Julia Montejo: "Las hormonas construyen nuestra vida de manera sutil, pero las de las mujeres han sido despreciadas"

La escritora y profesora universitaria Julia Montejo ha presentado en Zaragoza 'Todas esas chicas de zapatos rojos', un ensayo sobre la relación las hormonas femeninas y la creatividad.

La escritora y profesora universitaria Julia Montejo, en el Paraninfo de Zaragoza.
La escritora y profesora universitaria Julia Montejo, en el Paraninfo de Zaragoza.
Álvaro Sánchez

Julia Montejo (Pamplona, 1972) percibía que dentro de los movimientos feministas "había cierta aversión al cuerpo de la mujer, era algo que se ignoraba". "Cualquier mujer intelectual que admiraba evitaba nombrar el cuerpo o los hitos fisiológicos. Salvo la revolución de la adolescencia, que ha sido la más trabajada, embarazos, abortos o menopausias se pasaban por encima". 

Las reflexiones sobre este asunto de la escritora, guionista, directora de cine y profesora universitaria han desembocado en el ensayo 'Todas esas chicas de zapatos rojos', en el que, a través de figuras clásicas y contemporáneas de la literatura escrita por mujeres, de Virginia Woolf a Pardo Bazán, de Marta Sanz a Rosa Montero, se explora hasta qué punto las hormonas femeninas impulsan o determinan la creatividad. Esta semana se ha presentado en Zaragoza.

A las musas en el entorno creativo estamos acostumbrados, pero, ¿las hormonas?Son muy influyentes. La capacidad que tenemos para entender la vida ha sido dirigida por un pensamiento falso: el de que las cosas válidas se construyen con el intelecto. Yo creo que no. Y no solo lo creo yo, sino la neurociencia que nos está diciendo ahora mismo que las sociedades progresan y la cultura se construye a partir de las emociones y no tanto del intelecto. Yuval Noah Harari decía que las palabras que tanto valoramos nos han llevado a la situación actual de guerra. Mientras que las emociones nos hacen sentir el horror por lo que vemos. Estamos en el mundo de las ideas, de las palabras, del relato. Y yo creo que cualquier relato, per se, es falso. Los de los nacionalismos, los de las novelas románticas, todo es falso porque es una construcción con un fin que siempre beneficia a alguien.

Usted liga el hecho de poner en el centro las emociones a las hormonas.Si las mujeres comprendemos lo que significan las hormonas en nuestro cuerpo nos vamos a sentir más poderosas.

Sería algo radical. Los cambios hormonales han sido usados contra las mujeres: por sus efectos se las ha acusado de histéricas o hasta de locas. Como poco, han resultado risibles.Las hormonas hay que aceptarlas y jugarlas a nuestro favor. Las hormonas son vida. Construyen la vida alrededor de manera muy sutil. También y desde siempre en el caso de los hombres. Lo único que las nuestras han sido menospreciadas. Los hombres se enamoraban de la vecina del país de al lado y lo invadían. Eso eran hormonas también, pero las de las mujeres han servido para que nos acusen de histeria. O para que nos entre el síndrome de la impostora. O para que nos acusen de locas si sufres depresión postparto, que te consideren alguien dañado. Y todo son en realidad procesos hormonales mal comprendidos y mal encauzados.

"Creo que cualquier relato, per se, es falso"

​"Si las mujeres comprendemos lo que significan las hormonas en nuestro cuerpo nos vamos a sentir más poderosas"

En su ensayo plantea la creación literaria como la manera de encauzarlo.En este estado de las cosas, entre la gente creativa, la literatura (o cualquier otra manifestación del arte) serviría para recuperar el equilibrio, una pulsión que nace de buscar ese balance. En momentos sensibles y vulnerables, escribimos. Por el hecho de ser mujeres y tener el cuerpo que tenemos nos pasan muchas cosas que tienen que ver con la violencia, los abusos, el aislamiento, el ninguneo, que nos hacen perder el equilibrio. Por eso creo que las mujeres somos particularmente creativas, porque partimos de una vulnerabilidad hormonal en momentos clave de la vida que nos lanza hacia ahí. Nos hace buscar respuestas. Todo eso lleva hacia la literatura o cualquier otra forma de creación, ya sea pintar o tricotar.

¿Y qué supone poner en el centro las emociones?Las emociones hormonales nos llevan a cuidarnos, a empatizar con el prójimo, nos llevan a sentir la vida de una manera distinta. Todo lo que tiene que ver con escuchar nuestro cuerpo va a ayudar a construir a nuestro alrededor un mundo más relacional. Y eso es hacia lo que queremos ir, hacia construir afectos, a cuidarnos. Ese es el mundo que creo que las mujeres tenemos que intentar extender.

Un mundo de emociones que al final, en el caso de la literatura, hay que volver a convertir en palabras.Claro. Pero para contar un mundo distinto, con el que tendremos unas historias nuevas, que no son los mitos y arquetipos que nos han contado siempre, serían historias contadas desde otro lugar. Muchas mujeres están en el mundo y se preguntan por qué no las escuchan, por qué sus opiniones son relegadas, por qué sus voces no están autorizadas. Y esa es la lucha de las mujeres ahora y uno de los temas centrales del ensayo: la autoría y el síndrome de la impostora. Que las voces femeninas sean voces autorizadas.

"Las emociones hormonales nos llevan a cuidarnos, a empatizar con el prójimo, a sentir la vida de una manera distinta"

​"Con el libro lo que intento es repensar qué es lo canónico, porque de esta forma cabremos todos".

"La lucha de las mujeres ahora es lograr ser voces autorizadas"

El ensayo nace de la relación entre la literatura y la negación del cuerpo femenino, pero hay quien niega también que exista la literatura femenina.Yo entiendo que las mujeres hayamos querido ser escritoras, no mujeres que escriben, en un estante aparte de 'literatura femenina'. Queremos estar en el estante general. ¿Cómo llegamos a él? Dinamitando el canon que han hecho unos señores blancos y heterosexuales. Todo lo que no ha sido producido por ellos ha sido relegado. Y tiene una etiqueta aparte, un nombre que no es necesariamente despectivo, pero tampoco es mayúsculo. Con el libro lo que intento es repensar qué es lo canónico, porque de esta forma cabremos todos. Pero eso cuesta mucho, el canon tiene siglos y en él cabe una parte muy pequeña de la población.

"Las mujeres somos particularmente creativas porque partimos de una vulnerabilidad hormonal en momentos clave de la vida que nos lanza hacia ahí"

"Estamos en un momento en el que se quiere explorar la individualidad del cuerpo y todo lo que sea binario y entender el mundo desde ahí ya no nos sirve"​

Las mujeres en tanto que consumidoras de este canon también hemos contribuido a su permanencia.Es un problema sistémico. Las mujeres estamos dentro del sistema y no hemos podido ver otras posibilidades, otros referentes. Los ejemplos y modelos están construyendo el género de una manera determinada. Cuando las mujeres de mi generación éramos adolescentes leíamos historias típicamente masculinas en las que teníamos un rol -novia, madre, mujer que puede con todo- que nos encantaba. Y ahora nos sentimos un poco estafadas. Es una estafa que en parte hemos aceptado por comodidad y contra esoe nos tenemos que revolver. Pensar es a veces muy doloroso y a la vez tenemos que ser generosas porque nos exigimos mucho.

"Todo lo que no ha sido producido por el hombre blanco hetero ha sido relegado con una etiqueta aparte, no necesariamente despectiva, pero tampoco  mayúscula"

La idea del libro le surgió hace siete años. Ahora, sobre todo entre las feministas más jóvenes, el cuerpo y las cuestiones de género están en el centro.
A mí siempre me ha gustado tener un cuerpo de mujer, a pesar de las incomodidades. Porque como artista me parece que te da posibilidades muy amplias a lo largo de un mes. Y en general de la vida. Cambiamos un montón y no estamos siempre en la misma predisposición para percibir la vida, para interpretarnos a nosotras mismas y todo eso es muy interesante cuando eres una persona creativa. No entendía por qué los referentes feministas se empeñaban en negar el cuerpo de la mujer. Y no lo entendía hasta que empecé a darme cuenta de que hemos pasado por varias olas feministas y cada una ha tenido unas luchas distintas y cada una ha hecho subir distintos escalones que nos llevaban hacia lugares en los que parecía que el cuerpo de la mujer tenía que queda fuera del debate. En el siglo XXI estamos en otro lugar y eso ha hecho que se  explote desde muy diversos puntos de vista: la transexualidad, los géneros fluidos.... Estamos en un momento en el que se quiere explorar la individualidad del cuerpo y todo lo que sea binario y entender el mundo desde ahí ya no nos sirve.

Apúntate a la newsletter La Descubridora de HERALDO y recibe en tu correo todo sobre nuevas tiendas, planes originales y distintos, redes sociales, series de televisión, moda y estilo.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión