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Cartas al director de HERALDO: ¿Judicializar la nueva Romareda?

La plantilla del Real Zaragoza, este viernes en el entrenamiento en La Romareda.
La Romareda.
José Vidal

¿Judicializar la nueva Romareda?

Hace ya algún tiempo que voy leyendo declaraciones de algunos miembros de los respectivos equipos de gobierno, tanto de la DGA como del Ayuntamiento de Zaragoza, sobre la construcción del nuevo estadio de la Romareda

Las declaraciones del sábado 18 de marzo, en HERALDO, por parte del Sr. Soro, consejero de Vertebración Territorial de la DGA, advirtiendo de la posible judicialización de la nueva Romareda, son inquietantes y personalmente me irritan. Estamos en la dinámica de siempre. Afloran los intereses partidistas sin pensar en el bien de la ciudad y del equipo.

Sin entrar en los detalles técnicos y económicos del proyecto, que corresponden a las respectivas administraciones, como simple aficionado y simpatizante del club y también como vecino de la ciudad de Zaragoza, solo me planteo las siguientes reflexiones: Zaragoza necesita un nuevo estadio acorde con su categoría como ciudad. La actual Romareda está obsoleta. El nuevo estadio debe estar terminado en 2030, si Zaragoza aspira a albergar partidos del Mundial de fútbol de ese año. Ello reforzaría la imagen de Zaragoza, sobre todo en el exterior, además de aportar grandes beneficios al club y a la ciudad.

Dicho esto, los señores de la DGA deberían olvidarse de poner palos en las ruedas, de judicializar el proyecto, que solo dilataría la construcción de la Romareda. Aparquen las diferencias y las expectativas electorales. Este proyecto está por encima de los ideales partidistas. Es un proyecto donde todos los partidos deben arrimar el hombro, sin pensar en quién lo lidera. Piensen en la ciudad, en el club y en todos los aficionados. En consecuencia: ¡Ayuntamiento, adelante con el proyecto!

José María Pabán Mazana. ZARAGOZA

¿Somos lo que mostramos?

¿Quién no se ha llevado una decepción de la persona más insospechada? Una gran cantidad de seres humanos engaña a sus semejantes. ¿Cuántas veces aquellos que consideramos amigos nos dan una patada imaginaria y nos muestran su verdadera personalidad? Es entonces cuando realmente conoces a la gente. Las personas no somos perfectas. Pero si hemos apostado por alguien a quien damos nuestra confianza, debemos aceptar sus aciertos y errores. Sus manías, sus costumbres y su manera de querer. Lo inaceptable es la doble imagen con la que nos engañan. Vivimos alterados, con prisa, sin pensar si lo que hacemos hace o no daño a quien tenemos a nuestro lado. Una palabra malsonante, un gesto despectivo realizado automáticamente, un silencio inapropiado y tantas pequeñas cosas cotidianas pueden dañar más de lo que podemos imaginar. No debemos olvidar que cómo animales racionales poseemos la capacidad de sentir. Llega un momento de nuestra vida donde perdemos el miedo a decir lo que pensamos. Si esto o aquello no me gusta, antes de actuar pensando en el qué dirán, es aconsejable obrar consecuentemente a nuestros pensamientos. El día a día es mucho más fácil de lo que nos parece. Somos nosotros quienes lo complicamos. Por todo ello, creo que deberíamos desechar el engaño del índice de nuestro gran libro de la vida.

Josefina Palos Bernad. ZARAGOZA

Perderán muchos votos

Leo que el Sr. Lambán y su Gobierno están a favor de unir las estaciones de esquí por nuestro emblemático y virgen valle de Canal Roya. Creo que no lo han pensado bien al apoyar un proyecto que está abocado al fracaso. La obra se va a quedar muerta antes de empezar a utilizarla, porque ya me dirán ustedes por dónde van a venir todos esos miles más de esquiadores que prevén cuando las dos principales autovías que convergen en esos valles (A-21 y A-23) están sin terminar y veremos cuándo se terminan. Y habría que pensar en dónde dejarán sus vehículos esos miles más de esquiadores si en estos momentos ya no entran más coches en ninguna de las pistas y tienen que ir dejándolos por la carretera. A todo esto, también habría que mirar alguna circunvalación en los pasos de las poblaciones antes de llegar a la zona esquiable, como Castiello de Jaca, Villanúa y Canfranc Estación, y que en su día se hizo su proyecto y deben de estar durmiendo el sueño de los justos. Que lo piensen bien, porque apoyando este proyecto van a perder muchísimos votos.

Enrique Armingol Lalaguna. ZARAGOZA

El ocio en casa

En el siglo XXI, cuando el afán de conocimiento alcanza cotas tan elevadas, una gran parte de nuestros adolescentes se apuntan a un gran abanico de actividades extraescolares. Se trata de una manera de hacerles aprovechar más los minutos libres que les quedan del día y, de paso, formarles en otras materias. Pero también es cierto que les obliga a empalmar su prolongada jornada escolar con clases, programas o ciclos complementarios, en detrimento de su ‘ocio en casa’. Y es que los expertos también recalcan el valor de la llamada ‘crianza con apego’, es decir, aquella basada en tener a los niños con los padres presentes en casa, sin el estrés de tener que hacerles de chofer para colocarlos en una o en diversas actividades por la tarde. Esos ratos en casa, juntos, son la mejor vacuna del mundo.

Asun Sánchez Ramos. ZARAGOZA

Actos y consecuencias

Todos deberíamos ser conscientes de la cadena de consecuencias que resultan de nuestras decisiones, especialmente las tomadas con premura, basadas en emociones, sin los conocimientos apropiados y sin entender la situación. Las opciones fáciles no suelen ser buenas. Cuanto más poder tiene quien toma la decisión, más responsable ha de ser, mejor consejo solicitar y debe medir mucho las consecuencias. El Gobierno debería ser muy cuidadoso a la hora de tomar decisiones. Especialmente para cambiar las leyes. Las leyes deben adaptarse a la realidad de la sociedad; que no se cambia a través de decretos. Legislar lleva tiempo y hay que hacerlo con reposo, nunca en caliente, y de forma muy comedida. Las decisiones tienen efectos de primer orden –en los que prima lo personal y la comodidad inmediata–, segundo orden –en lo no inmediato, el entorno y los terceros afectados– y tercer orden –las consecuencias para la sociedad y el futuro–. Se exige a cualquier Gobierno que sus decisiones siempre midan las consecuencias de tercer orden. Este Gobierno no ha conseguido ver más allá de las de primer orden, con consecuencias muy graves, como poner en la calle a violadores y terroristas. Que los ciudadanos midan las consecuencias de su voto, para no tener otro gobierno que ignora y niega las consecuencias de sus actos.

José Manuel Solá. ZARAGOZA

Las cartas al director no deben exceder de 20 líneas (1.500 caracteres) y han de incluir la identificación completa del autor (nombre, apellidos, DNI, dirección y teléfono). HERALDO se reserva el derecho de extractarlas y publicarlas debidamente firmadas.

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