LIBROS. OCIO Y CULTURA

José Tudela: "Siempre he escrito. No había publicado por pudor y respeto a la literatura"

El letrado de las Cortes, secretario de la Fundación Giménez Abad y bibliófilo publica el libro 'Viaje a Irán. Los azulejos negros del desierto'

José Tudela Aranda es un gran lector, un apasionado bibliófilo y un viajero refinado.
José Tudela Aranda es un gran lector, un apasionado bibliófilo y un viajero refinado.
Guillermo Mestre.

José Tudela Aranda (Madrid, 1962) es nieto de José Tudela, todo un personaje que dirigió la Biblioteca Nacional y amigo de autores del 27 y otras generaciones, es bibliófilo, letrado de las Cortes de Aragón, secretario de la Fundación Giménez Abad y un gran viajero. Debuta en la escritura con 'Viaje a Irán. Los azulejos negros del desierto' (Athenaica).

¿Cómo nació en usted el deseo de viajar?

Tengo que recordar a mi madre con la que recorrimos Europa y España conduciendo ella cuando viajar era, en España, un verbo extraño. Nos transmitió con eficacia su pasión por viajar. El resto ha venido de algo que sí me autorreconozco como cualidad: la pasión por saber.

¿Cuál fue su primer viaje inolvidable?

Recuerdo viajes que no sólo construyeron mi personalidad viajera sino mi propia identidad. Aquél viaje con mis padres en un 850 hasta Dinamarca. O el encuentro en México y Guatemala con la lengua española, el mestizaje y el mundo maya. Y, por supuesto, los primeros viajes con Pilar.

¿Qué ha sido más importante en su vida, su abuelo que fue director de la Biblioteca Nacional, la huella de Antonijo Machado o los consejos de Miguel Delibes?

Creo que si lo traduzco diciendo familia y literatura me acercaría bastante a aquello que me ha hecho ser como soy. Tuve la fortuna de nacer en una familia con múltiples referencias en la que la transmisión del valor de la libertad y de la inquietud intelectual fue un proceso natural que sólo con el tiempo he podido valorar adecuadamente. Las influencias literarias han sido múltiples. Me siento cómodo identificándolas con Machado y Albert Camus. A Delibes, además de horas de espléndidas lecturas, le debo un gran favor: hacerme ver que el Derecho es lenguaje y que que, como tal, puede ser un puente para la literatura.

¿Qué se le había perdido en Irán, qué le atraía?

En Irán confluyen tres cosas que lo convertían a mis ojos en destino prioritario: por una parte, la antigüedad de su cultura que hunde sus raíces en una de las civilizaciones míticas de la antigüedad; por otra, su pertenencia singular al mundo islámico por el que siempre me he sentido atraído; finalmente, su protagonismo en la geopolítica contemporánea. Quería comprender mejor al Estado en el que confluían manifestaciones tan diversas.

"A Delibes, además de horas de espléndidas lecturas, le debo un gran favor: hacerme ver que el Derecho es lenguaje y que que, como tal, puede ser un puente para la literatura"

En algún momento, a través del cuento de Isjafán, pareces dialogar con Borges y con aquel hombre que lo pierde todo y le espera allí la fortuna.

Creo que se trata de una traición del inconsciente. Somos los que leemos y lo que no dejamos de admirar. Borges es Borges. Suficiente. De muy pocos se puede decir algo parecido. Los relatos de Borges son una forma de hacer posibles los más inverosímiles itinerarios usando sólo la palabra, eso sí, la más precisa. Me alegra que Borges se colase entre los cauces secos y mezquitas milagrosas de Isfahan.

¿Qué queda en el aire del ambiente de ‘Las Mil y una noches’, si se percibe algo?

Supongo (y espero) que todo aquello que se esconde detrás de una voz que conserva gran parte de magia: Oriente. En concreto, el oriente que se identifica con Asia Central, y el mundo árabe, sin desconocer las influencias indias. Minaretes, bazares, madrassas, mezquitas, azulejos, jardines y el valor de un verso para construir un mundo imaginario que es universal.

¿Es un perseguidor de detalles exactos con tu cámara y tus cuadernos, como dice en el prólogo Juan Manuel Bonet?

No lo había pensado, pero es posible. El fotógrafo y el escritor de viajes tienen algo de cazadores. Necesitan aprehender la realidad. Y en muchas ocasiones, esa realidad es la suma de detalles, de instantes decisivos en el caso del fotógrafo. Pero siempre creo que se debe subordinar la aprehensión del detalle a una concepción general.

¿Se identifica con esa definición de “coleccionista de instantes”?

En este caso, me refiero al viaje y a una dimensión distinta. Creo que construimos lo mejor de nuestra vida sobre períodos de tiempo necesariamente cortos en los que nos acercamos a la felicidad. El viaje tiene la cualidad de ser particularmente generoso para la aparición de esos ‘instantes’ en los que nos sentimos plenos.

José Tudela trabaja en la Aljafería y allí fue retratado hace algún tiempo, cuando cedió los papeles de su abuelo a la Biblioteca Nacional.
José Tudela trabaja en la Aljafería y allí fue retratado hace algún tiempo, cuando cedió los papeles de su abuelo a la Biblioteca Nacional.
Francisco Jiménez.

¿Qué le incomoda tanto del Ramadán? ¿Es como si se parase el mundo un poco?

Sí, es una definición perfecta. Creí que iba a ser una mera incomodidad física por ser un obstáculo para comer o beber. En este sentido no tuve problemas. Sin embargo, ralentizó de manera notable el ritmo vital en muchos momentos del viaje. Y el viajero siempre quiere encontrarse con el pulso cotidiano del lugar que visita.

¿Por qué te fascina tanto el zigurat?

Me gusta la pregunta y me gustaría ser capaz de responderla. El zigurat remite al origen, a Mesopotamia, remite a Babel, al sueño del hombre de alcanzar los cielos. Refleja uno de los ideales de tensión que atraviesa la historia de la humanidad. Además, son muy pocas las estructuras que siguen en pie reconocibles como zigurats. Soy un apasionado del mundo antiguo y he perseguido el encuentro con sus emblemas. El zigurat es uno de los grandes emblemas de ese mundo antiguo.

Es crítico aquí y en sus artículos de la actitud de Irán hacia las mujeres. ¿Tiene remedio, hay esperanza de cambio?

Soy crítico con la actitud del régimen teocrático. La mujer sufre un plus de limitaciones respecto de las ya severas que sufre toda la población. La situación de la mujer no cambiará en tanto no lo haga el régimen. Con todo, hay espacio para la diferencia. En función de la orientación del líder supremo, el pañuelo deberá cubrir más o menos pelo. Pero no se podrá pedir mucho más. Soy pesimista sobre las posibilidades de un cambio real que afecte a las libertades de los ciudadanos iraníes.

En un viaje, ¿qué le importa más: la gente, la fuerza del arte y sus ecos, o la poesía, que parece estar en todas partes?

Creo que no cabe fragmentar un viaje. Es un todo, una experiencia, una sensación resultado de la suma de muchas percepciones. Por supuesto, al mirar hacia atrás, recuerdas una mirada, un paisaje, un monumento. Pero, por encima de todo, se eleva la suma que fue ese viaje. De hecho, creo que si el viaje no produce esa suma, has fracasado como viajero. La referencia a la poesía me parece muy interesante. La poesía está allí, en las personas, en los paisajes, en los entornos humanos. Es una forma de expresión de la belleza. Viajar genera una cultura que acaba enseñándote a apreciar una belleza más oculta. Si eres capaz de traducirla en palabras, tendrás un poema.

¿Por qué ha tardado tanto en publicar un libro de viajes, qué le ha retraído?

Siempre he escrito. El libro de Irán se esbozó en las notas que redacté durante el viaje y adquirió forma durante el año siguiente en Zaragoza. No estaba destinado a ser editado. Y no lo habría estado de no mediar la conversación con un amigo, Víctor Vázquez, que me animó a remitirle el manuscrito para pasárselo a Ignacio Garmendia. Vencí la inseguridad que siempre me ha dado publicar páginas no jurídicas y se lo remití. Creo que no lo había hecho antes por pudor y respeto a la literatura. Me considero buen lector pero nunca he tenido certeza crítica sobre lo que yo mismo escribía.

¿Qué guarda en las gavetas, qué podremos esperar de Pepe Tudela?

Tengo muchas páginas escritas. Crónica política, diarios de viaje, aforismos, esbozos de poemas, ensayos sobre aquello que me interesa o apasiona. No hay plan. La publicación del libro de Irán supone entreabrir una puerta. Queda por saber si la puerta se cierra o si soy capaz de empujarla y dejar pasar otros volúmenes.

¿Se aprende algo valioso en los viajes o eso es más bien la coartada?

Si alguien me preguntase por una palabra esencial en la formación diría: inquietud. Y no conozco mejor manera de generala e incentivarla que leer y viajar. Desde esta premisa, viajar es una doble fuente de aprendizaje: por un lado, conforma un carácter. Por ejemplo, un día descubres que en una aldea perdida, tú eres el que retrata y no el retratado. Ellos sucede exclusivamente por una cuestión de azar. Junto a ello, aprendes sobre el destino al que has viajado. Y, lo más relevante, abres la puerta a seguir aprendiendo.

"No hay plan. La publicación del libro de Irán supone entreabrir una puerta. Queda por saber si la puerta se cierra o si soy capaz de empujarla y dejar pasar otros volúmenes"

Letrado de las Cortes, secretario de la Fundación Giménez Abad y profesor de Derecho Constitucional. ¿Tiene explicación, más allá de las ideologías, la amnistía?

Obvio las cuestiones jurídicas que plantea. Creo que la respuesta es sencilla: excluyendo, repito, las consideraciones estrictamente jurídicas, la amnistía sólo tendría explicación si sirviese para que el independentismo catalán, sin renunciar a su ideales, se comprometiese a defenderlos desde el respeto a las normas, principios y valores que conforman el texto constitucional. Cuando sucede exactamente lo contrario, la respuesta viene dada: la amnistía sólo se explica por una cuestión de táctica política, perdiendo así cualquier oportunidad de legitimidad, lo que en este caso es también presupuesto de legalidad.

Aragón acaba de derogar la Ley de la Memoria Histórica. Visto con sensatez, ¿qué piensa?

Creo que la derogación es un reflejo del fracaso de la aprobación y, en sí misma, otro fracaso. No me gustó la forma en la que se aprobó y no me ha gustado cómo se ha derogado. Siendo prudente, creo que en ambos casos se trata con frivolidad una cuestión esencial. Desde el estricto respeto a los hechos, España necesita reencontrar un acuerdo de mínimos sobre la lectura de su pasado más reciente, como lo hizo durante la transición. Necesariamente, ha de ser una lectura compartida. Y nadie ha realizado el esfuerzo preciso para construirla.

Contraportada. C/ Diputados. Contraporta con José Tudela, / 11-03-2024 / FOTO GUILLERMO MESTRE [[[FOTOGRAFOS]]]
José Tudela tiene alrededor de 30 libros inéditos: de viajes, poemas, cuentos, aforismos.
Guillermo Mestre.
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