Decoración
El "resurgir" del revestimiento cerámico de pequeño formato como elemento decorativo
Este acabado de cerámica ha pasado de servir para proteger las zonas húmedas de la casa a ser un elemento de decoración.
De proteger las zonas húmedas de la casa a ser un elemento de decoración. Esa es la historia del revestimiento cerámico de pequeño formato que, como un ave fénix, ha resurgido de sus cenizas para colocarse como una de las últimas tendencias en la decoración de viviendas.
Así lo constata el interiorista zaragozano Diego Guillén, que empleó estos azulejos en uno de sus proyectos más recientes, 'Ma', en el evento Marbella Art & Design 2023, y que ejemplifica a la perfección lo que se puede lograr si se integran correctamente en el hogar. "Estamos viviendo un resurgir del revestimiento cerámico de pequeño formato. Durante muchos años, este tipo de azulejo sólo se usaba para proteger las zonas húmedas de la casa y para el resto del solado de las viviendas. Después, poco a poco, hemos ido incorporando formatos más grandes para evitar las incómodas juntas que, además de no gustarnos, eran menos higiénicas y salubres", expresa.
Hoy en día, asegura, las marcas de cerámica han apostado por nuevos diseños, por nuevas texturas y por convertir el pequeño formato en un elemento de decoración, "incluso jugando con esas juntas que tanto odiábamos". Ahora se puede escoger el color, el tamaño o incluso jugar con la propia junta para darle un toque diferente al diseño.
Ejemplos de aplicación: "Ahora podemos revertir cabeceros de cama, vestidores, muebles o incluso diseñar paredes de impacto en vestíbulos, salones o comedores", precisa Diego Guillén. Un soplo de aire fresco si se combina, además, con diferentes texturas, colores... Pero el porcelánico de gran formato no se ha descartado. De hecho, se pueden conseguir grandes resultados si se hermanan con los azulejos de pequeño formato.
"Cada uno tiene sus ventajas e incluso podemos jugar a combinarlos como hice en el proyecto que presenté en Marbella Design & Art este año, mezclando formatos, texturas y colores. Precisamente ese juego nos permite conseguir espacios menos anodinos, más personales y con más carácter", añade este interiorista. El coste varía, lógicamente, en función del tamaño, del material, de la marca e incluso de la calidad. "Un 20x20 con dibujo y distintas texturas puede costar unos 29€ el metro cuadrado", asevera.
"El formato es el coste de aplicación. Cuanto más pequeño sea el formato, más nos cobrará el bañil por instalarlo, porque le costará más tiempo. Pero también nos cobrará un extra especial para instalar un gran formato debido a su complejidad, porque muchas veces son necesarias varias personas para instalarlo y porque si se rompe una pieza de gran formato el gasto es enorme", dice Guillén. Cada uno tiene sus pros y sus contras. "Yo creo que es interesante esa vuelta que le estamos dando al pequeño formato. No solamente ya solo en la reinterpretación de los suelos antiguos, ya que muchos de ellos no los podemos recuperar, pero se reinterpretan dándole un valor añadido a ese suelo", expresa.
Por ejemplo, un suelo que siempre ha sido un cerámico convertirlo ahora en porcelánico. "Es un diseño parecido al que teníamos hace 40 o 50 años, pero ahora lo podemos tener en un porcelánico. O sea, tenemos una calidad mejor, en un acabado mejor y en un resultado mucho más decorativo. Yo creo que se han puesto las pilas todas las empresas de pequeño formato para mostrarnos y enseñarnos nuevas posibilidades para jugar", declara Guillén.
