salud mental

14 maneras de mejorar nuestra vida

Y en la lista no está incluido el dinero o más días de vacaciones.

Entendernos, aceptarnos y disfrutarnos es primordial para el bienestar emocional.
Entendernos, aceptarnos y disfrutarnos es primordial para el bienestar emocional.
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Cuando nos rompemos un hueso, acudimos de inmediato al hospital para ser tratados y solucionar nuestro problema. Sin embargo, un problema emocional o mental que requiera un tratamiento suele esperar mucho más tiempo a ser atendido por el propio sujeto y, por tanto, la solución también tarda más en llegar. ¿Por qué? En primer lugar, porque puede ser más difícil detectar que existe un problema, y poco a poco puede hacerse más grande. Según el psicólogo Alejandro Mallén, en el campo de la salud mental, se suele acudir al especialista cuando el problema ha pasado de ser un grano de arena a una montaña y así lo ejemplifica: "Imagina que empiezas a oír un ruidito en tu coche que no estaba antes, pero en vez de llevarlo al taller, subes la radio para no escucharlo. El ruido no tiene por qué terminar por sí solo, y acabas teniendo que ir al taller cuando el tubo de escape echa fuego". Esta situación, teniendo en cuenta que el retrato emocional de las generaciones jóvenes se dibuja entre la ansiedad y el desencanto, según el estudio 'La generación conectada', realizada por la organización World Vision.

Lo primero que se debe entender es que la salud mental abarca el bienestar psicológico, pero también el emocional y el social. Conocerse y entenderse es clave para poder alcanzar un equilibrio. Además, el momento que atravesamos, a nivel tanto personal como social, puede estar afectando a nuestro bienestar mental, generándonos estrés y ansiedad, que pueden somatizarse y materializarse de diversas formas, a saber: palpitaciones o taquicardias, si afectan al sistema cardio-circulatorio; náuseas, sequedad de boca o dispepsia, si lo hace en el digestivo; asfixia o insuficiencia respiratoria, si lo hace en el respiratorio: dolor de espalda, temblores o bruxismo, en el músculo-esquelético; u otros síntomas inespecíficos, como fatiga, mareos, ausencia de líbido, insomnio, pesadillas o visión borrosa. Por ello, conviene más que nunca, hacer un ejercicio de introspección y preguntarnos si estamos bien. 

Para trabajar el bienestar emocional puedes seguir este decálogo compuesto por 14 puntos:

1. Sentirse o permanecer activo y ocupado

2. Dedicar tiempo a las relaciones con los demás

3. Ser productivo en una actividad o trabajo que resulte recompensante y satisfactorio 

4. Organizarse

5. Reducir el número y la intensidad de las preocupaciones

6. Disminuir las expectativas y las aspiraciones

7. Fomentar un pensamiento optimista, propositivo y positivo

8. Orientarse hacia el presente

9. Conocer, aceptar y crear una imagen positiva de uno mismo

10. Invertir en actividades y actos que supongan contacto con personas

11. Sentirse bien consigo mismo

12. Eliminar tensiones  negativas irresolubles

13. Intensificar las relaciones íntimas satisfactorias y comprensivas

14. Valorar los aspectos positivos que disfrutamos a diario.

Pero no siempre es fácil poner en práctica estos puntos. Si necesitas ayuda o presentas síntomas de ansiedad, estrés o depresión, recuerda que, como un hueso roto, la mente también necesita su proceso de reparación. Si lo necesitas, no dudes en ponerte en contacto con profesionales de la salud mental, antes de que el coche eche fuego por el tubo de escape.

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