salud
Sanidad desaconseja el cribado de hepatitis C a personas no sean de riesgo
La prevalencia es elevada en personas que consumen drogas inyectadas, y destaca un aumento de la reinfección en hombres que tienen sexo con hombres.
El Ministerio de Sanidad desaconseja, con la "evidencia disponible, el cribado de la infección por hepatitis C (VHC) en personas que no sean de riesgo que sí lo indica para colectivos expuestas al virus como presos o pacientes en tratamiento crónico con hemodiálisis, entre otros.
Lo hace en la guía de cribado de la infección por el virus de la hepatitis C (VHC) y la vinculación de las personas diagnosticadas al seguimiento y tratamiento, que ha publicado y que se enmarca dentro del Plan Estratégico para el Abordaje de la Hepatitis C en el Sistema Nacional de Salud. El departamento que dirige Salvador Illa recuerda en un comunicado que el estudio de prevalencia de infección por el VHC realizado entre 2017 y 2018 en España describió una presencia de anticuerpos del 0,85% y de infección activa del 0,22%.
Según el estudio, un 29,4% de las personas con infección activa no se había diagnosticado previamente, con lo que calcula que unas 76.457 personas en la población general tienen la infección activa, de las que 22.478 no estarían diagnosticadas. De las infectadas, más del 80% refieren antecedentes de exposiciones de riesgo.
Para el Ministerio, la prevalencia continúa siendo muy elevada en personas que consumen drogas inyectadas, y destaca un aumento de la incidencia y la reinfección en hombres que tienen sexo con hombres y que tienen infección por el VIH asociada a la práctica de "chemsex", fiestas en las que abundan relaciones sexuales bajo el uso de drogas de síntesis. No obstante, en otras poblaciones vulnerables, los casos han descendido como en las personas con VIH, los presos, o pacientes en tratamiento crónico con hemodiálisis, aunque son superiores al resto de población.
A partir de la evidencia científica, la Guía publicada por Sanidad considera que las indicaciones para la realización de la prueba del VHC incluyen a las personas con criterios clínicos compatibles con infección y la realización obligatoria en los centros de transfusión, para la donación de sangre y trasplante. Asimismo, indica el cribado a las personas con exposiciones de riesgo como los consumidores de drogas por vía inyectada y/o inhalada y los que tienen relaciones sexuales de riesgo -prácticas con riesgo de sangrado como el fisting; chemsex; presencia de enfermedades de transmisión sexual con ulceraciones genitales o proctitis-. También para aquellos cuya pareja sexual tenga la infección activa o consuma drogas inyectadas.
La Guía indica la prueba para el ingreso en unidades de hemodiálisis crónica, los infectados por el VIH y para aquellos que se hayan hecho tatuajes o procedimientos estéticos y similares con instrumental punzante "sin las debidas precauciones de seguridad", y para los que por su trabajo estén expuestos al virus. Por último incluye a las personas que se hayan sometido a intervenciones sanitarias invasivas "sin las medidas de seguridad adecuadas", a los recién nacidos de madres con la infección y a aquellas que procedan de países con prevalencia media o alta. "No se recomienda el cribado de la infección por el VHC en personas sin exposiciones de riesgo, en base a la evidencia disponible", afirma Sanidad, que añade, que la indicación será revisada basándose en nuevos datos epidemiológicos e informes.
La Guía, consensuada con las comunidades y sociedades científicas, ha descrito "diferentes barreras generales" para el acceso de la población al cribado y a la vinculación al seguimiento y tratamiento de la infección. Por eso proponen acciones como que el diagnóstico de la infección se realice en un solo paso, actividades formativas y de apoyo a profesionales sanitarios o una simplificación de los modelos de atención.
