El hospital Ernest Lluch de Calatayud realiza el primer simulacro del código ictus en Aragón

En el ensayo han participado personal médico, de enfermería y celadores del 061, de Urgencias, Radiología y Neurología.

En la intervención han participado varios equipos del centro bilbilitano
En la intervención han participado varios equipos del centro bilbilitano
Heraldo.es

El hospital Ernest Lluch de Calatayud se ha convertido este martes en el primero de Aragón en acoger un simulacro del llamado código ictus, un sistema que se activa en la comunicad ante personas que sufren un caso agudo. En este caso, el aviso llegaba a través del 061, cuyos profesionales han sido los encargados de recoger al paciente y trasladarlo al centro de referencia en la demarcación bilbilitana. Desde que el paciente ha entrado por la puerta hasta la aplicación del tratamiento han pasado escasos 40 minutos. En su atención también han participado, en coordinación, médicos, enfermeras y celadores de Urgencias, Radiología y Neurología.

"El objetivo es medir tiempos de atención al activarse el sistema código ictus, cuya finalidad es acortar el tiempo en el que el paciente es atendido, para que su pronóstico y la recuperación funcional sean buenos y las secuelas las mínimas posibles", apuntaba Cristina Pérez, neuróloga en el hospital bilbilitano. Se trata del primer ensayo en el que se monitoriza el desarrollo de todas sus fases para evaluar el funcionamiento en la respuesta. Según Pérez, una vez finalizado se realiza un informe con los tiempos obtenidos y con aspectos a pulir que se comparte con los participantes: "Se monitoriza para mejorar", subraya.

El control de los tiempos de esta situación figurada tratada como un caso real ha sido organizado por Angels Initiative, una asesoría centrada en la mejora del proceso asistencial al ictus en todas sus fases. "Es una iniciativa de carácter internacional que busca mejorar el circuito asistencial y ver las necesidades que puede haber", explicaba María Atienza, responsable en Aragón de estas labores de control.

Para la jefa de Urgencias del centro, Marisa Catalán, se trataba de un momento relevante y recordaba que es un protocolo que busca "los beneficios de una intervención precoz, para evitar secuelas y mejorar la calidad de vida".

Según consta en el Plan de Atención al Ictus en Aragón, elaborado por el Departamento de Sanidad de la DGA, unos 2.800 pacientes con ictus ingresan cada año en la comunidad. El 78% de ellos son isquémicos y el resto hemorrágicos. 

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