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El ingrediente secreto de las mejores comedias románticas: "Es azúcar que no empacha"
'Cuando Harry encontró a Sally', cumple 35 años. Es epítome de un género sigue más vigente que nunca, incluso con fans que lo reivindican: "Hay que quitarle lo de 'culpable' al placer que generan".
Este 2024 se cumplen 35 años del estreno de 'Cuando Harry encontró a Sally'. La película dio una de las escenas más famosas de la historia del cine -esa del orgasmo fingido de la protagonista- y, de paso, encumbró a Billy Crystal y a Meg Ryan, especialmente, como reyes del género.
En aquellos años, entre mediados de los 90 y principios de los 2000, hubo una eclosión de comedias románticas. Pero hay muchas más que, décadas después, siguen reuniendo a millones de espectadores cada vez que se emiten en televisión. El caso más paradigmático sería 'Pretty woman' (1990), al que se unen 'Algo para recordar' (1998), 'Love Actually (2000), 'La boda de mi mejor amigo (1997), 'Cuatro bodas y un funeral' (1994)), 'The Holiday' (2006), 'Tienes un e-mail' (1998) o 'Mientras dormías (1995), por citar solo algunas.
Ya entrado el siglo XXI, figuras como las de Jennifer Aniston, Anne Hathaway o Jennifer Lopez se erigieron como referente de este género inmarcesible. Y es que en realidad, la comedia romántica es casi tan vieja como el cine, cuya historia ha dado innumerables clásicos en esa categoría, desde 'La fiera de mi niña' a 'Annie Hall'. Pero son las facturadas a partir de los 90 las que destacan por su gran éxito masivo entonces... y ahora. Lo que las hace singulares es que el carácter de su atractivo pervive intergeneracionalmente.
"No están valoradas a pesar de la calidad que tienen en la producción y en las interpretaciones", opina Inés García. Esta creadora digital, fotógrafa y directora de arte acaba de inaugurar en Instagram la cuenta @romcompasas, en la que busca reivindicar este tipo de cine, a la par que generar un catálogo para sus fans.
"Para la cantidad de seguidores que tienen, la verdad es que en internet no encontraba mucha información específica más allá de algunas listas", dice. "Lo que intento con esta iniciativa es que la gente tenga un lugar al que acudir cuando piense: 'Hoy necesito una comedia romántica'".
Para facilitar la selección de esa la 'píldora de bienestar' adecuada para cada momento, @romcompsasas aspira también a 'ordenar' la oferta. La comedia romántica es tan diversa como clasificable: la hay ambientada en el mundo universitario, laboral, de viajes a Italia, navideñas o con sello 'british', como las basadas en novelas de las hermanas Austen cuya literatura, hoy en día, sigue siendo fuente inagotable.
Para Inés, es esa idea de "producto necesario" la que se encuentra principalmente en el centro de su defensa de la comedia romántica: "Son un lugar donde acudir, donde sabes que todo va a acabar bien, que vas a ver casas bonitas y actores guapos y, ojo, muy buenas interpretaciones". "La comedia romántica ha sido largamente considerada como una creación menor, aunque se hagan con un gran despliegue de medios y muchas de ellas están protagonizadas por grandes actores en su mejor momento".
Recuerda a la propia Meg Ryan (quien, por cierto, estrena película en 2024, la comedia romática 'Qué pasa después'), Hugh Grant, Cameron Diaz, Julia Roberts, Tom Hanks, Rennée Zellwegger, Sandra Bullock... Actores, algunos de ellos, que posteriormente han sido premiados protagonizando dramas. Y es que, señala García: "La comedia se premia menos en general. No es el caso solo de la romántica".
García aplaude el cine de "puro entretenimiento": "No te va elevar culturalmente, pero de vez en cuando se necesita un refugio, salir del mundo real. Se puede ver '50 primeras citas' y luego la última de Lanthimos. No es incompatible. Las comedias románticas son calificadas a menudo de placer culpable, pero yo creo que lo de culpable debería desaparecer".
Para Javier Millán, experto en cine y autor de varios libros en torno al cine más pop de los 80 y 90, la comedia romántica tiene "un ingrediente mágico que es el de mostrar un mundo ideal, lo que nos gustaría que fueran nuestras vidas, es el ejemplo de cómo la ficción sirve para nutrir nuestros deseos".
Estereotipos
Inés García reconoce que "se presentan romances muy poco reales que también han podido hacer daño a quienes los trasladan a la vida real como aspiración, pero yo tengo 43 años y la suficiente experiencia para reconocer estereotipos". De hecho, el propio nombre de la cuenta, @romcompasas, "lleva implícito el concepto de 'viejuno', son maneras de la ver la vida quizá ya superadas, pero yo lo paso bien porque me puedo reír de ese tipo de romances".
Millán coincide en esta valoración y también en el hecho de que muchas comedias románticas de aquellos años presentan un nivel más alto de lo que pudiera pensarse a priori: "La mayoría está protagonizada por actores en la cumbre de su carrera".
Millán señala otro factor por el que la comedia romántica de finales del siglo XX no ha sido encuadrada tradicionalmente en los estándares de calidad de los de la época dorada de Hollywood: "Fue una época en la que este tipo de cine convivió con el advenimiento de lo que se denominó cine independiente". Se generó una brecha entre cine de autor y comercial, si bien hubo no pocos cruces entre ambos. Javier Millán cita, por ejemplo, 'Antes del amanecer', que fue a la vez un éxito de taquilla. Pero hay más que pueden entrar dentro de ambas categorías, como 'Amélie' u 'Olvídate de mí'.
Amén de actores y directores, los guiones de las mejores comedias románticas están sin duda detrás de su éxito. Aunque solo sea por haber logrado mantener su vigencia y su gancho después de tantos años. Son verdaderos clásicos: "A diferencia de las llamadas 'pelis de tarde', la mayoría alemanas, o las de la factoría Hallmark (estadounidenses), que se hacen con muchos menos medios, la buena comedia romántica quieres verla siempre, aunque te la sepas de memoria y sepas exactamente todo lo que va a pasar. Es como un azúcar que nunca empacha", describe gráficamente Inés García. Un pacto entre guionistas y espectador para entrar a una atmósfera confortable, segura, reconocible...
El caso de Nora Ephron
Nora Ephron es una de estas autoras que ahora está siendo rescatada y de la que se han vuelto a publicar con éxito algunos de sus libros.
Curiosamente, es el feminismo que en parte denostó este cine por insistir en determinados tópicos poco favorables a la mujer, el que ahora también lo respalda. "De hecho -apunta Javier Millán- no son pocas las comedias románticas en las que es la mujer quien lleva las riendas de la historia, hay muchas protagonistas de comedias románticas con personalidades fuertes". Cita ejemplos de todas las épocas: Katharine Hepburn, en 'La fiera de mi niña', la propia Annie Hall, Meg Ryan en 'Algo para recordar' o 'French Kiss' o Julia Roberts en 'Notting Hill' o 'Novia a la fuga'. Perfiles femeninos que contrastan con el de sus partenaires hombres, la mayoría apocados o atribulados. "Son ellas las que los salvan", apunta Millán.
Abundando en esta nueva perspectiva, las nuevas olas feministas han venido últimamente a desautorizar la idea extendida de que un producto cultural que gusta principalmente a las mujeres es inferior a otros. Esta misma semana, America Ferrera, una de las protagonistas de 'Barbie' -que bien puede considerarse una vuelta de tuerca a la comedia romántica-, se ha expresado sobre el asunto en la gala de los Critics Choice Awards. "El valor de 'Barbie' es que es una idea enteramente femenina que la mayoría habría descartado como demasiado 'de chicas', demasiado frívola o simplemente demasiado problemática”. “Tuviste el coraje y la visión para asumirlo. Gracias por regalarle al mundo 'Barbie'”, le dijo Ferrera a su compañera de reparto y productora del filme, Margot Robbie. A la directora, Greta Gerwig, le dijo que las historias de mujeres "no tienen dificultades para alcanzar la grandeza cinematográfica y la de taquilla al mismo tiempo. Contar descaradamente historias femeninas no disminuye tus poderes: los expande", concluyó.
Más allá y por encima de todo, la comedia romántica, entonces y ahora, sustancia uno de los grandes valores del cine, el de ser una puerta para el escapismo, para, siquiera durante un par de horas.
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