. Una de ellas es ‘El fuego invisible’, de Javier Sierra, una historia sobre la búsqueda del Santo Grial en la que se habla de la catedral de San Pedro de Jaca o del citado monasterio. En esta zona también sucede ‘Batallador’, de José Luis Corral, libro que narra la vida del rey Alfonso I de Aragón, alrededor de quien circulaban leyendas e historias oscuras.
Ruta literaria por Teruel
La plaza del Torico o la de San Juan son algunos de los lugares de la capital turolense que se pueden reconocer en ‘El beso que no te di’, la novela de Magdalena Lasala que cuenta la trágica historia de los Amantes de Teruel. En la obra aparecen también las localidades cercanas de Mora de Rubielos y Albarracín. No es de extrañar que esta última haya servido de inspiración para otros autores. Es el caso del aragonés Luis Zueco, que plasma su thriller histórico ‘La ciudad’ en esta emblemática localidad.
El lector también puede viajar a Albarracín en ‘El hijo del orfebre’, de Ricardo Espín Buena. La novela se desarrolla de forma paralela en dos épocas diferentes, de la mano de los dos protagonistas, Arturo, un joyero que vive en el siglo XXI, y Juan Pillo, un guerrero del siglo XI.
En ‘La posada del pozo’, de Raquel Victoria, todo sucede en una posada familiar de un pueblo ficticio, Alsilos, ubicado en Teruel, y varios son los autores que han hallado inspiración en el Maestrazgo. Una de las obras más recientes es ‘Un hípster en la España vacía’, una novela de humor del escritor aragonés Daniel Gascón. Cuenta la historia de un joven treintañero que en busca de un cambio de vida y tratando de olvidar a su ex novia se muda a la casa familiar en La Cañada (Cañada de Benatanduz), un pequeño pueblo del Maestrazgo del que incluso llega a ser alcalde. ‘El testamento de amor de Patricio Julve’ también se localiza en esta comarca turolense, a la que Antón Castro dedica este homenaje en forma de libro de relatos viajando a pueblos como Ejulve, Pitarque, Villarluengo, Mirambel o Cantavieja. En formato de novela, Javier Arruga se inspira también en el Maestrazgo y en los Pinares de Rodeno para su novela ‘Me comí su corazón’, una historia romántica de un miembro de los maquis en la Guerra Civil española.
