Insectos en verano: ¿qué me ha picado?

Mosquitos, abejas, tábanos, garrapatas... se activan los meses de calor.

Los mosquitos son una de las partes negativas del verano
Los mosquitos son una de las partes negativas del verano
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Llega el verano, el calor, las largas jornadas al aire libre en la playa y la montaña... y las molestas picaduras de insectos. Las más frecuentes son las de mosquitos y tábanos, pero la lista de bichos que nos pueden provocar dolorosos ronchones, picores e, incluso, reacciones alérgicas es larga: avispas, abejas, tábanos, garrapatas... Son difíciles de evitar, pero los expertos apuntan algunas formas para esquivar sus ataques o, al menos, saber reaccionar.

Mosquitos y tábanos

Los mosquitos son un problema del verano porque el calor favorece su actividad y "pasamos más tiempo en la calle y con menos ropa", advierte la especialista en Dermatología del IMQ María José Calderón. Ojo, salen a ‘cazar’ al amanecer y al anochecer.

¿Por qué nos pican? Los mosquitos hembra necesitan la sangre para formar huevos y absorben sangre de los pequeños vasitos sanguíneos de nuestra piel. Su saliva entra en contacto con el cuerpo, que, para defenderse, produce histamina y esa sustancia es la que causa la rojez y el picor. Algunas personas son más propensas a sus picaduras que otras pero no es porque tengan la sangre "más dulce". "Se desconocen las causas concretas, pero puede deberse al olor, el sudor, a ciertos jabones y perfumes". Los mosquitos también se sienten atraídos por estímulos visuales como el movimiento y los colores de la ropa (los tábanos van a lo oscuro y los mosquitos a los tonos más vivos). "Y por factores térmicos, por lo que prefieren ciertas partes del cuerpo como cara y extremidades". De lo que de sí hay evidencia, remarca la especialista, es de que los niños son más proclives a sufrir sus picaduras, sobre todo si tienen una piel muy sensible.

Los ronchones o habones y el fuerte prurito aparecen dos horas después de la picadura, duran uno o dos días y lo habitual es que sean las únicas y leves secuelas. Basta con lavarse la zona con agua y jabón y evitar rascarse para no causar una infección. "Uno de los mayores riesgos es la posibilidad de que nos transmitan enfermedades, como ocurre en algunos países tropicales", advierte la doctora Calderón. En España, la principal amenaza es la del mosquito tigre –puede contagiar los virus del dengue y zika–. La Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental ha augurado para este verano un "repunte" de la presencia de estos, que se extenderá por toda España. Como medida general, evitar aguas estancadas.

Los tábanos suelen dar más miedo que los mosquitos porque, en lugar de picar, muerden y por eso causan más dolor, sensación de ardor aguda e inflamación. Un remedio eficaz es lavar la zona afectada con agua y aplicar amoniaco, ya que neutraliza el veneno y alivia el prurito.

Abejas y avispas

Abejas y avispas pican para defenderse y no para alimentarse. Atacan, sobre todo, en primavera y verano, ya que hay más polen (una recomendación es no andar descalzos en zona con flores). La avispa puede clavar su aguijón liso varias veces, mientras que el de la abeja es como una pequeña ‘sierra’ y se fija en la piel. "Al inyectar el aguijón, liberan un veneno que provoca dolor e inflamación", señala Calderón. Es importante extraer el aguijón, pero debe hacerse con delicadeza. "Se puede intentar con una aguja y es imprescindible acudir a un servicio de urgencias en caso de sospecha de reacción alérgica".

Y es que el veneno de ambas especies tiene "un gran poder alergénico", señala el médico Juan Pablo Lonzi, colaborador del blog ‘Muysaludable’. ¿Cómo percibimos su gravedad? "Una picadura normal causa una reacción local, incluso con síntomas severos y mucho dolor. Sin embargo, una reacción alérgica se manifiesta en todo el cuerpo o en zonas alejadas de la picadura". Las señales de alarma: urticaria, inflamación de párpados, rinitis o irritación ocular. "Es necesario buscar ayuda rápidamente en caso de mareos, visión borrosa, síntomas estomacales y, sobre todo, dificultad para respirar o tragar, y también si se hinchan los labios o la lengua".

Garrapatas y pulgas

Las garrapatas, que se ocultan entre las hierbas y los arbustos, se activan en los meses cálidos. "Las más peligrosas son las grandes. Debemos quitarlas cuanto antes y por completo, porque dejar dentro la cabeza es un riesgo. En ese caso, es necesario acudir a un centro de salud", señala la dermatóloga del IMQ. Para evitar que se nos ‘peguen’ durante un paseo por el monte, debemos llevar manga y pantalón largos y botas cerradas. Pueden estar infectadas con una amplia variedad de organismos patógenos. En España, una de las enfermedades más graves que transmiten es la de Lyme. Si aparece malestar general o alguna roncha en la piel es importante consultar con un médico.

Las pulgas se activan en los meses cálidos. Un truco para reconocerlas:sus picaduras son pequeñas y aparecen de tres en tres. Se alimentan de excrementos de otros insectos, de polvo y del pelo y la piel descamada de las mascotas y se ocultan en alfombras, sofás... Pasar el aspirador y rociar luego con insecticida es eficaz.

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