Por
  • Juan Antonio Gracia Gimeno

La estatua perdida

La estatua perdida
La estatua perdida
A.M.Z.

El atinado suelto que, con el título ‘Humildes pedruscos’ firmaba Víctor Orcástegui el pasado 26 de octubre en estas mismas páginas me anima a insistir en un asunto que desde hace tiempo me sigue obsesionando, a pesar de que lo considero una causa perdida.

Lo mío no son unos restos arqueológicos mal custodiados, sino un monumento desaparecido, sin que quede rastro de dónde ha ido a parar.

Recordaré la historia de la corta vida que tuvo el memorial que erigió Zaragoza en la vía pública en homenaje de santo Dominguito de Val, nacido en nuestra ciudad, monaguillo de la Seo y patrono de los Infanticos del Pilar. En el año 1950 se conmemoraba el VII centenario de su martirio y, con ese motivo, el Cabildo, el Ayuntamiento y la Hermandad que lleva su nombre organizaron un hermoso programa de diversos actos y celebraciones.

En ese contexto conmemorativo surgió y se llevó a cabo la iniciativa de levantar en su memoria un monumento en su ciudad natal, desgraciadamente hoy esfumado por arte de birlibirloque. Se eligió como sitio más adecuado para el emplazamiento un pequeño jardincillo que había en la margen izquierda del Ebro entre el desaparecido cuartel de San Lázaro y el Puente de Piedra. La colocación de la primera piedra tuvo lugar el 15 de octubre de 1950.

El monumento que Zaragoza dedicó a Santo Dominguito de Val, patrono de los Infanticos, desapareció en los años ochenta y sigue sin saberse nada sobre su paradero

Tras una misa solemne en el Pilar, se organizó una procesión con la reliquias del santo niño, presidida por el obispo monseñor Lorenzo Bereciartúa con asistencia del Ayuntamiento en corporación, presidido por el alcalde don José María García Belenguer, y una multitud de fieles. No faltaron las voces de los Infanticos.

El monumento, obra del escultor zaragozano Antonio Bueno, uno de los más renombrados artistas de la época, fue inaugurado el 8 de diciembre de 1951 con asistencia de las autoridades de la ciudad y con la participación del coro de Infanticos. En él destacaba la figura martirial del santo, vestido como monaguillo, con idéntico ropaje al que llevan hoy los infanticos en la liturgia de las grandes solemnidades.

El hermoso texto de la inscripción justifica muy bien la razón del memorial: "MCCL-MCML. A Santo Dominguito de Val en el séptimo centenario de su muerte gloriosa. La ciudad ofrenda este recuerdo al santo niño, mártir ejemplar, imagen de la fe, heroísmo y valor esforzado de nuestro pueblo".

Aunque se ignora el día y la hora de su desaparición, no han faltado insistentes gestiones ante los sucesivos alcaldes y el personal de mantenimiento del municipio. Todo en vano.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión