LETRAS ESPAÑOLAS. OCIO Y CULTURA

Sergi Pàmies: momentos de una vida de un escritor inspirado y de un solitario irónico

Presenta en Cálamo su nuevo libro de relatos breves, ‘A las dos serán las tres’ (Anagrama), centrado en el paso del tiempo

Sergi Pàmies, a través de un personaje que se parece mucho a sí mismo, aborda la memoria, el paso del tiempo, la paternidad y también los secretos de la escritura
Sergi Pàmies, a través de un personaje que se parece mucho a sí mismo, aborda la memoria, el paso del tiempo, la paternidad y también los secretos de la escritura
A. C./Heraldo.

Conozco bastantes lectores para los que la aparición de un libro de Sergi Pàmies (París, 1960) es un casi acontecimiento. Sus textos, como los de Amelie Nothomb, a la que traduce de manera prodigiosa, son cortos, intensos, lúcidos, hablan de la vida y sus pequeñas y grandes cosas: de la familia, del paso del tiempo, de la soledad, de lo imprevisto, de los padres, del amor y sus devaneos y, ante todo, del hecho mismo de escribir conectado con la existencia. Abordan las obsesiones, el patetismo que a veces nos abraza, la ausencia de disciplina ante el endrocrinólogo o ese miedo, ya de maduro, cuando duermes solo y pasan los camiones de la basura y pareces reconocer, nota a nota, todos los ruidos, la música casi inaudible de la casa, de la cabeza, del frunce de las sábanas.

Lejos de la llamada autoficción (en realidad, parece inmersa en ella sin descanso), su yo de escritor y periodista está en casi todos sus cuentos: se siente especialmente cómodo escribiendo, también de los otros, desde la primera persona y lo hace con lucidez, con ingenio, con humor y con suave sentido de una burla, más tierna que sarcástica, que empieza por él mismo. El miércoles 6, a las 19.00, presenta en la librería Cálamo ‘A las dos serán las tres’ (Anagrama), que es un libro muy suyo -como los anteriores: ‘Si te comes un limón sin hacer muecas’, ‘La bicicleta estática’ o ‘El arte de llevar gabardina’, todos ellos en Anagrama en la versión al castellano, que él mismo hace-, con su destilado de observación y de ironía, con su agudeza y su capacidad de penetración sin solemnidad alguna. “Necesita escribir, confiando en que los recursos de la narrativa breve le ayudarán a entender, a través de este libro, lo que todavía es una incógnita”, dice en una especie de poética en ‘La narrativa breve’, al final del volumen.

“Necesita escribir, confiando en que los recursos de la narrativa breve le ayudarán a entender, a través de este libro, lo que todavía es una incógnita”, dice en una especie de poética en ‘La narrativa breve’, al final del volumen.

En ‘A las tres serán las dos’ recuerda a Vázquez Montalbán, evoca algunos viajes o aventuras, con hijos mellizos pero no necesariamente, y medita sobre la duración del amor y algunas canciones en la radio. Y de otras muchas cosas. La memoria (hace poco publicaba en las ediciones de La Vanguardia el libro ‘Si La Memòria No Ens Falla’, con Quim Monzó) y la historia de España son el telón de fondo de sus textos. Será inevitable, claro, no hablar de su madre Teresa Pàmies, de Atahualpa Yupanqui y de una guitarra, que nunca llegó a tocar del todo bien, y de su padre Gregorio López Raimundo, que a veces debía ser como el Hombre Invisible; ella aparece en dos relatos. 

"De eso va este libro inteligente, variado, de cuentos puros, de recuerdos, de crónicas, de fragmentos de un diario, de perfiles, de notas de escritura: son momentos de vida"

Es curioso: Sergi Pàmies es un cuentista personalísimo, lejos de las teorías, hace lo que le viene en gana, un poco con afinidad a Julio Ramón Ribeyro, y a la vez es capaz de firmar piezas magistrales donde la realidad y la ficción se entreveran como en una pesadilla de Cortázar o de Poe. Pienso por ejemplo en 'La táctica del avestruz'. ‘Te quiero’ se remonta a 1992 y aborda el inesperado desengaño del amor cuando querrías rendir homenaje a tu pareja 30 años más tarde. Ahí se desliza una curiosa observación sobre la pasión y la convivencia: “Para una pareja la monotonía equivale a las lesiones para un deportista”.

'A las dos serán las tres', como dicen el boletín de Gobierno cuando se cambian las horas, es uno de esos libros llenos de sorpresas, de confidencias, de extraños paralelismos que va desarrollando el paso del tiempo, y aquí el tiempo es el gran protagonista: vemos a Sergi en París en el exilio, vemos a su madre en Barcelona en el exilio de Pàmies, lo vemos con su hermano, no sé si apasionado por la guitarra o si por la música, hay una narración donde vincula la escritura poética inicial y la pérdida de la virginidad -con una joven que amaba a Cortázar- y muchas otras cosas. Dice Pàmies: "Lo más importante en esta vida es lo que no habíamos previsto". Y también: "La paternidad es una materia más líquida que sólida". 

El terror también existe, y el escritor lo incorpora de una manera muy natural: la pieza central de ‘Tres periodistas’, el relato de un entrevistador famoso que acude a visitar a un Nobel famoso en Mallorca, con una gran fotógrafa, es un ejemplo y es también la perfecta expresión del asunto central del volumen: el tiempo perdido, la culpa, la infancia llena de insospechadas heridas o hechos un poco espeluznantes. Por cierto, en un viaje a Francia, el narrador va con sus dos hijos y verán los tres ‘Boyhood’, de Robert Linklater, que se tradujo en España por ‘Momentos de vida’.

De eso va este libro inteligente, variado, de cuentos puros, de recuerdos, de crónicas, de fragmentos de un diario, de perfiles, de notas de escritura: son momentos de vida.

LA FICHA

‘A las dos serán las tres’. Sergi PàmiEs. Original en catalán, traducido por el autor. Anagrama. Barcelona, 2024. 134 páginas. [Presentación. Miércoles 6, a las 19.00, en la Librería Cálamo de Zaragoza.]

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión