aragón es extraordinario

Cantavieja afina aún más su repertorio

Pueblo bonito oficial, hallada y utilizada la piedra filosofal, del Maestrazgo la capital, esta localidad quiere afianzar sus haberes con nuevos proyectos

Las aproximaciones a Cantavieja, uno de los pueblos más bonitos de España, ya allanan el camino al piropo, aunque sean en cuesta. Por abajo se arriba a la base de un peñasco imponente, en el que las casas cuelgan un poco a los conquense; por arriba se cierra el trasiego por la llamada ‘silent route’, la sinuosa conexión de casi 60 kilómetros desde Gargallo que pasa junto a los increíbles órganos de Montoro. La capital del Maestrazgo recibe al personal con los brazos abiertos y la muralla rendida a los nuevos tiempos de gustosa vulnerabilidad.

Ricardo Altabás, alcalde del pueblo, valora muy positivamente la pertenencia de Cantavieja al club de los bonitos españoles. “Es una asociación muy seria, y rigurosa a la hora de evaluar el acceso; entramos al segundo intento y la verdad es que ha supuesto un aumento brutal en el turismo. Es más, nuestra entrada ha beneficiado a pueblos de alrededor tan bonitos como Mirambel, que también ha entrado, Iglesuela del Cid, Fortanete y muchos otros. No hablo solamente del turismo, sino también del mercado inmobiliario”.

Ricardo revela un dato curioso. “Aquí estamos más personas viviendo que empadronadas, va un poco al revés que en otros sitios. Estamos estratégicamente situados lejos de todas las grandes ciudades –ríe– y el caso es que aquí hay que venir de propio; luego nos toca justificar la visita con nuestra naturaleza, patrimonio, gastronomía, servicios... al ser cabecera de comarca, muchos funcionarios y empleados de servicios básicos se quedan; quizá estando a 30 kilómetros de Teruel no vivirían aquí”.

Cantavieja está a 1.300 metros de altura y mira de frente a elevaciones más pronunciadas, como La Tarayuela o la Muela Monchén, que andan por los 1.700. Además, hay cuatro refugios ubicados en los alerededores: los de la propia Muela Monchén, Rebollar, Pinar y La Nava.

Pasear y alucinar

Lo de las casas colgadas es una maravilla desde la carretera, pero meterse en su base es aún mejor. De hecho, hay un paseo circular que sale de la plaza del Arrabal (nombre popular de la plaza de España) por unas escalinatas que bajan en caracol y meandros pétreos hasta la base rocosa del pueblo. “Se sube luego –explica Ricardo– por las aspilleras del cementerio, y se pasa por debajo de las casas. También vamos a la montaña de enfrente, al parque del Rebollar, donde hemos comenzado un proyecto de hacer una tirolina y parque de atracciones de aventura y naturaleza. Estamos a la espera de financiación del FITE para continuarlo, pero va a ser una auténtica maravilla que añadirá otra razón poderosa a las que ya proponemos para nuestros visitantes.

Aunque es cierto que Cantavieja está un poco lejos de las grandes ciudades, tiene un punto a su favor como localidad fronteriza con la Comunidad Valenciana. “La playa está cerca –recuerda el alcalde– y es verdad que la mayoría de las segundas residencias del pueblo están en Castellón, especialmente en Vinaroz y Peñíscola. Esa interacción también hace que nuestros vecinos castellonenses se animen a devolvernos la visita. Eso sí, invitamos a todos los aragoneses que aún no han venido a que nos conozcan”.

Las piedras cuentan una gran historia en cada recodo

Las joyas patrimoniales de Cantavieja se apilan como libros en la biblioteca de un sabio despistado, pero aquí hay orden y concierto. El mismísimo salón de plenos del Ayuntamiento, majestuoso –antiguamente era el salón de la Bailía y centro de reunión de los pueblos cercanos– es una vista de fábula, que mejora aún más desde la balconada con la plaza. Además, tiene al lado la iglesia arciprestal de la Asunción, la más grande de la diócesis. «Es catedralicia –apunta Ricardo– y su torre es visitable; en un nivel intermedio tenemos la recreación de una escuela de principios del XX. Vamos arreglando la iglesia poco a poco, aunque la guerra civil la vació mucho».

Un poco más arriba están el calvario y el castillo, hoy ermita del Santo Sepulcro, en el vértice del torreón. Por otro lado, la iglesia sanjuanista de San Miguel cuenta con un sarcófago de alabastro de don Gonzalo de Funes, capellán de Amposta y Comendador de Cantavieja, que la construyó para que fuera su mausoleo. En la restauración de ese sarcófago, por cierto, ha sido clave la Fundación Santa María de Albarracín. Una curiosidad: la puerta de la iglesia se abre girando la llave al revés de lo habitual. «Se hacen infinidad de visitas guiadas al año, con dos duraciones a elegir para los contenidos –explica Marta Monforte, teniente de alcalde y concejal de Cultura– y hemos adornado las calles con fotografías en blanco y negro, de época; se van a poner más, de hecho, porque a la gente le ha encantado la idea. Pertenecen al archivo de los Osset». En las calles, por cierto, la piedra es la protagonista. La propia muralla es otro aliciente para la observación. Ha pasado por tres reconstrucciones: templaria, sanjuanista y carlista. El pulido a edificaciones y rincones, además, no se excede: la belleza se siente natural.

Cantavieja presume de casas colgantes y casco viejo

Un museo bélico y dos expositores de la gastronomía local

La Oficina de Turismo de Cantavieja está alojada en el edificio que alberga igualmente el Museo de las Guerras Carlistas, que desmenuza esa parte de la historia local y zonal, con diferentes perspectivas y recursos. En la segunda planta se analiza sobre todo el famoso asalto a Mirambel, y hay elementos comunicativos muy curiosos como el cómic dedicado al tigre del Maestrazgo, Ramón Cabrera, con dibujo de José Luis Cano.

Entre las visitas privilegiadas de Cantavieja hay que destacar dos comercios que abundan en la gastronomía de la zona. Gourmet Rural se centra sobre todo en la cecina, el jamón y el queso, además de otras delicias variadas, mientras que Setrufma (Setas y Trufas del Maestrazgo) aborda los dos productos que esconde el acrónimo de su nombre: tienen obrador de productos derivados, con especial mención para el increíble paté de níscalos.

CANTAVIEJA

Comarca. Maestrazgo.

Cómo llegar. Desde Teruel, su capital de provincia, hay 90 kilómetros por la A-226 y la A-1702.

Donde dormir y comer. Aunque el pueblo busca una mejora de este bagaje, hay cinco casas de turismo rural de alto nivel, además de apartamentos turísticos, un hotel de cuatro estrellas con spa (Balfagón) y La Posada, que aúna hospedaje y restauración. A la hora de comer destaca el Cuatro Vientos, pero también brillan Tapa Vieja y el Yodi.

Pedanías. La Solana, Casas de San Juan, Barranco, Umbría y Vega. Hay 125 masías en el término; quedan unas 12 habitadas, y en el centro de cada partida solía haber ermita y escuela.

Pinturas rupestres. Dos paños: Cerradico Casa Granja y la Masía del Tosco.

Tauromaquia. Una vez al mes, en el intervalo comprendido entre mayo y octubre, hay eventos taurinos en la plaza del Ayuntamiento, que está parcialmente recubierta de arenilla. Hay una gran afición en el pueblo, que se remonta a épocas muy remotas.

Artículo incluido en la serie 'Aragón es extraordinario'.

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