Este es el pueblo más popular y bonito de la provincia de Teruel

La revista viajera ‘Condé Nast Traveler’, ha publicado un mapa con los 50 municipios más buscados de España. Este es el más destacado de la provincia turolense.

Vista de la localidad de Albarracín.
Vista de la localidad de Albarracín.
Laura Uranga

La revista viajera ‘Condé Nast Traveler’, una de las más prestigiosas y veteranas del gremio, ha preparado un especial que busca las localidades de menos de 20.000 habitantes más valoradas en cada provincia, por el interés que despiertan. El criterio, además de la limitación del censo, está relacionado con el volumen de búsquedas mensuales en Google para el término “qué ver en (municipio)”, con la idea de revelar un parámetro que puede motivar una estrategia en páginas turísticas en general, además de evitar coincidencias casuales con palabras iguales a los nombres de los pueblos y alusivas a otras cosas.

Los triunfadores aragoneses en cuanto a popularidad fueron Jaca en Huesca, Tarazona en Zaragoza (ambas con rango de ciudad, y una población relativamente cercana al límite marcado) y Albarracín, la joya de Teruel, con algo más de 1.000 habitantes, se llevó el primer puesto en la provincia más meridional de Aragón.

Lo bueno de Albarracín, a solo30 kilómetros de la capital provincial, es que suele conseguir esta consideración especial desde muchos ángulos y con criterios diferentes. Forma parte de los pueblos más bonitos de España, su arquitectura y disposición urbana parecen de cuento, la Fundación Santa María es una referencia nacional en la restauración y puesta en valor de tesoros escultóricos y arquitectónicos, su muralla es una de las más admiradas de España, es centro de congresos artísticos y retiros empresariales, ha multiplicado su oferta hotelera (que incluye clásicos como el Don Gallo, el Arabia, el Albarracín o el Doña Blanca) y gastronómica y, sin embargo, ha sabido hasta el momento evitar la masificación.

Visitas interesantes: qué ver en Albarracín

La catedral del Salvador, en lo alto del pueblo, es una visita ineludible, sobre todo después de la restauración exhaustiva de la capilla del Pilar. El Museo de Tapices es otra joya. En el pueblo no hay que perder de vista la Casa de la Julianeta, un prodigio arquitectónico que parece desafiar las leyes de la física. Y si se quiere curiosear por la zona, enseguida aparece el rodeno, la tierra rojiza que caracteriza a buena parte de la comarca de la Sierra de Albarracín. Al cruzar el puente sobre el que descansa parte del caserío de la localidad se accede a un territorio de belleza inusual, magnética, con maravillas naturales y una fauna y flora espectaculares. Explorar la vida serrana es toda una aventura llena de alicientes.    

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