Benicio del Toro: "De joven dije que no a películas por rebeldía y sin pensarlo"

"Hubo un momento en el que decidí que si iba a interpretar estereotipos lo iba a hacer buscándoles la humanidad y la complejidad", afirma el actor, que este sábado recibe el Premio de Honor en la décima edición de los Premios Platino.

El actor Benicio Toro este viernes en Madrid.
El actor Benicio Toro este viernes en Madrid.
Fernando Alvarado/EFE

Es de un hablar lento y reflexivo, como si seleccionase con precisión y mimo cada palabra, y resopla cuando la pregunta es algo más compleja de lo habitual. Va en consonancia con las ojeras y ese aspecto de eterno resacoso que lo acompañan siempre. Pero lo de Benicio del Toro (San German, Puerto Rico, 56 años) es pura fachada porque durante su intervención este viernes en la rueda de prensa con motivo del Premio de Honor que recibirá mañana durante la décima edición de los Premios Platino dejó varios titulares, algo difícil en un acto a priori tan encorsetado.

Ya lo dejó entrever cuando subió al escenario del salón Albéniz, en el Hotel Intercontinental de Madrid, y con absoluto desparpajo se puso las gafas de sol marcándose, dijo, un Ricardo Darín, que estaba entre los invitados y no se las había quitado en ningún momento. "Es un honor estar aquí celebrando nuestra hispanidad", dijo el protagonista de películas como '21 gramos', que aseguró sentirse "honrado" de seguir los pasos de otros actores como Carmen Maura o Antonio Banderas al recibir este galardón.

El joven del Toro jugaba a baloncesto, escuchaba música, escribía y pintaba, pero acabó atrapado por la interpretación. "No cantaba, no tocaba ningún instrumento, y pintar y escribir es muy solitario", reconoce. En cambio, "actuar era como salir al recreo". Comenzó a recibir clases y a ensayar con otros actores y a partir de ahí le fue "cogiendo el gusto". Además, se dio cuenta de que era un arte en el que se podía aprender. "Yo pensaba que era algo con lo que se nacía, pero puedes mejorar, tiene una lógica, una ciencia, no es azar", sostiene.

Y en esas anda el actor que asegura que ahora mismo intenta "estar en el presente", sin dejar de mirar atrás y hacia delante. "Ahora veo mucho más muñequitos que antes", asegura en referencia a las series de animación que ve junto a su pequeña de once años. Y como Bob Esponja, dice, a lo largo de todos estos años en los que ha ido trabajando con "excelentes" directores, productores y guionistas ha ido "absorbiéndolo todo". "Ahora me interesa explorar otras cosas como producir y dirigir. Llevo diciéndolo por tiempo, pero la actuación me sigue jalando, lo que pasa es que como actor vas evolucionando e inevitablemente empiezas a crear tu propio gusto y estilo", reconoce.

Parte del mismo se podrá ver en 'Reptile', la última película en la que ha trabajado, en la que da vida a un detective de Nueva Inglaterra que, a raíz de un caso en el que nada es lo que parece, se acaba cuestionando su propia vida. Como era la primera película de Grant Singer, el acabó involucrándose "bastante" en las labores de producción y montaje. "Voy evolucionando poco a poco", dice entre risas.

Su participación en 'Huevos de oro'

Y en esa evolución, reconoce que ha cometido errores. "De joven dije que no a proyectos y películas por rebeldía y sin pensarlo", admite alguien que tardó tiempo en aprender que muchas veces "hay que dar para recibir". Con todo, esas decisiones no le quitan el sueño.

Sí que aceptó encarnar al amigo de Miami del protagonista de 'Huevos de oro', la cinta de Bigas Luna que cumple treinta años. Gracias a ella la familia del actor comenzó a aceptar su profesión. "Mi familia no estaba muy contenta con que hubiese decidido ser actor, pero aquella película le encantaba a mi viejo, tal vez porque la hice en español", explica sobre un rodaje que le permitió trabar amistad con Javier Bardem.

A propósito de la misma, contó una deliciosa anécdota: "Se rodó en Miami y yo estaba filmando otra película en Pensilvania, era invierno, y me escapé para hacer 'Huevos de oro'. No podía coger sol, porque tenía que volver, así que me ponía un sombrero mexicano cuando no estaba rodando".

Con películas como 'Traffic', con la que ganó el Oscar y el Globo de Oro a mejor actor de reparto, y series como 'Fuga en Dannemora', el portorriqueño se ha labrado una carrera en un Hollywood en el que "la mayor parte las historias no están diseñadas para las minorías". "Hay estereotipos porque no se profundiza en los personajes que representan a las minorías, quizá porque no han fermentado escritores que cuenten la historia del hispano dentro de Estados Unidos", reflexiona. Como medida de contraataque, "en algún momento, no sé cómo porque no lo planeé, decidí que si iba a interpretar estereotipos, lo haría buscándole la humanidad y la complejidad al personaje, y tuve la oportunidad de trabajar con personas que escuchaban mi llanto por dar una dimensión a estos personajes o los convencía de alguna manera a lo Bela Lugosi", apunta risueño. Eso sí, está convencido de que ahora hay más oportunidades: "Antes para hacer una película tenías casi que viajar a la Luna, ahora basta con un teléfono móvil".

Y sobre el cine de Puerto Rico, considera que sube y baja, pero que "siempre hay cosas". "Creo que hay un talento inmenso. Puerto Rico se ha convertido en la isla del reguetón, han llevado la música a todas partes, igual en algún momento hacen lo mismo con el cine", concluye.

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