arte en los libros
"Dibujar es buscar un sitio en el que vivir, donde se está muy bien"
La dibujante zaragozana Elisa Arguilé lleva veinte años trabajando en el mundo de la ilustración y ha recibido importantes reconocimientos.
La ilustración de libros y el diseño gráfico son disciplinas diferentes pero comparten un mismo objetivo: lograr una estética gráfica y hacer una composición de la página. Los dibujos en los libros pierden fuerza si no van acompañados de una tipografía, un formato y una maquetación adecuadas. En definitiva, si no van acompañados de un buen criterio en el diseño.
Así lo explica Elisa Arguilé, ilustradora zaragozana que lleva dos décadas trabajando en el sector y con la que hablamos con motivo del Día Internacional del Diseño Gráfico, labor que considera de gran relevancia para lograr un buen resultado editorial.
Entre sus trabajos, se encuentran numerosos libros infantiles como 'Mi familia', que le valió varios premios o 'Hasta (casi) cien bichos', de gran éxito editorial, entre otros muchos títulos. Ambos bajo la autoría de Daniel Nesquens con quien ha formado tándem artístico en muchas ocasiones.
Arguilé indica que ella no hace ilustraciones específicas para niños o pensando en el público infantil, pues no encuentra la diferencia con otro tipo de audiencias: "Yo ilustro el texto" afirma. De hecho, confirma que ha ilustrado libros de adultos con dibujos más suaves o naif que los de aquellos dirigidos a los más pequeños.
El poder de la imagen
Sobre su proceso creativo dice ser muy irregular. Parte de una lectura concienzuda o, mejor dicho de varias lecturas: "Intento encontrar en las palabras aquello que conecte con las imágenes", explica, mientras asegura que no todo lo que se visualiza al leer algo por primera vez puede ser abarcado luego con el lápiz.
En estos días trabaja en proyectos personales a través de dibujos que pueden materializarse en una idea concreta o no, o que podrían convertirse en proyecto más adelante: "Para mí dibujar es buscar otro sitio en el que vivir, donde se está muy bien", explica, aludiendo a su vocación.
En otras circunstancias, le hubiera dado la bienvenida a la primavera con muchos proyectos en forma de talleres, charlas y demás actividades divulgativas, que no han podido ser. Para ella es una forma de conectar con su público y de intercambiar opiniones ideas. También le gusta hacer hincapié en estas sesiones de la importancia de la educación visual: "Hago apología de la observación lenta de las imágenes para pararse en los detalles", asegura.
También ha sido raro quedarse en casa este año para celebrar el pasado 23 de abril, como ella misma reconoce, lo que ha solucionado con un vermú y unos buenos libros.
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