Verano, turismo cultural y Goya
Aunque los destinos de playa se estén reactivando y la espita de los viajes al extranjero se haya abierto tímidamente, la pandemia sigue activa y este verano va a ser, como el del año pasado, forzosamente propicio para el turismo de interior. De aquel que evita las multitudes y busca naturaleza y cultura, entendida esta abarcando desde el patrimonio histórico-artístico a las tradiciones o la gastronomía, pasando por la oferta de espectáculos.
Aragón comparece en este mercado sin sus fiestas ni sus festivales más populares, pero sí con aquellos más íntimos y que sobreviven al ser compatibles con las restricciones sanitarias, más otros nacidos en 2020 ya con las nuevas condiciones y que se han asentado, y con la novedad de que la capital, que solía prácticamente echar la persiana estos meses, presentará las próximas semanas algún gancho musical y escénico bajo el paraguas de la programación ‘Cultura al raso’.
El segundo verano del coronavirus viene además con una renovada oportunidad para atraer visitas gracias a la fuerza totémica de Goya, de alcance global, de cuyo nacimiento se han cumplido 275 años este 2021. Ayer se abrió en el museo de Ibercaja que lleva el nombre del pintor una exposición que saca a la luz tres pinturas suyas, incluida la primera conservada con su firma, y lo sitúa, González Velázquez y Francisco Bayeu mediante, como heredero de Corrado Giaquinto. Una exposición de las de antes, de cuando no era excepcional sino la norma que estas fueran hijas de la experiencia, el rigor, el conocimiento, que presentaran novedades y un discurso original sosteniéndolas.
Las visitas se la encontrarán hasta septiembre. Más, mucho más, podría haberse hecho recurriendo a la misma figura, empezando por dignificar y promocionar conjuntamente la obra goyesca conservada en distintos puntos de Aragón, pero el aniversario ya fue hace tres meses y el programa institucional anunciado para conmemorarlo, de por sí escasamente ambicioso, no termina de arrancar. A ver en otoño...
