Aumentan los casos de gota: "Hasta un mínimo roce con las sábanas es doloroso"

Dieta y medicación son claves para controlar los niveles de ácido úrico en el organismo y no sufrir ataques dolorosos.

Síntomas de gota.
Síntomas de gota.
K. U.

La prevalencia de la enfermedad de gota en España es del 2,4% de la población adulta, lo que equivale aproximadamente a 800.000 afectados en total, siendo el 66,6% de los pacientes mayores de 60 años. Son los datos con los que trabaja la Sociedad Española de Reumatología (SER), entidad que alerta de un incremento sostenido de esta dolencia desde los años 90.

“Estos datos son mayores en comparación a los de otros países, salvo Reino Unido que es similar, y se observa una tendencia creciente probablemente en relación con una mayor esperanza de vida y cambios en el estilo de vida. Además, se ha observado que en los últimos años también están aumentando las hospitalizaciones por esta enfermedad reumática”, indican desde SER. 

Una dolencia que se produce por la formación de cristales de una sal del ácido úrico que provocan, durante el ataque agudo, la inflamación dolorosa, enrojecimiento y aumento de temperatura de la articulación, que se vuelve muy sensible al tacto. 

Si no se tratan adecuadamente, los ataques de gota pueden repetirse y acabar convirtiéndose en un problema crónico, pudiendo dañar seriamente las articulaciones. "Las causas son variadas, pero se resumen en lo siguiente: el metabolismo de las proteínas produce la urea, la cual se elimina por vía urinaria. Sea por una razón u otra si se genera más ácido úrico del que se puede eliminar por la orina la probabilidad de padecer gota aumenta", explica Luis Miguel García, médico de Atención Primaria.

"Esta situación se produce porque la ingesta de alimentos es mayor de la que el riñón es capaz de eliminar o simplemente porque dicho riñón, aunque no se coma demasiado, no excluye lo necesario. Algo que puede llegar a generar mucho dolor", apunta el doctor. 

Esa es la sensación que el zaragozano Francisco Marqués, de 62 años, ha sufrido las "cinco o seis veces" que ha tenido gota. "La primera vez que me ocurrió fue hace seis años. Empecé a sentir una molestia en el dedo gordo del pie, que poco a poco se me inflamó y enrojeció. Ese malestar terminó convirtiéndose en un intenso dolor. Hasta el mínimo roce de las sábanas era horroroso", asegura Marqués, quien toma antiinflamatorios para calmar el ataque.

Síntomas y tratamientos para los ataques agudos de gota

"Eso es lo que me recomienda el médico además de no tomar tomate, ni marisco ni carnes rojas, que son los principales alimentos que contienen ácido úrico", comenta este zaragozano al que la dolencia le afecta exclusivamente al pie, a pesar de que también puede manifestarse en las rodillas, los codos y las muñecas con la siguiente sintomatología:

  • Molestia persistente. Después de que el dolor intenso desaparece, es posible que un poco de molestia articular quede, la cual puede durar algunos días o semanas. Es probable que los ataques posteriores duren más tiempo y afecten más articulaciones.
  • Inflamación y enrojecimiento. Las articulaciones afectadas se hinchan, se vuelven sensibles, se calientan y enrojecen.
  • Amplitud de movimiento limitada. A medida que avanza la gota, es posible que no se puedan mover las articulaciones con normalidad.

"Lo más recomendable para aliviar la dolencia son los fármacos específicos de la gota, que a veces están aconsejados de por vida, y los antiinflamatorios para los momentos de ataques agudos", explica Luis Miguel García. 

Factores de riesgo

Además de la alimentación, son varios los factores que aumentan el nivel de ácido úrico en el cuerpo, entre los que destacan:

  • Afecciones médicas. Algunas enfermedades pueden aumentar el riesgo de padecer gota. Estas incluyen la presión arterial alta sin tratar y las afecciones crónicas, como la diabetes, obesidad y las enfermedades renales y cardíacas.
  • Ciertos medicamentos. La aspirina en dosis bajas y algunos fármacos utilizados para controlar la hipertensión, incluidos los diuréticos tiazídicos, los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina y los betabloqueadores, también pueden aumentar los niveles de ácido úrico. 
  • Antecedentes familiares. Si otros miembros de la familia tuvieron gota, es más probable padecer la enfermedad.
  • Edad y sexo. La gota se produce con mayor frecuencia en los hombres principalmente porque las mujeres suelen tener niveles más bajos de ácido úrico. Sin embargo, después de la menopausia, los niveles de ácido úrico de las mujeres se asemejan a los de los hombres.

  • Peso. Al tener sobrepeso, el organismo produce más ácido úrico, por lo que los riñones tienen mayor dificultad para eliminarlo.
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