Cuidarse uno mismo además de la técnica musical
Los buenos hábitos, entre los que destaca la higiene postural, pueden evitar los problemas y dolores asociados a tocar un instrumento. Como pianista, Clara Schumann «se desarrolló en concordancia con las consideraciones actuales de la fisiología de la música», destaca Eckart Altenmüller, músico y neurólogo que investiga en el Instituto de Fisiología de la Música y Medicina de Músicos de Hannover. Su padre no le dejaba tocar más de tres horas al día, y tenía que compensarlo dedicando al menos las mismas horas a practicar ejercicio al aire libre.
Limitar la práctica diaria del instrumento, evitar la monotonía, hacer ejercicios mecánicos de los dedos, aportar aspectos de teoría musical en la práctica, prestar atención a las cuestiones de salud haciendo estiramientos y paseos regulares al aire libre son elementos que contribuyen a desarrollar una mayor resiliencia y a acelerar el ritmo de aprendizaje.
Desde el Instituto del Arte de Tarrasa, Jaume Rosset recuerda que «la música siempre se ha asociado con bienestar y equilibro emocional», quizás por eso es «difícil que los músicos, así como el público, reconozcan los riesgos para su salud».