En una reivindicativa gala de los Premios Max de las Artes Escénicas, Julián Fuentes Reta (Zaragoza, 1978) triunfó ayer por partida doble al llevarse las dos preciadas manzanas a las que optaba por la versión de la obra del australiano Andrew Bovell ‘Cuando deje de llover’: mejor dirección de escena y mejor espectáculo de teatro del año pasado. Este potente drama, producido por el Teatro Español de Madrid, que habla de la redención a través de los lazos familiares de varias generaciones, se convirtió en el gran vencedor de la decimoctava edición de esta velada, ya que también se alzó con el tercer galardón al que aspiraba: el de actriz de reparto para Susi Sánchez. La velada, que se celebró en la sala Barts de Barcelona fue, a ritmo de musical y revista del Paralelo, un grito unánime contra el 21% del IVA Cultural y la precariedad del empleo en el sector, aunque también hubo dosis de ánimo y confianza en el futuro.

Fuentes Reta no pudo disfrutar en persona de la fiesta, ya que estos días se encuentra en Australia, un país muy vinculado a su trayectoria profesional y al que fue invitado para impartir una charla sobre teatro político en la Escuela de Artes del estado de Victoria, dar talleres sobre su propuesta y dirigir ‘Cloudstreet’, una adaptación de la novela del australiano Tim Winton.Una defensa del teatro público

Su compañero en esta aventura teatral y otras anteriores, Jorge Muriel (traductor del texto y actor), se encargó de leer una carta en la que el director zaragozano dedica este reconocimiento a su familia y amigos. Desde Australia, Fuentes Reta señaló a HERALDO que su primera impresión era "de sencillo agradecimiento". "Y no solo a los compañeros y compañeras por el premio, sino a mi familia. El teléfono me arde con mensajes de mis primos, de mi gente, y eso, siempre, es lo mas grande. Me pillan los Max en la madrugada australiana, justo antes del amanecer, y he podido ver salir el sol en silencio, lejos de todo el bullicio, pero pensando en todos mis compañeros de ‘Cuando deje de llover’", dijo.

Desde las antípodas, además, reivindicó la importancia del teatro público y comprometido en nuestros días. Unas ideas en la que insistió el propio Muriel al recoger la estatuilla al mejor espectáculo de 2014: "Con este galardón el teatro público cobra todo su sentido y adquiere toda la vitalidad que necesita para seguir creciendo".

‘Cuando deje de llover ’ es el octavo montaje que el zaragozano dirige en la capital española desde que se afincó allí en 2008. Antes, en 2005, fundó en Australia la compañía Corazón de Vaca, con la que estuvo en la Expo de Zaragoza. Ha dirigido una veintena de representaciones, algunas de ellos en Australia y una en Vietnam. Estudió interpretación en la University of Kent at Canterbury en Madrid, donde adquirió una formación como actor clásico y también ha sido bailarín, además de desarrollar su carrera como dramaturgo.

Junto a Reta, las mujeres tomaron el protagonismo en estos XVIII Premios Max. Entre ellas, un toque aragonés puso Lita Claver ‘La Maña’ (la ceremonia tuvo lugar en pleno Paralelo), que entregó el galardón al mejor espectáculo musical, ‘L’eclipsi’.‘El eunuco’ y ‘El triángulo azul’

Dos de las propuestas que también brillaron en los Max figuran en la cartelera del Teatro Principal de Zaragoza. Pepón Nieto se proclamó mejor actor de reparto por ‘El eunuco’, una representación que se podrá ver en este espacio escénico del 28 al 31 de mayo próximos. Además, ‘El triángulo azul’, que estuvo el pasado fin de semana, fue reconocida como mejor autoría teatral para Laila Ripoll y Mariano Llorente y el mejor diseño de espacio escénico para Arturo Martín Burgos.

Dos conocidos intérpretes sumaron sendos galardones a sus carreras por sus interpretaciones como protagonistas: Lluís Homar, por ‘Terra Baixa y Lluís Homar’ y Blanca Portillo, por ‘El testamento de María’. En el mundo de la danza, Israel Galván y Olga Pericet fueron los estandartes con sus estatuillas al mejor bailarín principal, por ‘Fla.co.men’, y a la mejor bailarina principal, por ‘Pisadas’. En total, se entregaron hasta 25 Premios Max.

La más reivindicativa de la noche fue Rosa María Sardà, quien, tras recoger el Max de honor, dedicó su discurso a "nuestros gobernantes" a los que quiso regalar "una buena butifarra, para que les aproveche durante las largas vacaciones que espero que tengan pronto". Criticó a los políticos que "nos quieren dejar con el culo al aire", pero aseguró que "no lo van a conseguir porque la cultura es importante para la supervivencia de los pueblos".