DÍA INTERNACIONAL DE LA POESÍA
Belén Mateos y Fran Picón: “Este poemario es un canto y hace bandera de lo que sentimos"
Los dos poetas publican 'En la bóveda de tu mirada' (Olifante), un libro a dos voces que abordan la pasión y sus juegos, soñados, reales y líricos
No es lo más frecuente, pero a veces ocurre. Belén Mateos y Fran Picón publican ‘En la bóveda de tu mirada’ (Olifante. Serie Maior), un libro a dos voces donde dos sujetos poéticos, Él y Ella, desarrollan su intimidad, desmenuzan la pasión, conversan con el paisaje y articulan un libro sobre los sentimientos, la belleza y la propia invención de la poesía con muchas características.
¿Podrían contarnos cómo nace este libro?
La idea nace en una lectura en La Puebla de Alfindén, en la que íbamos a leer textos de Ángel Guinda y, además, teníamos que leer algo propio; decidimos iniciar un diálogo poético. La idea le gustó a Trinidad Ruiz Marcellán y nos pidió que lo continuásemos y que sería bonito publicarlo el día 14 de febrero, día de los enamorados.
Explíquennos el lugar de la pasión y sus circunstancias.
Es un diálogo entre dos personas acerca del amor, del amor en todas sus vertientes, en todos los ámbitos que el lector quiera imaginar, en la medida que quiera hacerlo suyo, que desee que sea esa pasión que en su día sintió o quiera sentirla alguna vez en la vida.
¿Qué buscaban? ¿Querían ahondar en la relación hombre-mujer?
No tiene por qué ser entre un hombre y una mujer, puede abarcar toda la naturaleza humana. Hemos pretendido hacer llegar ese paisaje que encierra una mirada desprovista de coraza. Hoy en día se escribe mucho desde la oscuridad y hemos intentado dar luz con nuestros versos.
¿A quién pertenecen los poemas?
Los poemas de Él son de Fran Picón y los de Ella de Belén Mateos, por decirlo así… Pero se podría perfectamente cambiar el sentido. Uno escribía un poema y respondía el otro, siempre haciendo guiños a los versos anteriores para tratar de conseguir una continuidad, un encaje de imágenes a dos voces diferentes.
Es un diálogo poético-teatral, en cierto modo. ¿Quiénes son sus autores de referencia?
Referentes siempre los tenemos en nuestra cabeza y en nuestra lectura, Pablo Neruda, Pedro Salinas, Miguel Hernández, Gabriela Mistral… ¡Son tantos los predecesores y también los actuales poetas que nos rodean cada día!
Dennos algunas claves más. ¿Es el libro un torrente de metáforas, un ejercicio de estilo alrededor del amor?
BELÉN MATEOS: La poesía tiene esa licencia poética que te permite vestirla de metáforas y sinestesias. Mi voz representa una de las partes del diálogo que se cruza con otra voz para expresar la inquietud de aquellos que desean amar en todas sus vertientes, que suspiran ante la persona amada, que buscan esa palabra acertada para alcanzar un 'nosotros'. Deseo expresar lo que a veces otros no alcanzar a explicar y encuentran entre los versos esa mirada interior que esconden sus cuerpos.
FRAN PICÓN: En mi voz hay un grito que apuesta por el amor en todas sus formas, por el deseo de amar y ser amado, por la necesidad de sentirse parte de otro ser humano, sea el que sea y en la forma de amor que sea, que complemente al amante. Trata, esa voz, mi voz, de ser un reflejo de una realidad que, a veces, causa pudor reconocer porque pueda implicar cierta debilidad; amar fortalece y este poemario es un canto a no esconder los sentimientos y a hacer bandera de lo que sentimos. Son poemas escritos desde la complicidad de dos voces que se saben, se reconocen y se complementan, al menos esa es la intención.
CUATRO POEMAS
(ELLA)
Hay en esa mirada la certeza
del universo,
el Génesis y su celaje,
la esencia de estar vivo,
la aurora que rompe
el turbio silencio.
Hay en su reflejo
la calma, el mirlo y su verso,
el cielo abovedado en el iris
de tus ojos,
la locura desarmada en una sencilla palabra.
Un remolino de luz
vacía la isla de la locura,
la arena de un desierto,
el laberinto de ese arcoiris
que precede a la luz
y habita en tu nombre.
***
(ÉL)
Te doy una canción,
escucho cantar a Silvio,
mientras pienso en ti
y en silencio te digo patria.
Hay un temblor de voz al pronunciarte,
las ganas de ti
son un suspiro de amaneceres
justo en el vértice imperfecto
de mi última palabra,
aquella que fue mudez
en el hueco imperceptible de tu ombligo.
Renuncio al latido,
si no es eco en tu espalda,
a la sístole que es ausencia,
al reflejo perdido al otro lado del abismo.
Te doy una canción,
susurran unos labios de poeta
que dibujan tu nombre,
eternamente tu nombre,
tan eterno como aquella Yolanda de Pablo.
Silvio abandona el azul del unicornio,
sabe que eres patria de poema.
***
(ELLA)
Escucho la melodía,
la contracción de tus latidos,
la eternidad en un soplo de río.
La tierra se hace vértice
en la orilla de tu pecho,
en el eco adormecido
de esa pavesa húmeda de insomnio.
Tiembla la pureza,
palpita el vientre,
duerme el pulso
bajo tu mano,
calla la noche.
Todo lo que bebo es tu ausencia que diría Fito.
Un poema se escribe
en la vigila y su sueño.
***
(ÉL)
Hay en la profundidad de tus ojos
un halo de misterio,
la serena impronta de la autenticidad.
En los confines infinitos
de tu mirada
habita el último rescoldo del fuego,
la fuerza indescriptible
del silencio que todo lo grita.
Quizá tu pupila sea el verso
que da sentido al poema,
tal vez, no exista más cristalino
que el que delinea
el firmamento de tu rostro.
LA FICHA
De ‘En la bóveda de tu mirada’. Belén Mateos y Fran Picón. Olifante. Ediciones de poesía. Serie Maior. Zaragoza, 2024.