¿Cómo se forma el granizo y de qué depende su tamaño?: las nuevas teorías contradicen la tradición

Los meteorólogos han precisado sus teorías en los últimos tiempos a partir de experimentos en laboratorio.

El granizo alcanzó un tamaño similar a pelotas de golf.
El granizo alcanzó un tamaño similar a pelotas de golf.
Heraldo.es

Los meteorólogos han precisado en los últimos tiempos cómo se forma el granizo en las nubes a partir de experimentos en laboratorio, y la última teoría ha rebatido la tradicional de que la piedra helada se forma dentro de la nube a partir de corrientes ascendentes y descendentes.

Esta nueva teoría, que ha sido verificada por el Servicio Meteorológico de Cataluña y que está fundamentada en experimentación en laboratorio, no tiene en cuenta que la piedra sube y baja dentro de la nube, sino que se basa sobre todo en la 'cizalla', es decir, la diferente dirección y velocidad del viento en las distintas partes de la nube.

Según el Servicio Meteorológico de Cataluña, esta 'cizalla' hace que la nube de tormenta tenga una inclinación y, con ella, va alimentando la propia tormenta a partir de la entrada de 'embriones', que son el núcleo de la piedra, formado por partículas de agua y partículas digroscópicas (sal marina, polvo, polen...), que absorbe hacia la parte superior de la nube, donde las temperaturas están por debajo de cero grados.

Estos 'embriones' son los que se transformarán en piedra y lo harán en una medida más grande o más pequeña en función de la intensidad de la corriente de viento ascendente.

Si la corriente ascendente es débil, la piedra caerá más rápido y por tanto será granizo más pequeño, pero si la intensidad de la corriente ascendente es fuerte, y además hay un contenido de agua considerable, la piedra irá ganando diámetro hasta que su propio peso vencerá a la fuerza de la corriente ascendente y caerá en forma de granizo grande.

Las piedras de granizo que cayeron ayer en algunas localidades del Empordà gerundense, de más de 10 centímetros de diámetro y que causaron la muerte de una niña de 20 meses y heridas a medio centenar de personas, fueron de un diámetro del que la base de datos de tiempo violento del Servicio Meteorológico de Cataluña (Meteocat) no tenía constancia desde 2002.

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