Inteligencia natural
Daniel Munro, investigador de la Universidad de Toronto, pidió al sistema de inteligencia artificial Chat GPT que nombrara diez filósofos. Respondió veloz: Platón, Aristóteles, Nietzsche, Kierkegaard… Munro preguntó al robot por qué no había mencionado a ninguna mujer.
La máquina reconoció su error y le devolvió una lista de diez filósofas: Hipatia, Hannah Arendt, Simone de Beauvoir, Angela Davis, Martha Nussbaum… Munro quiso saber por qué sólo había mencionado filósofos occidentales. De nuevo, la máquina se disculpó y respondió con una nueva lista: Confucio, Rumi, Lao Tzu, Buda… Munro le preguntó por qué en su lista de filósofos no occidentales no había incluido ninguna mujer. Tras las disculpas de rigor, el robot respondió: Murasaki Shikibu, Vandana Shiva, Ban Zhao, Fatima al-Fihri… Para terminar el experimento, Munro volvió al principio y le pidió que nombrara a diez filósofos. La respuesta volvió a ser la primera: Platón, Aristóteles, Nietzsche, Kierkegaard…
Hace unos días, una gran plataforma de formación ‘on line’ anunció un ERE para el 45% de su plantilla en España, ya que sustituirán a sus traductores y generadores de contenido por un sistema de IA. Espero que nuestra inteligencia natural y nuestro cada vez más necesario sentido crítico nos permitan identificar el sesgo del sistema (es decir, el sesgo de quien lo programó). Tendremos que aprender a preguntar mejor y a analizar mejor las respuestas para adaptarnos a los cambios imparables que trae esta Revolución Industrial 2.0.