Jefe de Economía de HERALDO DE ARAGÓN

El reto de reindustrializar Europa

Planta de Opel España, del grupo Stellantis, en Figueruelas.
Planta de Opel España, del grupo Stellantis, en Figueruelas.
Guillermo Mestre

La planta de Opel España en Figueruelas, del grupo Stellantis, retoma hoy la producción después de casi dos semanas paralizada por la falta de chips semiconductores procedentes de Asia. Una buena noticia que, sin embargo, no nos atrevemos a celebrar porque nadie garantiza el ritmo de fabricación en la factoría. Cerrar la semana entera con los dos turnos en marcha –el de la noche ha sido cancelado ya– sería ya una auténtica proeza. Lo sabe bien el equipo directivo que encabeza Manuel Munárriz, que vive al día (o al minuto) para sortear lo mejor posible una crisis de suministros que ha hundido sus previsiones de producción. «Mientras podamos ensamblar coches lo haremos», apuntan desde la fábrica zaragozana, donde saben que sus modelos –el Opel Corsa (en sus versiones térmica y eléctrica), el Opel Crossland y el Citroën C3 Aircross– son bien recibidos en los mercados.

El frenazo de la actividad industrial causada por la escasez de componentes asiáticos se ha unido al incremento de los precios de las materias primas y, sobre todo, de la electricidad, sin olvidar el desajuste en el tráfico de mercancías y el correspondiente aumento de los fletes marítimos, dando lugar a esa «tormenta perfecta» de la que hablaba en estas páginas ayer el vicepresidente y consejero de Industria del Gobierno aragonés, Arturo Aliaga. Un auténtico varapalo para una Comunidad donde los efectos de la crisis sanitaria en la economía se han notado menos que en otras por su menor dependencia del sector turístico y su potencia industrial.

Aragón, que en los últimos lustros ha diversificado su economía con numerosas empresas subiéndose al tren de la internacionalización, mantiene el pulso tras los problemas causados por la covid-19 pero acusa inevitablemente las consecuencias de una crisis de suministros en la que apenas tiene margen de actuación. La carencia de los semiconductores es internacional y de ella trasluce un posicionamiento de Europa prácticamente irrelevante. Asia en primer lugar, con una superpotencia como China tan difícil de controlar como poco transparente, parece tener la sartén por el mango, si bien Estados Unidos mantiene cierto protagonismo, inferior pero no por ello poco importante.

En abril de 2014, en un foro europeo de industria y emprendimiento celebrado en Zaragoza, el entonces vicepresidente de la Comisión Europea y comisario de Industria, Antonio Tajani, ya reivindicó la importancia de que el Viejo Continente apostara por una reiundustrialización que le haría más fuerte en el contexto internacional. En España se estaba superando una dura crisis económica y por ello quienes ejercían las responsabilidades de Industria –José Manuel Soria como ministro y Aliaga como consejero– dieron todo su apoyo al llamamiento realizado por Tajani.

Siete años después, esa apuesta ha podido materializarse de modo más parcial que efectivo, como se ha puesto de manifiesto a lo largo de la crisis del coronavirus y se está demostrando ahora. La carencia de material sanitario, suplida después con cierta diligencia, fue un aviso, pero aquello es ‘pecata minuta’ comparado con lo que está pasando ahora.

Si en Europa se ha constatado claramente que en la evolución hacia una movilidad más sostenible necesitamos contar en un plazo de tiempo no muy lejano con fábricas de baterías para automóviles (Alemania y Francia están en ello ya, y España previsiblemente lo estará), también deberá impulsar una reindustrialización que pase por fabricar en nuestros países esos componentes que solo salen hoy de factorías asiáticas. En plena vorágine sobre la gestión de los fondos europeos aprobados para la reconstrucción orquestados desde las instituciones comunitarias, tener en cuenta esa nueva realidad apriori no prevista debería estar ya en la agenda de quienes trabajan en estas cuestiones.

En un mundo globalizado como el actual, buscar la autonomía industrial real y absoluta quizás sea una utopía. Pero trabajar para conseguirla sin duda ayudará a mejorar el escenario que te

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