aragón es extraordinario

Peñarroya de Tastavins y sus altas paredes

Las Rocas del Masmut son referencia estelar de la escalada en la zona del Matarraña, y todo un símbolo de belleza orográfica

Bonita comarca la del Matarraña; se sabe. Bonito pueblo, Peñarroya de Tastavins: basta una primera visita para enamorarse. Un pueblo con Trail exigente, carrera de 'autos locos', delegación de Dinópolis y los Puertos de Beceite ahí mismo; localidad de bilingüismo fluido, calles empinadas y un montón de lugares para hacer noche en alojamientos impecables. Están la Hospedería Virgen de la Fuente, los apartamentos La Pastora, Mas del Aragonés, Mas de Nofre, La Mare de Deu, Mas de Salvador, Masía de la Serra de la Cogolla... hay un hotel en el centro del pueblo, el Tastavins, y una firma de cosmética ecológica de calidad excepcional, Matarrania. A un lado, gigantescas y retadoras, están Las Rocas del Masmut; se trata de un conglomerado de paredes verticales que superan los 100 metros de altura (a más de 1.000 de altitud sobre el nivel del mar) en plenos Puertos de Beceite, objetivo de filias para los escaladores más avezados.

Desde el pueblo se llega por el camino a la antigua escombrera. Hay 108 vías equipadas en sus paredes y unas cuantas más identificadas pero sin equipar (o equipadas a medias), de dificultad muy diversa. Los nombres tienen su punto: desde Els Barrufets (término catalán que identifica a los entrañables pitufos) a Los Borrachets, Aquest Any Sí, Teruel Existe, Insumisión, Aresta del Gas, Tururú o Fisura Carrasca. También se usan nombres históricos, fílmicos, literarios y televisivos como Gandhi, Reanimator, Tintín al Masmut, Ironman… incluso hay una que evoca la figura de Danuta Lato, cantante polaca de los 80 que se hizo más famosa por lo rotundo de su anatomía que por su voz.

Todas esas rutas se recogen en un libro-cuaderno manuscrito compilado por varios escaladores. Santi Gracia, de Valderrobres, es uno de los artífices de este trabajo; otros nombres que se repiten son los de Armand Ballart o Diego ‘Nija’ Miralles.

“Es un libro de consulta, una costumbre común en zonas de escalada; se deja en un punto de referencia y todos los que suben ya conocen dónde está. Además, al ver quién ha abierto la vía, saben de su rigor, si exagera un poco o se queda corto en la descripción del riesgo”, explica Enrique Escuin. El libro se conserva en su bar-restaurante, el Sociedad, situado en el centro del pueblo y abierto durante todo el año, donde hacen la mejor cuajada casera (ni miel le hace falta) de planeta.

El trasiego de los escaladores por el Sociedad es habitual: documentarse con las notas de este libro tiene un valor especial, por mucha descarga con Wikiloc que lleven en el GPS. “Viene mucha gente del Pirineo catalán, sobre todo, pero llegan de todos los rincones”, explica Enrique.

La zona de la Trail Peñarroya 1300 tiene un total de 90 kilómetros marcados y balizados para los aficionados al senderismo. El Tour dels Prats, la Volta Mare de Déu de la Font y La Tossa son las más transitadas. Desde el Santuario de la Virgen de la Fuente también está marcada una ruta a Fuentespalda (casi seis kilómetros) y otra a Monroyo dando un pequeño rodeo (nueve kilómetros) son otras dos excelentes opciones para empaparse de la belleza del terreno y disfrutar a plenitud de los poderes que exhibe esta parte de la comarca del Matarraña.

Jamones Peñarroya, apuesta por la calidad y la curación artesana

Jamones Peñarroya lleva en activo desde 1989, con su secadero y tienda de siempre en la entrada de Peñarroya, muy cerca del Santuario de la virgen de la Fuente. Ahora acaban de construir una nueva instalación en la parte más alta del pueblo. José Miguel Antolí Barrera entró como gerente y ahora es uno de los cuatro socios de la firma. “Somos la primera empresa jamonera de Teruel que marcó la paleta con D.O. de Teruel; guardamos el acta como un tesoro”.

En esta casa, el jamón se mima de principio a fin. José Miguel muestra la cámara de salazón a la vieja usanza en la primera dependencia del edificio. “Intentamos controlar la materia prima que viene al secadero, teniendo en cuenta la raza y la alimentación, y aquí se efectúa el primer proceso posterior a la clasificación por tamaños; los jamones se ponen en sal marina y se dejan apilados entre 10 y 12 días, un poco menos de tiempo los más pequeños, aunque cada maestrillo tiene su librillo”.

De ahí pasan las piezas a la cámara de post-salado, donde se quita la sal de encima de la carne y se crea un ‘invierno’ artificial, consistente en un control de temperatura y humedad para un proceso uniforme, una curación natural que se nota mucho luego en la calidad; ahí pasan tres meses.

El toque

A los seis meses de llegar al secadero y tras pasar los procesos descritos, se limpian las piezas y se aplica manteca de cerdo por encima, para reblandecerlas un poco y que la curación continúe al ritmo correcto; además, esta capa protege de ácaros e impurezas. “Se dejan en sala hasta que cumplen el año, y entonces va otra pasada de manteca antes de llevarlos a bodega, bajo tierra, para mantener la temperatura regular; el proceso completo suele ir de dieciséis a veinticuatro meses, según tamaño”, explica José Miguel.

La firma tiene mucha clientela en Zaragoza, también en el País Vasco y algo por Cataluña, sobre todo. Hay venta por internet, que ha repuntado desde que comenzó la pandemia, y surten a un punto popular en la zona, Jamones Roquet de Monroyo, en la esquina de la gasolinera de la localidad

José Miguel está optimista ahora, pero Jamones Peñarroya pasó un trago amargo en 2012. “Tras 20 años produciendo en D.O. con gran aceptación del mercado y el reconocimiento de otros productores, la agrupación de secaderos de la parte alta de Teruel cambió el pliego de condiciones de la D.O., cambio que incluyó el tema de la altitud de los secaderos, y nos quedamos fuera. Una bomba tremenda: afectó al 40% de nuestra producción y tuvimos que decidir entre dejar de producir ese jamón o intentar hacerlo en otro sitio para mantener la clientela. Finalmente elegimos esa segunda opción para mantener personal y estructura. Alquilamos la mitad de un secadero muy cerca, en La Cerollera, y salimos adelante. Ahora estamos dejando La Cerollera; tenemos nave nueva aquí, sobre los olivos de la montaña que corona el pueblo, y entra por altitud en el pliego de condiciones; hace muchos años que no se construían secaderos familiares nuevos en la provincia. Seguimos en la brecha”.

El magnetismo de Inhóspitak, la delegación pionera de Dinópolis

Dinópolis abrió su primer parque de expansión en Peñarroya de Tastavins, Inhóspitak; lleva 17 años abierto (calendario de aperturas en la web dinopolis.com). El tastavinsaurio es la estrella del lugar, un saurópodo cuyos restos localizaron en 1994 los hermanos Ortiz, de Fuentespalda. Dos años después se hicieron las excavaciones, y la restauración posterior también tuvo este pueblo como sede. La reproducción a escala real del tastavinsaurio mide diecisiete metros de altura. El animal pesaba cuarenta toneladas, tenía la cabeza pequeña y la cola muy larga, de hasta ocho metros. Vivió hace aproximadamente 120 millones de años. Además de esa gigantesca figura, en Inhóspitak hay una recreación del yacimiento en el que se encontró el tastavinsaurio, además de los originales en vitrina. Se halló un cuarenta y cinco por ciento de la osamenta, el rescate más completo en España.

PEÑARROYA DE TASTAVINS

Comarca. Matarraña.

Cómo llegar. Desde su capital de provincia, Teruel, hay 189 kilómetros (N-420 y N-211).

Virgen de la Fuente. Este santuario, a kilómetro y medio del pueblo, alberga una hospedería, restaurante y una ermita gótica del siglo XIV; se construyó otra más lejos del río en el siglo XVIII. En los antiguos establos se halla el Centro de Interpretación del Porcino.

Parque de la Vivienda. Es un museo al aire libre situado en la parte alta del pueblo, una zona que durante parte del siglo pasado fue utilizada para guardar el ganado.

Punto gótico Lo Roser. La antigua iglesia de San Miguel es un espacio lúdico y cultural situado junto a una de las antiguas puertas de acceso al municipio, donde se da a conocer el gótico en la Comarca del Matarraña.

Muestra etnológica. Muy cerca de las ruinas del castillo se halla la Exposición Permanente de Etnología titulada ‘Vida y oficios tradicionales: Lo Masmut’. Se emplaza en el interior de dos viviendas tradicionales rehabilitadas para este fin.

Artículo incluido en la serie 'Aragón es extraordinario'. 

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