Redactor de HERALDO DE ARAGÓN en la sección de Deportes

El horror plástico

Arco floral colocado en la plaza de las Canteras, en Torrero
Arco floral colocado en la plaza de las Canteras, en Torrero
Guillermo Mestre

Si después de Navidad, en lugar de llevar mi plasticoso arbolito al contenedor correspondiente lo hubiera abandonado en mitad de la calle, estoy seguro de que hubiera recibido una multa fina. 

Si lo hubiera tirado a los pies de algún bien protegido o un símbolo de la ciudad, la cartera aún me estaría temblando. Pues bien, el monumento a César Augusto, la estatua de Prima Porta, luce desde hace días con unos maceteros mal pintados y un absurdo arco con flores de plástico. Por media ciudad se ha desplegado una decoración artificial llamada a "mejorar la escena urbana" que no hace sino todo lo contrario: torpedear la vista del balcón de San Lázaro, ensuciar la plaza de las Canteras, quitar relevancia al busto de Antonio Beltrán...

Entiendo que las calles deben tener su mobiliario urbano (bancos, papeleras, hitos que recuerden hechos históricos...), pero de ahí a convertir cada metro cuadrado en un bazar de mupis, cachivaches y esculturas sin sentido va un trecho. Decían que estos arcos florales de mentira –que han costado la friolera de 256.850 euros– ejercerían de "un punto de atracción". Temo que sólo despiertan interés a quienes se deleitan con lo ‘kitsch’ y disfrutan con el grotesto programa televisivo ‘Desastres estéticos’.

Contaba Antonio Gala que en su día rompió con una novia de juventud porque cuando fue por primera vez a su casa descubrió un jarrón con flores de plástico. Salió corriendo y no quiso volver a aquella casa nunca más. A sus 92 años, si recalara a orillas del Ebro y viera los adornos plásticos, seguro que se echaba otro velocísimo ‘sprint’.

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