Tercer Milenio

En colaboración con ITA

#Cienciaencasa

Ver y entender las nubes desde casa

Nuestra ventana es estos días un magnífico punto de observación del mundo exterior. Llevamos ya más de una semana todos en casa, cumpliendo con el periodo de aislamiento para evitar la infección por Covid-19, ¿te animas a empezar a estudiar las nubes? La variedad y el cambio constante están garantizados.

Cielo con nubes, visto desde la ventana
Cielo con nubes, visto desde la ventana

Aunque vivimos tiempos de incertidumbre por la expansión del coronavirus y eso puede atenazarnos y hacer que caigamos en el desánimo, el confinamiento en nuestras casas es una oportunidad magnífica para descubrir la ciencia de lo cotidiano y aprender cosas interesantes. Os recomiendo que dediquéis cuatro ratos cada día –por la mañana al levantaros, a mediodía, a media tarde y al atardecer– a mirar el cielo por la ventana o terraza de casa desde la que veáis una mayor proporción de bóveda celeste.

El ejercicio consiste en apuntar en cada una de las cuatro observaciones el tipo de nubes que veáis. Si no conoces la clasificación oficial de las mismas, vale con anotar, por ejemplo: ‘nubes grises cubriendo todo el cielo’, ‘nube pequeña y blanca’, ‘varias nubes grisáceas y zonas de cielo azul’, ‘nube oscura y amenazante’…

Si vas haciendo esto todos los días, de manera disciplinada, te darás cuenta rápidamente de la gran variedad de nubes que hay y de lo cambiante que es el aspecto del cielo. Habrá días en que la nubosidad será muy monótona (por ejemplo, el típico día gris, desde la mañana hasta la noche) y otros en los que cambie mucho el aspecto del cielo en cada una de las cuatro observaciones.

Si te pica el gusanillo y quieres empezar a aprender a clasificar las nubes y a ponerles nombre (los oficiales son en latín), tienes muchos recursos útiles y gratuitos en internet. A continuación te facilito el enlace a un módulo educativo muy asequible y recomendable.

Un sencillo experimento

La observación de las nubes y esta propuesta de aprendizaje las puedes complementar con un sencillo experimento, ideal para hacer con niños, si es que convives con hijos en edad escolar, aunque animo a hacerlo a cualquier persona que lea esto, con independencia de cuáles sean sus circunstancias personales.

Las nubes están formadas por minúsculas gotas de agua. Algunas también contienen cristalitos de hielo. Las gotitas son el resultado de la condensación del vapor de agua que hay en el aire, lo que ocurre cuando se dan las condiciones adecuadas (en meteorología decimos que el aire alcanza su saturación –del citado vapor de agua–). Aunque en un momento dado la atmósfera esté muy cargada de humedad, para que se puedan formar las gotitas que constituyen las nubes, es preciso que en el aire haya partículas en suspensión con capacidad higroscópica, de manera que actúen como una especie de fijador (soporte físico) del vapor de agua. Esos núcleos de condensación (NC) –así se llaman– son muy variados, de muy distinta naturaleza, y microscópicos; con unos diámetros del orden de una micra (la millonésima parte de un metro).

Entre los NC tenemos polvo mineral originado en los desiertos, las zonas áridas y con el suelo desnudo de las áreas continentales del planeta, sales marinas, que escapan del océano incorporándose al aire, y también los pólenes. Sobre todos esos elementos, el vapor de agua (cuyas moléculas son del orden de una diezmilésima parte de una micra) tiende a cambiar de fase, formando una fina película de agua líquida, lo que convierte a los NC en microgotas o embriones, a partir de los cuáles van creciendo las gotitas que constituyen las nubes.

De izquierda a derecha, proceso simplificado de la formación de una gotita de nube ('cloud droplet') de las que forman una nube ('cloud').
De izquierda a derecha, proceso simplificado de la formación de una gotita de nube ('cloud droplet') de las que forman una nube ('cloud').
NASA

Entendido cómo es el proceso de formación de las gotitas de nube, os invito a que hagáis una sencilla demostración en casa para que comprobéis cómo tiene lugar ese mecanismo natural. Dicho experimento casero lo expliqué con detalle en un vídeo que grabé en 2017 (¡me veréis en él sin barba!) y publiqué en la RAM (@RAM_ meteo), en www.tiempo.com.

Es muy sencillo de hacer. Todo lo que necesitas lo tienes en casa ¡seguro!: un vaso de agua, sal, dos platos hondos y la tapa metálica de un frasco.

¡Disfruta con los tuyos de la #cienciaencasa!

José Miguel Viñas @Divulgameteo Meteorólogo de Meteored, en www.tiempo.com

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