La joven de la perla

Una coruñesa halla una gema dentro de una almeja mientras cenaba en el restaurante donde trabaja de camarera. Le han ofrecido 4.000 euros.

Foto de la joven junto a la perla.
Foto de la joven Natalia Freire junto a la perla.
R. C.

La joven de la perla se llama Natalia Freire y tiene 22 años. Si el pintor Johannes Vermeer hizo célebre su retrato de la joven del turbante que luce una perla blanca, Natalia se ha convertido en la vecina más famosa de Muros (La Coruña) tras encontrar una pequeña gema de color violeta dentro de una almeja, algo tan extraordinario que solo sucede una de cada cinco mil veces.

Natalia trabaja de camarera en el restaurante Casa Sampedro, y el martes de la semana pasada acabó su turno de mañana, y sin saber muy bien por qué le entró un "antojo tremendo" de almejas a la marinera. "Nuestra cocina las hace de cine, así que me vine con mi novio a cenar. Él es mariscador y como está harto de comerlas se pidió unos calamares. Yo me pedí una fuente entera de almejas para mí sola. Y como curro aquí, hasta me echaron de más, jajaja", recuerda risueña Natalia en un paréntesis de sus quehaceres tras la barra. "He pedido permiso a mi jefe porque esto es una locura", comenta sobre la explosión mediática que ha despertado su valioso descubrimiento.

El caso es que ese martes por la noche Natalia estaba sentada en frente de un plato rebosante de almejas, dispuesta a darse un festival. "Y la primera que cogí llevaba la perla. Parece como que estaba puesta para mí". Dice que se la podía haber tragado porque era pequeñita, nada que ver con la rolliza perla de Vermeer. "Era enana, cualquiera se la tragaría, pero yo mastico mucho al comer, y ¡casi me rompo un colmillo!".

Sorprendida, se sacó una bolita dura. "Yo sabía que era algo raro, pero no sabía qué. La dejé sobre la barra y seguí con mi fuente de almejas". Solo cuando terminó de rebañar el plato, decidió buscar en Google de qué se podía tratar. "Y entonces vi que era una perla y me quedé impresionada. Es brillante, de color lila y muy pequeña", la describe Natalia, que al principio se extrañó del hallazgo. "No pensé que era una perla porque ¿en una almeja? Había oído hablar de perlas en ostras, pero no en almejas".

Su tesoro en un cofre

La joven camarera tiene guardado el tesoro en un cofre que le ha regalado su madre. Junto a la gema, también conserva la concha de la almeja en la que la encontró. "Tiene una pequeña marca y me imagino que ahí es dónde estaba", explica.

Ahora le toca tomar una difícil decisión, vender la piedra preciosa o quedársela. Hace unos días, y mientras contaba su historia en la tele gallega, una mujer le ofreció 4.000 euros por la pieza.

De momento se lo toma con calma. No le corre prisa venderla. Antes quiere que un profesional se la tase. Tampoco descarta quedársela, aunque no para ella, que no es de lucir este tipo de joyas, sino para su futura sobrina, Alba. "Mi hermana está embarazada y voy a ser la madrina de la niña, e igual la guardo para ella como recuerdo". Sí tiene claro que si la vende se dará un homenaje: un gran viaje... y una fuente de almejas.

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