'Monkey man': La rabiosa venganza de Dev Patel
El actor de origen indio Dev Patel se dio a conocer con ‘Slumdog Millionaire’, título clave de una filmografía asimismo asociada a ‘El exótico Hotel Marigold’, ‘Lion’, ‘Chappie’, ‘Hotel Bombay’ y a ‘El caballero verde’. Si esa última película se veía en parte como una entrada en otra etapa, ‘Monkey Man’ amplifica el factor del cambio de registro porque se embarca en una virulenta historia de venganza, viraje con la dimensión añadida de que no solo la protagoniza sino que también la escribe y dirige. Para dar el salto en las responsabilidades creativas, Patel elige una propuesta de acción en la línea de ‘John Wick’ (referente mencionado de manera expresa en la escena de la compra de la pistola y evocado cuando sale el perro) con secuencias de peleas definidas por el ‘uno contra todos’.
Su debut, respaldado por Jordan Peele en su rol de productor, sorprende por su carácter rabioso y enérgico. Aunque a la furia que despliega le falta depuración (cae en pequeños excesos formales, introduce apuntes sociales de más y en su narración asoma a ratos la reiteración), desde luego desprende garra y estilo.
Construida sobre el afán de venganza que nace del dolor profundo, exhibe elementos atrayentes, empezando por esos espectáculos de lucha clandestinos en los que el personaje lleva una máscara de mono. Esta posee simbolismo al conectar con la deidad de la que tanto le hablaba su madre, asesinada cuando era niño. En su sangriento camino aparece lo clásico, como indica el hecho de que entre a trabajar en el club en el que puede tener a tiro a sus objetivos, y la fase de inflexión y transformación interna después de fallar en el primer intento y rozar la muerte.
Patel reviste el proceso de significación por la pobreza de las calles de la India, por la respuesta violenta ante la élite criminal y viciosa (el jefe de Policía, el líder religioso) y por el perfil del colectivo repudiado que ayuda al ‘guerrero’.
