medio ambiente

Acuerdo en la cumbre del clima de Madrid para ser más ambiciosos desde 2020

Titulado 'Chile-Madrid, tiempo de actuar', compromete a los países a evitar que la temperatura media del planeta suba este siglo por encima de 1,5 grados, si bien entidades como Greeenpeace lo califican de "inadmisible" y denuncian la presión de los 'lobbies' del combustible fósil.

La ministra Teresa Ribera, este domingo, en la Cumbre del Clima.
La ministra Teresa Ribera, este domingo, en la Cumbre del Clima.
Zipi/EFE

La cumbre del clima ha logrado este domingo cerrar un documento para aumentar la ambición climática en 2020 y cumplir el Acuerdo de París que compromete a los países a evitar que la temperatura media del planeta suba este siglo por encima de 1,5 grados.

El acuerdo, titulado "Chile-Madrid, tiempo de actuar", se ha logrado casi dos días después de la jornada prevista para la clausura de la Conferencia (COP25) y tras unas maratonianas negociaciones que se han prolongado durante toda la madrugada.

El documento ha sido aprobado por la presidenta de la COP25, la chilena Carolina Schmidt, tras un tenso debate con Brasil que no aceptaba inicialmente dos párrafos incluidos en el acuerdo sobre océanos y uso de tierras.

El acuerdo final de la COP25 establece que los países deberán presentar en 2020 unos compromisos más ambiciosos de reducción de emisiones (las llamadas Contribuciones Nacionales Determinadas) para hacer frente a la emergencia climática.

Según el acuerdo, el conocimiento científico será "el eje principal" que debe orientar las decisiones climáticas de los países para aumentar su ambición, que debe actualizarse permanentemente de acuerdo a los avances de la ciencia.

El texto recoge "el imperativo" de que la transición hacia un mundo sin emisiones sea justa e impulse la creación de empleo decente.

El acuerdo reconoce además la acción climática de los actores no gubernamentales, a quienes invita a que la incrementen y generalicen estrategias compatibles con el clima.

Las discusiones en Madrid han mostrado asimismo que son las personas y sus preocupaciones las que deben estar en el centro de la respuesta climática.

Si embargo, el acuerdo ha sido recibido con gran escepticismo por parte de veteranas organizaciones dedicadas a la lucha por el medio ambiente como Greenpeace, quien ha calificado de "inadmisible" que las empresas contaminantes "hayan impuesto sus intereses".

De este modo, ha destacado que la "fuerte y silenciosa" presión ejercida por los lobbies de los combustibles fósiles y de corporaciones, que, a su juicio, "solo defienden sus propios intereses", han "socavado" los avances de la COP25 de Madrid.

"De nuevo, el miedo a que sus lucrativos negocios se vieran afectados ha hecho que ejercieran toda su influencia para evitar un acuerdo multilateral que abordara de forma decidida la emergencia climática", ha asegurado la ONG.

Durante la COP25, Greenpeace ha lamentado que se ha "cerrado literalmente la puerta" a la ciencia y a las exigencias de la sociedad civil, que pedían acordar soluciones urgentes y ambiciosas a la emergencia climática". "En cambio, los políticos se pelearon por el modelo de tráfico de emisiones del 'Artículo 6', que amenaza los derechos de los pueblos indígenas y pone un precio el medioambiente", ha precisado.

En su opinión, los equipos políticos enviados por los países "no han mostrado ninguna o poca intención de alcanzar compromisos para reducir las emisiones a la velocidad e intensidad que, según la información científica, se necesita para limitar el calentamiento global a 1,5 grados".

"Los Gobiernos deben replantearse totalmente cómo han actuado, porque el final de esta COP es totalmente inaceptable", ha criticado la directora de Greenpeace Internacional, Jennifer Morgan.

En la misma línea, ha asegurado que la COP25 "ha sido más bien política" y que en ella se ha visto cómo los "grupos de presión de los sectores más contaminantes torpedean las negociaciones, así como la profunda desconfianza de la juventud hacia la clase política".

"Necesitamos un cambio sistémico en el que las personas puedan confiar, los equipos de negociación deben volver a casa y recapacitar. Pero también hemos visto algunas fuerzas positivas, por ejemplo la Coalición por una Alta Ambición nos ofreció un halo de esperanza esta semana, y los pequeños estados insulares se están fortaleciendo día a día, manteniendo vivo el Acuerdo de París", ha comentado Morgan.

Por su parte, el director de Greenpeace en España, Mario Rodríguez, ha subrayado que la clase política "no puede seguir haciendo oídos sordos a la evidencia científica y al clamor social que exige una respuesta contundente y urgente a la emergencia climática".

Para Rodríguez, España ha hecho "un gran trabajo" con la organización de la COP25, de la que sale un "importante" apoyo social y político para "reforzar" la lucha contra el cambio climático. "A esto se ha sumado la decisión del Consejo Europeo de pedir a la Comisión que presente unos objetivos climáticos más ambiciosos para 2030 para llegar en tiempo a la COP26", ha precisado.

En este contexto, el jefe de la delegación de Greenpeace Internacional en la COP25, Juan Pablo Osornio, ha lamentado el "decepcionante" resultado de la Cumbre. "Necesitamos espacios multilaterales alejados de los intereses privados de unos pocos que nos siguen bloqueando para que se alcance el futuro que queremos y sabemos que es posible", ha criticado.

Por último, el director de Greenpeace en Chile, Matías Asun, ha resaltado que, a pesar de ostentar la Presidencia de la COP25, Chile "no ha logrado un progreso significativo contra la emergencia climática". "Hemos perdido una oportunidad perfecta para mostrar el liderazgo climático que necesitábamos", ha dicho.  

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