Tercer Milenio

En colaboración con ITA

La polémica científica del espermatozoide

El best seller 'Count Down' alerta sobre la extinción de la raza humana por la caída de la fertilidad, pero investigadores de Harvard reexaminan sus datos y acusan a la autora, profesora de Mount Sinai, de alentar ideas supremacistas.

La doctora Shanna Swan y su libro, 'Count Down'
La doctora Shanna Swan y su libro, 'Count Down'
Heraldoñ.es

Los seres humanos están en peligro de extinción porque la "exposición a sustancias químicas del ambiente" disminuye la producción de espermatozoides, asegura Shanna Swan, una profesora de Salud Pública en Mount Sinai (Estados Unidos) autora de 'Count Down' ('Cuenta atrás', todavía no traducido al español). Por tanto, pone en "peligro el futuro de la raza humana", dice quien aborda esta temática desde 2000. 

"En los países occidentales, el conteo de espermatozoides y de los niveles de testosterona han caído dramáticamente en las últimas cuatro décadas, según los hallazgos de mi propia investigación". Publicado junto al estreno de la tercera temporada del 'Cuento de la criada' (una distopía donde hay unas pocas mujeres fértiles, que son esclavizadas por la élite para reproducirlas y robar a sus hijos), el ensayo también revela que las mujeres adolescentes tienen una pubertad precoz y, al crecer, la calidad de su ovulación decae.

Ambos efectos en la biología humana (declive de la cantidad de espermatozoides y baja calidad de ovulación) suceden por la alteración del sistema endocrino por la contaminación y los malos hábitos. "Es difícil predecir lo que sucederá en 100 años", opina Swan. "¿Es el principio del fin de la raza humana?". Existe la "emasculación (extirpación de genitales) ambiental", responde a su pregunta retórica y alerta. "Es el mayor decrecimiento en las cifras de nacimientos".

La visión apocalíptica de 'Count Down' que sumerge al lector directamente en Gilead, el país imaginado por Margaret Atwood (aunque Swan prefiere citar a Isaac Asimov), se basa en una investigación realizada en 2017 que concluía que entre 1973 y 2011 había la producción de espermatozoides había caído más de la mitad, aunque especificaba que solo entre los hombres de Norteamérica, Europa y Australia. "Estos hallazgos sugieren con firmeza un declive significativo en la salud reproductiva masculina, que tiene serias implicaciones más allá de las preocupaciones de fertilidad", sentencia el artículo 'Tendencias temporales en el recuento de espermatozoides', del que tira del hilo Swan para su reciente ensayo publicado en Estados Unidos en febrero.

Alarma contra el racismo

La gran repercusión del libro de Swan ha encendido las alarmas del mundo científico. "¿Debe cundir el pánico?", se preguntaron en Harvard, que partió desde el punto inicial de Swan, aquellos resultados de hace cuatro años, para que investigadores del GenderSci Lab, especializado en rebatir "prejuicios y exageraciones de género", analizara sus resultados y revisara sus argumentos. En primer lugar, esta "reevaluación" plantea que el recuento de espermatozoides tiene una variación "típica de la especie y no patológica", como sí sostiene Swan. Además, la evidencia científica no relaciona, cuando está dentro de ese "amplio rango", la cantidad con salud ni con fertilidad, sostienen en el artículo 'El futuro de los espermatozoide'. "No hay evidencia que respalde que la fertilidad aumente proporcionalmente con el recuento de espermatozoides" ni tampoco que sea la contaminación química la culpable.

Además de las cuestiones científicas con las que desmontan las "suposiciones" de Swan, las conclusiones del equipo dirigido por Marion Boulicault encuentra problemas "éticos": la profesora de Mount Sinai incentiva y secunda el "discurso de la supremacía blanca, que ha utilizado la investigación (original) para argumentar que la fertilidad y la salud de los hombres de naciones blancas están en peligro eminente". Pretenden contrarrestar así tanto la diversidad étnica como los movimientos feministas, analizan.

El propio trabajo de 2017, del que Swan es una de las firmantes, enfatiza esa segregación al dividir a la población en "occidentales" y "otros", lo que es "científicamente incorrecto e incorpora suposiciones racistas y coloniales poco éticas en el diseño del estudio", señalan los investigadores de Harvard.

En las conclusiones de 'Count Down' la autora mantiene que esos resultados supusieron un "inesperado tsunami" y pueden generar "las respuestas que necesitamos para proteger la reproducción humana y de otras especies", a pesar de que nada indica que el conteo de espermatozoides se recupere, dice Swan. Se muestra preocupada por las generaciones futuras y demanda que las mujeres jueguen un rol de salvaguarda de los bebés en sus úteros. "Es un error subestimar el poder del ingenio humano", afirma con la esperanza de que la "salud reproductiva" sea curada "como se curó la polio en Estados Unidos". Unas conclusiones que contrastadas con las de Boulicault y sus colegas de Harvard parecen tener otra lectura. Gilead no estaba tan lejos.

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