Lara Dibildos: "‘Estado de alarma’ es la comedia más divertida en la que he trabajado"

La actriz (Madrid, 1971) representa esta obra junto a César Lucendo en el Teatro del Mercado de Zaragoza hasta el domingo.

La actriz Lara Dibildos
La actriz Lara Dibildos
Oliver Duch

¿No había vuelto por la capital aragonesa desde que vino con la obra ‘Hongos’?

Así es, creo que fue en 2022. La verdad es que tengo muchas ganas de volver a subirme al escenario del Mercado porque recuerdo que con ‘Hongos’ fueron increíbles los cuatro días que estuvimos aquí. Esperamos que esta vez vaya todavía mejor.

¿De qué trata esta nueva propuesta que hoy (20.00) estrena en el Teatro del Mercado?

Es una obra escrita por mi compañero César Lucendo, quien también la interpreta conmigo y la dirige. Cuando me comentó que estaba escribiendo esta obra de teatro sobre el estado de alarma y la pandemia me dio un poquito de miedo, la verdad, porque es un tema complicado Pero tengo que decir que ‘chapeau’, me quito el sombrero, porque en cuanto la leí me reí a carcajadas. César ha conseguido que sea una comedia divertidísima, pero que también tenga unos momentos donde nos bajamos a la verdad y tocamos el corazoncito del público.

Todos pasamos por aquella complicada situación...

Todos la vivimos, pero la obra pega un giro rapidísimo para volver a las carcajadas. Creo que es la comedia más divertida en la que he trabajado hasta ahora. En ella dos desconocidos, que son Fede y Julia, se ven obligados a convivir juntos durante la pandemia.

Después de varios montajes juntos, César y usted tienen una química especial en el escenario...

Nos conocemos tan bien que sabemos cuándo es necesario coger más ritmo o alargar una escena solo con mirarnos. Eso es una suerte, y además nos lo pasamos muy bien. A veces me dan ataques de risa y creo que esa química se la contagiamos también al público.

La pandemia supuso un duro golpe en todos los ámbitos. ¿Ha sido difícil abordar un tema que todavía duele recordar?

Nos afectó a todos a nivel personal y a nivel profesional. Por eso tenía dudas sobre cómo lo recibiría el público cuando empecé a leer esta dramaturgia. Pero ahora que ya llevamos un buen número de funciones compruebo que está siendo una locura y una satisfacción tremenda. Ha sido muy arriesgado, pero César ha conseguido darle al tema el punto de respeto que se merece, y de homenaje también a los sanitarios.

‘Estado de alarma’ también apela a la emoción...

No se imagina lo que se siente cuando en una escena de la obra en la que aplaudimos a los sanitarios nos empezamos a dar cuenta de que los teatros enteros aplauden con nosotros. En ‘Estado de alarma’ se generan unos momentos increíbles de emoción sin dejar de lado la comedia.

¿Cuándo fue consciente de que el teatro era su camino?

Fue una de esas cosas que no estaban previstas. En la vida vas en un tren y, a veces, con la inconsciencia de la juventud, te subes a otro sin saber muy bien hacia dónde va. Y de repente te das cuenta de que era el tren de tu vida. Eso es lo que me ocurrió a mí con veintitantos años, cuando estaba trabajando en televisión. No se me había pasado por la cabeza nunca, pero, por una serie de casualidades, un productor de teatro que buscaba una cara de televisión para sustituir a Arancha del Sol en una obra que se titulaba ‘Pato la naranja’ me vio en la tele y me contactó para hacerme una prueba. La hice, sin darle mucha importancia, y mi sorpresa fue que me llamó al día siguiente y me dijo: «El personaje es tuyo, estrenas en dos semanas». Y desde entonces he seguido en los escenarios.

Ha vivido de cerca el mundo del cine y la televisión en su casa gracias a sus padres, José Luis Dibildos y Laura Valenzuela...

Sí, pero no el de las tablas. Mi madre se centró en la tele y el cine y nunca quiso hacer teatro, aunque le ofrecieron grandes personajes, y mi padre se dedicó al cine. Me pusieron el listón muy alto y en el teatro he encontrado mi hueco y mi pasión. A partir de aquel primer montaje empecé a hilar una obra de teatro con otra, y desde entonces he hecho muchísima comedia. Realmente, soy muy feliz con mi profesión, que para mí no es trabajo, es verdadera pasión. Así que siempre me alegraré de haber cogido aquel tren.

A lo largo de su carrera teatral ha visitado Aragón en varias ocasiones, pero tal vez nunca imaginó que un día rompería la hora en Calanda. ¿Cómo vivió aquel instante de la Semana Santa de 2022?

Fue uno de los momentos más emocionantes de mi vida. Primero, por haberme elegido a mí para un acto tan importante, y luego, porque nunca había estado en Calanda y fue muy especial. Por mucho que te lo cuenten, que me lo contaron muchas veces y vi algunos vídeos antes de ir, es que no te imaginas lo que se siente hasta que estás allí. No se puede explicar con palabras. He tenido la suerte de vivirlo, y hasta me enseñaron toques. Al día siguiente tenía las manos llenas de callos porque me había emocionado tanto que quería aprenderlo todo. Recuerdo el sonido de tantos tambores y bombos juntos; te retumbaba el alma, pero es que luego había unos silencios atronadores también. Sin duda, fue una de las experiencias más impactantes y bonitas de mi vida.

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