Hace casi 40 años decidió dedicar su vida a la Radiología. ¿Qué le atrajo de la especialidad?Sobre todo, que era capaz, con precisión, de diagnosticar lesiones y enfermedades, de mostrar lo que está sucediendo dentro de los pacientes y hacerlo, además, de una forma demostrable.

¿Una imagen vale más que mil palabras?Eso es. Yo creo que el ser humano es muy visual, necesitamos ver para entender.

Y las imágenes médicas, además, aportan mucho valor.Todo es relevante. Pero en muchas de las enfermedades, hasta que no vemos y demostramos y objetivamos de verdad lo que está sucediendo, no tenemos una idea muy clara del estado del paciente con exactitud, precisión y veracidad. Eso es fundamental.

¿Y cómo ha cambiado el radiodiagnóstico en cuatro décadas?Ser radiólogo hace 40 años era casi un acto de fe. Se disponía de la radiografía convencional y la tomografía. Pero ha habido una explosión tecnológica en todas las modalidades de imagen y en la capacidad de la Medicina.

Es imposible resumir en unas líneas su currículum en investigación e innovación. ¿Le queda algo por explorar?Una barbaridad. Estamos en un momento de revolución en Medicina y también social y económica, con la inteligencia artificial, campo en el que trabajamos desde hace ocho años.

Este fue el tema que abordó en la sesión de clausura del curso académico 2023 de la Real Academia de Medicina de Zaragoza.Sí, en relación a la aportación de la ciencia, la cuantificación, la objetivización, los datos para generar soluciones que hagan que la Medicina sea más precisa. Eso quiere decir que haya tratamientos que no fallen, que cuando damos un fármaco o se indica un tipo de cirugía la tasa de éxito sea máxima porque hemos adecuado muy bien a qué pacientes hay que dar qué tipo de tratamientos gracias a estos desarrollos de la imagen, a la radiolítica, a la computación y la inteligencia artificial.

Es autor de cientos de publicaciones y ha dirigido 28 tesis doctorales y 13 proyectos y de carrera.Es importante esa ayuda para construir un ecosistema de profesionales responsables, que no solo quieren aprender a hacer su trabajo, sino también mejorar el que hacen todos los días. Y para eso necesitamos investigar y demostrar ese beneficio.

¿Nunca hay que parar de estudiar y de aprender?No, porque sería muy aburrido. Todos los días te aproximas a situaciones nuevas y a retos de los que afortunadamente todos debemos participar. El que piense que ya lo sabe todo ha empezado ya a no ser relevante ni importante para la sociedad.

¿En qué proyecto está trabajando en la actualidad?Para poder hacer toda esta investigación, con una presencia cada vez mayor de la inteligencia artificial, estamos coordinando una infraestructura europea para datos de imágenes de cáncer, desarrollada por Eucaim. Es un buque insignia de la Unión Europea en su lucha contra el cáncer.

¿Y en qué consiste?Eucaim tiene como objetivo construir una infraestructura federada paneuropea para imágenes del cáncer, conectando a las principales instituciones de investigación del cáncer y poniendo diversas imágenes del cáncer a disposición de investigadores, médicos e innovadores.

¿Qué va a permitir este proyecto europeo?Busca mejorar la colaboración entre instituciones de investigación del cáncer, expertos en inteligencia artificial y partes interesadas de la industria para acelerar el desarrollo de soluciones de diagnóstico y tratamiento de vanguardia. El reto es potenciar la próxima generación de diagnósticos y tratamientos del cáncer, lo que conducirá a mejores resultados para los pacientes y transformará la atención del cáncer en toda Europa.