Tercer Milenio

En colaboración con ITA

El desmitificador

¿Realmente puedes fortalecer tu sistema inmunitario para protegerte del coronavirus?

Desde hace unos meses, nuestros valientes linfocitos se enfrentan a una nueva amenaza: el coronavirus. Más concretamente, el coronavirus SARS-CoV-2, que ha matado a un millón de personas en todo el mundo. Y, como otras veces, los charlatanes y vendehúmos aprovechan la ocasión para sacar tajada y vendernos todo tipo de soluciones mágicas para fortalecer nuestras defensas. Pero, aun a riesgo de chafaros el resto del artículo, os lo digo ya: no os fieis ni un pelo. Nuestro sistema inmunitario, normalmente, se vale por sí mismo, no necesita ningún suplemento. Seguid leyendo.

Para tener en forma nuestro sistema inmunitario es fundamental alimentarse bien.
Para tener en forma nuestro sistema inmunitario es fundamental alimentarse bien.
Heraldo

No solo los curanderos tratan de hacer negocio con los remedios mágicos contra el coronavirus. Es raro encontrar un medio que no haya publicado ya un artículo sobre los supuestos alimentos mágicos que mejoran nuestro sistema inmunitario, sobre todo ahora que estrenamos estación y, dicen, bajan nuestras defensas. Insisto: todas esas afirmaciones no tienen ningún fundamento científico. No son más que charlatanería o, lo que es aún peor, estrategias de márquetin para vender más yogures (o más suplementos alimentarios que, en realidad, no sirven para nada).

Propóleo, equinácea y probióticos

José Manuel López Nicolás (@ScientiaJMLN), catedrático de la Universidad de Murcia, es tajante: "Ningún alimento ni ningún ingrediente puede prevenir o curar la infección por coronavirus". Todos los productos que se jactan de ‘ayudar’ a nuestro sistema inmunitario (como el propóleo, la equinácea, la jalea real…) son un timo. La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés) no ha podido comprobar ninguna de estas supuestas propiedades beneficiosas y, por eso, está prohibido promocionar estos productos con eslóganes engañosos.

Entonces, ¿por qué existen todos estos suplementos? Ay, amigos y amigas, porque venden. Los ‘alimentos funcionales' triunfan allá donde van, entre otras cosas porque las marcas se aprovechan de nosotros y usan jerga científica para confundirnos. El mejor ejemplo, sin duda, son los anuncios de cremas y demás mejunjes revitalizantes. Todas tienen coenzimas, micelas, lipoproteínas y nanopartículas pero… ¿acaso sabemos qué son exactamente todos estos ingredientes? Pues lo mismo ocurre con la comida y los famosos alimentos funcionales. Nos anuncian leche con ‘omega-3’, cereales ‘con vitaminas y minerales’ y galletas ‘con betaglucanos de avena’ para hacernos creer que nos ha preparado el desayuno algún superexperto de la NASA, pero es puro márquetin. Como dice Juan Revenga (@Juan_Revenga), dietista-nutricionista y profesor en la Universidad San Jorge: "Un alimento funcional es como ponerle un limpiaparabrisas a un submarino (…) o instalar un teléfono móvil en una plancha". Vamos, que todos estos inventos no son más que sandeces.

El asterisco

Seguramente os estéis preguntando: ¿cómo es posible que, si todas estas cosas no funcionan, sigan promocionándolas a diestro y siniestro? La respuesta es muy sencilla: mirad el asterisco. Casi todos estos ‘alimentos funcionales’ suelen incorporar ingredientes que sí son necesarios para que nuestro sistema inmunitario funcione como es debido, pero rara vez son los ingredientes que anuncian. Por ejemplo, una famosa marca de yogures atribuía sus superpoderes a los Lactobacillus casei, unas bacterias que viven de forma natural en nuestro sistema digestivo. Pero si nos fijamos en el asterisco, resulta que lo que en realidad ‘ayuda a las defensas’ es la vitamina B6. Y es una tontería, porque tomas vitamina B6 de sobra en las verduras, las frutas, las legumbres, el pollo, el cerdo, la ternera y el pan integral. Un plátano tiene tres veces más B6 que el famoso yogur que te yoguriza las defensas.

Otros asteriscos revelan a la famosa vitamina C como ingrediente estrella. Sin embargo, como ya vimos en una de las primeras ediciones del Desmitificador (allá por el 13 de diciembre de 2016), ni sirve para prevenir los catarros ni necesitamos tomarla en forma de suplementos. Como bromea Sheldon Cooper en la serie ‘The Big Bang Theory’: "Las tabletas multivitaminas no son más que ingredientes para tener un pipí muy caro".

De propina

Ni los suplementos vitamínicos ni los alimentos milagrosos nos protegen del coronavirus. Eso está claro. Pero volvamos a nuestro sistema inmunitario: ¿de qué depende que nuestros leucocitos sean capaces de defendernos de los patógenos que nos atacan constantemente? Influyen muchísimos factores, nuestro cuerpo es tan complejo que sería imposible detallarlos todos en tan solo una página. Pero vuestro querido Desmitificador puede, al menos, daros un par de pistas. Es muy, muy importante alimentarse bien. En los países desarrollados, la obesidad, la diabetes y las drogas (incluido el alcohol) son los tres factores que más perjudican a nuestras defensas. Además, hay estudios científicos que sugieren que dormir bien ayuda. Los mecanismos que explican esto todavía no están claros, pero todo parece indicar que cuando descansamos mal, nuestras defensas se resienten.

La falta de ciertos nutrientes también puede debilitar nuestro sistema inmunitario. Sin embargo, es muy difícil que tengamos estas deficiencias si seguimos una alimentación equilibrada. Por desgracia, esto es un problema muy serio en los países en vías de desarrollo: ahí, la malnutrición es la causa más común de inmunodeficiencias. La edad también debilita nuestras defensas: es lo que se conoce, técnicamente, como inmunosenescencia. Por último, existen enfermedades (tanto hereditarias como adquiridas) que pueden trastocar el funcionamiento de nuestro sistema inmunitario. Pero si queréis saber más sobre este tema, no soy la persona más indicada. Mejor que os lo cuenten los expertos en inmunología, seguid leyendo.

Para saber más

  • Si queréis saber más sobre los trucos que utilizan las grandes marcas para vendernos suplementos alimentarios inútiles, os recomiendo el blog (‘Scientia’) y los libros (‘Vamos a comprar mentiras’ y ‘Un científico en el supermercado’) de José Manuel López Nicolás, que además de un experto en estos temas es un fenómeno de la comunicación y vicerrector de Transferencia y Divulgación Científica de la Universidad de Murcia.
  • Para descubrir todos los secretos de vuestro sistema inmunitario, os recomiendo descargaros este libro gratuito editado por la Fundación Esteve. Es una traducción al castellano de una publicación de la Sociedad Japonesa de Inmunología que explica cómo funcionan nuestras defensas con un lenguaje muy cercano y unas fantásticas ilustraciones. ¡Muy interesante! 

Fernando Gomollón Bel (@gomobel) Químico y divulgador científico

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