Si hizo la mili en el cuartel zaragozano de San Lamberto, este viernes tiene una cita

El aragonés Francisco Javier Lázaro publica y presenta un libro con la historia y las anécdotas del acuartelamiento, que cerró hace ahora 30 años

Fotografía de reclutas que hicieron el servicio militar en el cuartel de San Lamberto.
Fotografía de reclutas que hicieron el servicio militar en el cuartel de San Lamberto.
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El cuartel de San Lamberto de Zaragoza fue, durante los 30 años que se mantuvo en funcionamiento (1963-1993) el lugar donde miles de jóvenes españoles, mayoritariamente aragoneses, realizaron el servicio militar. Abolido este en 2001, al año siguiente se demolió el edificio y quedó ya solo como recuerdo en el imaginario colectivo de quienes pasaron por allí. Ya se sabe, las 'historias de la mili'. Pero, para bien o para mal, lo que los jóvenes reclutas vivían en ese periodo de la vida les unía para siempre: el grupo de Facebook 'Yo hice la mili en San Lamberto' tiene 3.620 miembros y una vida muy activa. A través del grupo, se propicia desde hace años el reencuentro de jóvenes que quizá llevan décadas sin contacto.

Uno de los reclutas que pasaron por San Lamberto, Francisco Javier Lázaro Gimeno, en la actualidad asesor laboral y escritor, acaba de publicar un libro que recorre la historia del acuartelamiento y, de paso,  recoge algunas jugosas anécdotas que le han contado quienes pasaron por allí. Esas 'historias de la mili'. La obra, publicada por Intervalo Ediciones, se presenta este viernes en la comida de hermandad que van a celebrar los antiguos reclutas en El Soto (14.00), en un acto en el que participará, además, del autor, el teniente coronel retirado Miguel Ángel Mínguez. 

"Aunque en 2019 se hizo una exposición sobre el acuartelamiento, no se había publicado hasta ahora ningún estudio, historia o anecdotario de San Lamberto -resalta el autor-. Me he basado mucho en la gente que he conocido a partir del grupo de Facebook, porque todo el mundo quiere colaborar, aportar testimonios, anécdotas y fotografías. Pero también he querido reflejar el sentir de una época". 

La mayoría de los que hicieron la mili en San Lamberto eran aragoneses, que se presentaban voluntarios y, así, aunque hacían tres meses más de servicio militar que los que simplemente entraban por su sorteo, tenían la posibilidad de ir a dormir a casa después de haber jurado bandera. Los famosos pases de pernocta. "Yo incluso seguí trabajando y estudiando por las tardes", apunta Francisco Javier Lázaro. 

Cada año había cuatro llamamientos y entraban más de 800 jóvenes. Hubo quien aprendió a leer o a conducir, y quien descubrió una vocación y se reenganchó a la vida militar. También quien tuvo malas experiencias, aunque Francisco Javier Lázaro destaca que "las batallitas que cuenta casi todo el mundo son muy parecidas: y si ha habido malos momentos, que sin duda tambien los hubo, la mayoría de los que hicimos la mili allí nos acordamos de los buenos, de los divertidos, como siempre pasa. Allí hicimos amigos para toda la vida y, según se pensaba entonces, empezabas a hacer la mili siendo un niño y te licenciabas siendo un hombre".

Jura de bandera en el acuartelamiento de San Lamberto
Jura de bandera en el acuartelamiento de San Lamberto
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En cuanto a las novatadas, Francisco Javier Lázaro destaca que "en ningún momento eran vejatorias. Las había, como era normal en la época, pero eran hasta divertidas". Y rompe una punta de lanza sobre la comida. "En general fue siempre buena, aunque, eso sí, se notaba la mano de quien estaba en cada momento de capitán en la cocina".

El libro se presenta este viernes en la comida de hermandad que los antiguos reclutas de San Lamberto celebran todos los años, pero no se descarta hacer una presentación abierta al público más adelante.

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