El ajedrez también cura

Se emplea para tratar problemas de aprendizaje, de salud mental y en la tercera edad.

El ajedrez también cura.
El ajedrez también cura.
H. A.

Todos conocemos los tópicos en torno al ajedrez, que si ‘está reservado para personas muy inteligentes’, que es un ‘juego que desarrolla el cerebro’, que si ‘trabaja la concentración’... Poco más. Pero existe un mundo de beneficios para la salud mental, buena parte de ellos emocionales, que han dado lugar a lo que ya denominan los expertos como ‘psicoajedrez’. Ha entrado en las consultas de los pedagogos para tratar la falta de atención, los problemas de aprendizaje e incluso el autismo, se utiliza en los hospitales como parte de la terapia con pacientes psiquiátricos y en centros de la tercera edad para retrasar el deterioro cognitivo.

Y, en contra de lo que se podría pensar, el mundo digital no se ha comido al ajedrez. "Es más, se ha vivido un ‘boom’ tras la pandemia, una etapa en la que cobraron mucha importancia los juegos de mesa y, en el caso concreto del ajedrez, principalmente entre las mujeres. La serie ‘Gambito de Dama’ le dio un impulso, al que se sumó la reivindicación del papel de la mujer. Era un deporte con mayoría de hombres al que se están incorporando las chicas con fuerza", señala María Rodrigo Yanguas, psicóloga sanitaria, máster en Psicología de la Actividad Física y el Deporte y autora del libro ‘No te enroques. Psicoajedrez para mejorar tu vida’. Describe la práctica de este juego como una forma de no enrocarnos en las dificultades diarias y saber enfrentarlas.

En una etapa en la que arrasan los videojuegos, Instagram, Tik Tok o los vídeos en Youtube, "en el mundo de la inmediatez, de dar todo masticado a los jóvenes, el ajedrez exige parar y pensar, reflexionar, controlar las emociones, unas habilidades que cada vez son más complicadas que adquieran niños y adolescentes", señala Rodrigo, miembro de la comisión de mujer de la Federación Española de Ajedrez.

En la escuela 

Uno de los principales beneficios que ofrece jugar al ajedrez en los más pequeños es el autocontrol. "Es muy frecuente escuchar a los padres decir ‘es que mi hijo hace todo sin pensar’. El ajedrez entrena esa habilidad. Tiene unas reglas, cada jugador hace un movimiento y debe esperar a la respuesta de su rival para replicar a su adversario. Esto hace entender al niño cómo la impulsividad solo le lleva a cometer errores porque se precipita en la respuesta y comprender que adoptando una actitud de calma, de reflexión y autocontrol consigue plantar cara a su competidor", indica la experta, que imparte talleres de ajedrez terapéutico.

Otro de los caballos de batalla de los jóvenes es la escasa tolerancia a la frustración. Están acostumbrados a las recompensas inmediatas, lo que limita su capacidad de esfuerzo. Cuando jugamos una partida de ajedrez aprendemos a "demorar la gratificación", una cualidad que fomenta la responsabilidad. "En muchas ocasiones elegimos rechazar una ventaja inmediata pero pequeña, como ganar un peón, a favor de una más grande a largo plazo: el jaque mate". El ajedrez, además, se focaliza en el aquí y ahora. "Te entrena para tener el valor de mover pieza, evitando quedar paralizado en las adversidades. Te obliga a ser realista y saber que con cualquier movimiento de un simple peón cambias el rumbo de la partida", resalta.

La entrada del ajedrez en las aulas, incluso como asignatura, ha demostrado su valor educativo. Diez de las diecisiete comunidades autonómicas lo han incluido en el horario escolar. Y los profesores utilizan el juego como herramienta para enseñar lengua y matemáticas. "Es el mejor ejemplo de actividad intelectual mediante un juego, muy importante porque los niños quieren jugar", señala Eugenio Fedriani, psicólogo y catedrático de la Universidad Pablo de Olavide. ¿Qué habilidades consigue reforzar cuando se utiliza en las aulas? La lista es larga: "Enseña a respetar las reglas, mejora la memoria, la concentración, ayuda a planificar y razonar y previene trastornos de atención", apunta el catedrático. Ayuda a la adquisición de la lectura y la escritura, la visión espacial y las matemáticas. Y es especialmente recomendable para alumnos con trastornos de déficit de atención.

Tratar patoogías

El ajedrez ha entrado con fuerza en las consultas de psiquiatras y psicólogos. "Se utiliza de forma creciente como herramienta de entrenamiento cognitivo en diferentes patologías de la salud como la esquizofrenia, la adicción a las drogas, los trastornos del espectro autista y las enfermedades neurodegenerativas".

La prevención del deterioro cognitivo es uno de los campos en los que más se ha incrementado su uso. Numerosos estudios han demostrado sus efectos para retrasar y frenar el alzhéimer. "Cada vez son más los centros de la tercera edad que fomentan el ajedrez. La mente es un músculo que se entrena pero, a diferencia de otras técnicas, ese trabajo se hace impregnado de una parte lúdica, se hace jugando", apoya esta experta.

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