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¿Se puede acabar con orejas de soplillo por el uso de la mascarilla?

La constante fricción de las gomas de los tapabocas preocupa a algunas personas por si termina afectando a su forma, sobre todo, en el caso de los niños. 

Una joven con mascarilla.
Una joven con mascarilla.
Archivo

A punto de cumplirse dos años de pandemia de covid-19, medidas de prevención de contagios como el uso de mascarillas se han convertido en un complemento diario. De momento, sigue siendo obligatorio su uso en interiores, después de permitirse volver a ir a cara descubierta en lugares al aire libre, con excepciones como las zonas con más afluencia de personas en las que no se pueda guardar la distancia de seguridad. Además de la preocupación por su uso adecuado para la prevención de contagios del virus, hay quien teme que su utilización prolongada pueda llevar a terminar con orejas de soplillo

Las orejas son una de las partes del cuerpo que más acomplejan a algunas personas. Desde el punto de vista puramente estético, la forma preocupa a quienes han nacido con un tamaño mayor o menor del medio o resultan más planas y "sobresalientes". Unas gomas muy tirantes o la necesidad de hacer nudos para ajustar bien la mascarilla para que no entre el aire van presionando las orejas.

Malformación de nacimiento

Sin embargo, los especialistas son claros. "El uso de la mascarilla en el momento actual de pandemia no genera per se una alteración de la forma de las orejas", asegura la doctora María Jesús García-Dihix, especialista en operaciones de cirugía estética con cuatro décadas de experiencia. Recuerda que la forma de las orejas viene determinada desde el nacimiento. Si hay algún problema, se trata de una "malformación congénita", que no afecta a la salud y en la que "hay un componente claro hereditario", añade la también jefa de servicio de Cirugía Plástica y Estética en Quirónsalud en Zaragoza.

"No quiere decir que tenga un defecto de la audición es una alteración solo morfológica", añade la doctora. Pese a ello, puede afectar psicológicamente a la persona, sobre todo, minar la autoestima durante la etapa de la infancia y la adolescencia por ser objeto de burlas.

"Ni a un niño con orejas de soplillo se le corrigen con presión externa ni a una persona se le vuelven hacia delante con el uso mascarilla"

Otoplasia 

En el caso de la forma "alada" o de soplillo, la causa es que "es plana, no existen pliegues y valles y se viene hacia adelante", detalla la doctora. De ahí que con la otoplasia se intervenga en la parte de detrás para "recrear" esos pliegues. Esta sería la única forma de conseguir modificar la forma de la oreja, pese a las creencias populares de que se pueden 'pegar' utilizando durante un tiempo algún elemento de presión como una cinta. "Ni a un niño con orejas de soplillo se le corrigen con presión externa ni a una persona se le vuelven hacia delante con el uso mascarilla", afirma la doctora.

Solo apunta una excepción, aquellas personas que se han sometido a una otoplasia, ya que pueden terminar necesitando una nueva operación. "La cintilla erosiona sobre la cicatriz de la cirugía previa", advierte. Ya se ha encontrado con pacientes operados en los que "la fricción continua de la cintilla de la mascarilla puede ocasionar que se suelten los puntos ya que crea una erosión continuada". En estos casos en los que se ha producido una recidiva tras la intervención, con la reaparición de la forma de soplillo, ha sido necesario volver a intervenir. Hay que "volver a posicionar la oreja", señala.

En cuanto al perfil de pacientes que solicitan esta intervención afirma que  "son de las cirugías que vienen más equilibradas para hacer tanto hombres como mujeres, e incluso más hombres porque una mujer tiene mas defensa por el pelo", explica. En cuanto a la edad, aconseja no hacerla de niños. "Hay padres con hijos de orejas aladas que quieren operarlos pronto, pero es desaconsejable porque el niño es inmaduro", cuenta. Su consejo es intervenir en torno a los 13 ó 14 años, con anestesia local.

Tipos de orejas

Las orejas de soplillo son la forma más frecuente que llega a las consultas de cirugía estética, pero hay otras que también pueden suponer una preocupación que haga que se recurra a una intervención quirúrgica. Entre ellas se encuentran las siguientes:

  • Oreja de sátiro. Oreja picuda en la parte superior en vez de redondeada. La forma triangular requiere de una serie de injertos para dar la forma redonda.
  • Macrotia. Oreja de tamaño muy grande que se quiere reducir.
  • Microtia. Cuando el tamaño es muy pequeño y se busca aumentar su tamaño.
  • Asimetría. En los casos en los que la persona tiene una normal y otra alada. 
  • Reconstrucción.

 

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