Álvaro Urquijo: "Hemos pagado un precio altísimo por hacer lo que nos daba la gana"

El Palacio de Congresos de la Expo acoge este viernes y sábado 'A tu lado', un espectáculo de teatro musical sobre el grupo Los Secretos en el que intervienen los propios componentes del grupo.

'A tu lado', el espectáculo musical de Los Secretos
'A tu lado', el espectáculo musical de Los Secretos
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‘A tu lado’ es un musical, pero no uno al uso, un espectáculo sobre Los Secretos en el que participa los propios componentes del grupo... ¿cómo lo definiría usted?

Todavía estoy intentando encontrar la fórmula para explicarlo. Este tipo de espectáculos, que no se ajustan a ninguna definición previa que la gente pueda tener en la cabeza, hay que verlos. Personalmente, tardé mucho en dar el paso porque no me veía saliendo de mi zona de confort, que es una frase muy típica que odio, pero se trataba de abandonar la comodidad de hacer tu repertorio, de tener un público asegurado y tus conciertos y arriesgar.

Necesitaba embarcarse en una nueva aventura…

El momento actual de la música es un poco triste porque sacas un disco nuevo y apenas suena, y cuando eres un artista ya consagrado, por así decirlo, tienes tus éxitos en la mochila. En un concierto el público siempre va a preferir antes tus temas de siempre que tus últimas canciones. A raíz de la pandemia y de circunstancias que sería muy largo explicar, decidí juntar mis recuerdos y mis memorias en papel para que hubiera un relato oficial de Los Secretos, por si acaso hiciera falta o me pasaba algo por culpa de la covid. Así nació el libro ‘Siempre hay un precio’.

¿Qué ocurrió a partir de su publicación?

Llegó a manos de la productora Som Produce. Al principio no lo vieron muy claro porque hasta ese momento ningún musical sobre un artista o un grupo en activo había terminado de funcionar. A raíz de varias reuniones con Víctor Conde, que es el guionista y director del ‘show’, fuimos desgranando cómo se podía hacer esto: contar la historia del grupo y de las canciones con actores, músicos, un atrezo, una iluminación, un escenario y un guión en el que todos participamos.

Dieron con la clave.

Con la base del teatro se conseguía meter a los espectadores en situación, y qué mejor banda sonora que tus propias canciones tocadas por las personas que las grabaron y tal y como se hace en el directo. Todo cobraba un poco más de encaje al tener al propio grupo tocando al servicio de la obra, puesto que los textos de Enrique Urquijo eran muy autobiográficos y todo gira alrededor del personaje de mi hermano y su interrelación con los distintos acontecimientos que fueron sucediendo en nuestra vida.

¿Cómo abordan su propia historia sobre el escenario?

Se juega también con la dinámica de la interpretación, la dinámica de la narración, la puesta en escena, el contenido de las letras, el contenido del guión y todo está envuelto por un atmósfera teatral íntima. El público está con el corazón en un puño porque tan pronto se emocionan y lloran como se ríen a carcajadas.

¿Le ha removido ver representada la figura de su hermano Enrique por el actor Javier Orán?

Absolutamente, porque además Javier lo hace muy bien. Hay cosas que pasaron y he contado en el libro. El guionista las ha transportado a un texto en el que el personaje de mi hermano las dice como yo recuerdo que las dijo, y eso termina tocándote un poco la fibra. Hay canciones como ‘Agárrate a mí María’ que, cuando volvimos a los escenarios tras la muerte de Enrique, tardé cuatro años en poder cantar porque era un tema muy personal de él. Además de parte de mi familia era mi compañero, mi socio, mi pareja de composición. éramos como una persona con doble personalidad.

¿Se podría decir que hasta ahora no había un relato completo de la historia de la banda?

En la obra se intentan aclarar muchos datos porque a diferencia de otros grupos y artistas nosotros no teníamos esa documentación ni esa narrativa sobre qué había pasado con mi hermano y con el grupo. Solo se habían quedado los tópicos del drogadicto, incluso mucha gente pensaba que éramos de familia noble y teníamos que algo que ver con los marqueses de Urquijo. En más de una entrevista me han soltado: “Oye, ¿y cómo se lleva ser de un grupo y de la nobleza?

¿Qué repertorio va a escuchar el público en el ‘show’?

Son alrededor de18 canciones las que tocamos. Algunas enteras, como si fuera un concierto, y otras fragmentadas e incluso mezcladas con otras canciones. Hay algunos temas de nuestro último disco y, sobre todo, los grandes éxitos de mi hermano Enrique que están en la memoria musical de muchísima gente (‘Ojos de gata’, ‘Déjame’, ‘Pero a tu lado’…).

¿Siempre han podido hacer lo que han querido en la música?

Hemos pagado un precio altísimo en nuestra vida por hacer lo que nos daba la gana. Mucha gente puede pensar que nuestra carrera ha sido siempre exitosa, pero no es así. En el 83, muy poca gente lo sabe, cuando entregamos nuestro tercer disco a Polygram nos dijeron que no les había gustado nada, que no nos iban a renovar y que estábamos en la calle. Literalmente. Un grupo que había tenido un éxito como ‘Déjame’, y que no lo hacíamos nada mal para los jóvenes que éramos.

¿Qué hicieron entonces?

Después de ese palo que nos dieron, cuando estábamos libres del contrato, nos ofrecieron a mi hermano Enrique y a mí hacer un dúo, y nos dijeron que nos iban a dar un dineral. Contestamos que no. Querían hacer de nosotros una especie de dúo de guapitos jovencitos que cantaran canciones de amor. Y pasamos las de Caín a partir de entonces. En el 85, yendo de viaje con mi hermano Enrique y otros amigos al Pirineo catalán, a una casa rural, hicimos una parada. Alguien dijo que estábamos por la provincia de Zaragoza. Paramos en una gasolinera a comprar tabaco y no tenían, pero nos indicaron que si había en la discoteca del pueblo. Fuimos allí y ¿qué música estaban poniendo? La de Los Secretos. Era una noche monográfica dedicada a nuestro grupo.

¿Les reconocieron?

Entramos mi hermano Enrique y yo y se giraron todos al vernos, se paró la música y nos empezaron a aplaudir. Yo pensé: “¿Esto qué es? ¿Hay otro universo paralelo en el que somos muy famosos?”. Por entonces no sonábamos en la radio, no salíamos en la tele, no teníamos un duro, pero aquella gente estaba bailando nuestras canciones a las 2.00 de la mañana. Tuvimos esa especie de epifanía y aquello nos dio empuje para no tirar la toalla.

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