LETRAS ARAGONESAS. OCIO Y CULTURA

"Eloy Fernández Clemente nos animó siempre a soñar un Aragón mejor"

Las revistas 'El Ebro' y 'Rolde' dedican sendos números dobles al cofundador de 'Andalán' y director de la 'Gran Enciclopedia Aragonesa'

Eloy Fernández Clemente, en abril de 2022, en la Aljafería, cuando recibió el premio Aragón.
Eloy Fernández Clemente, en abril de 2022, en la Aljafería, cuando recibió el premio Aragón.
Guillermo Mestre.

La huella que dejó el catedrático, escritor, conferenciante, editor y animador cultural Eloy Fernández Clemente (Andorra, Teruel, 1942-Zaragoza, 2022) es inmensa y se antoja indeleble. Con suavidad y entusiasmo, con vocación y bondad, llegó a casi todos, con una frase por bandera, como recuerda Bizén Fuster, recién jubilado de la política y nuevo director de la Fundación Gaspar Torrente (reemplaza a Víctor Juan Borroy, que asume la presidencia del REA, Rolde de Estudios Aragoneses) cuyo primer presidente fue el autor de ‘Gente de orden’: “Para amar algo hay que conocerlo. Para conocer Aragón hay que conocerlo a fondo, y esa es nuestra tarea: conocerlo, investigarlo, amarlo y difundirlo”, recuerda Fuster. La Fundación Gaspar Torrente publica ahora un número doble, el 16-17, del ‘El Ebro’ -que dirige Antonio Peiró-, dedicado a Eloy, y a la vez la revista ‘Rolde’ -coordinada por Javier Aguirre y José Luis Melero– le dedica otra entrega 186-187.

“Son trabajos complementarios. A nosotros nos ha interesado mucho vincular a Eloy Fernández Clemente con el aragonesismo, y también recordar su procedencia socialista y su militancia en el PSA. Siempre estuvo con nosotros, con Emilio Gastón, José Antonio Labordeta y Gonzalo Borrás, fue un referente constante. Ellos son capitales para nosotros: los maestros. Él, a diferencia de los demás, ni se presentó a las elecciones ni militó, pero siempre estuvo ahí apoyándonos y fue capital, a su modo, en la fundación de Chunta en 1986. Nos aconsejaba, nos oía a los jóvenes, acudía a nuestras reuniones, nos ayudó mucho”, dice Bizén, con un ejemplar de ‘El Ebro’ entre las manos. En su texto, a propósito de la vinculación de Chunta y Eloy, rescata una carta conmovedora tras los malos resultados de 2007. El director de la Gran Enciclopedia Aragonesa le escribió para hacernos saber que "seguía donde siempre, a su lado, como los matrimonios, en las alegrías y en las tristezas”.

Fuster califica a Eloy como un sabio y un humanista integral, “al que le debemos mucho. Incluso fue él, antes que los historiadores profesionales, quien descubrió el Estatuto de Aragón de Caspe. Escribió un artículo sobre ello que no se pudo publicar hasta después de la muerte de Franco. Para mí siempre fue un maestro y me hacía llegar sus reflexiones, sus valoraciones y sus críticas constructivas. Recuerdo en mi artículo que se cruzó algunos intercambio epistolares con Chesús Bernal, a los que aludió en sus memorias”.

"Eloy era un un aragonesista de izquierdas, o mejor, un militante de la izquierda aragonesa, que venía de fundar el PSA, es decir, de acuerdo con sus siglas un partido socialista de obediencia aragonesa”, dice Pepe Melero

En el prólogo de ‘El Ebro’, Pepe Melero recuerda los orígenes de Eloy: “Eloy venía del Partido Socialista de Aragón y de la revista ‘Andalán’. Su hoja de servicios a Aragón era pues impecable. Pero él no era un nacionalista como lo éramos los más jóvenes que creamos la Fundación con intención de estudiar, preservar y desarrollar la identidad aragonesa y el aragonesismo político y cultural. Eloy era un un aragonesista de izquierdas, o mejor, un militante de la izquierda aragonesa, que venía de fundar el PSA, es decir, de acuerdo con sus siglas un partido socialista de obediencia aragonesa”.

La calidad de los artículos es variada en información y novedad, y en indagación. El arquitecto Pérez Sánchez firma un fantástico artículo de los vínculos de Eloy y Teruel, pero no obvia su paso por Madrid, su relación con Carlos Pumares o su cinefilia, vencida por milímetros por su amor a los libros. El trabajo de Pérez Sánchez ha sido muy minucioso, y hay información de todo: de su familia, de sus años turolenses (reconoció que apenas había estado en la capital), de su veneración por Florencio Navarrete, de sus alumnos, de sus colaboraciones en ‘Lucha’ e incluso de la decepción que le produjo el Ayuntamiento de Teruel, cuya arquitectura “hirió su sensibilidad”, hasta que leyó el libro coral ‘España. Perspectiva 1968’. Recuerda que escribió mucho y que fue jurado de varios premios y organizador de ciclos conferencias. Concluye: que fue “no solo un libro abierto, sino una Gran Enciclopedia”.

Eloy en el centro con las gentes de 'Andalán' y del PSA, tras haber pasado por el calabozo.
Eloy en el centro con las gentes de 'Andalán' y del PSA, tras haber pasado por el calabozo: José Antonio Labordeta, Guillermo Fatás, Juan José Carrers, Luis Granell, Carmen de Carreras, Marisa Santiago, Juan de Grandes...
Archivo Andalán.

Ramón Salanova aborda, con muchos datos e información de primera mano, la relación entre Eloy Fernández y el PSA: las reuniones, las manifestaciones, su constante afán de escribir y seguir investigando, o su presencia en el mitin del 5 de febrero de 1977 en el Colegio Mayor La Salle, el primero emn Zaragoza. Allí el orador y director de ‘Andalán’, que había estado en la cárcel, dijo: “Aragón no necesita llamarse de ningún modo, que se sabe y se entiende sin más, pero que si para que nos atiendan y nos respeten nos hemos llamar nación, nos llamaremos nación… La emoción puede llegar a ser valor revolucionario”. Salanova, que comió con Eloy en los últimos años todos los jueves con el grupo del nuevo ‘Andalán’ en la red, recuerda otras palabras suyas: “En cuanto al PSA, yo no lo tengo mitificado, fue un proyecto romántico, utópico, agrarista, que función porque tuvo unos cuadros de gente, profesionales… Fue objeto de una OPA fortísima desde el PSOE, que lo devoró...”.

“Aragón no necesita llamarse de ningún modo, que se sabe y se entiende sin más, pero que si para que nos atiendan y nos respeten nos hemos llamar nación, nos llamaremos nación… La emoción puede llegar a ser valor revolucionario”, escribió Eloy.

Antonio Peiró estudia a ‘Eloy Fernández y el inicio del aragonesismo de la Transición’, con esa revelación ya anticipada: el 15 de enero de 1976 se incluyó el Estatuto de Aragón de Caspe. 1936. Además firman diversos textos Joaquín Palacín, los expresidentes de la Fundación Gaspar Torrente (el Pieró, Melero, José Ignacio López Susín, Chulia Ara, Víctor Juan…); Carlos Serrano aborda su presencia en la cultura aragonesa; José Ignacio López Susín explica su compromiso con las tres lenguas de Aragón y su crítica a aquellos que negaron un discurso en las Cortes en aragonés; Luis Germán se enfrenta al estudioso y al economista; Lorenzo Lascorz, al apasionado de los periódicos, ya fuesen ‘El Día de Aragón’, ‘El siete’, ‘Qriterio Aragonés’. Miguel Martínez Tomey lee sus memorias para entender mejor su compromiso con el aragonesismo y se reproducen sus palabras del día que recibió el Premio Aragón de las manos de Javier Lambán.

Portada de la revista 'Rolde', que se acerca más a la versatilidad de Eloy Fernández Clemente y a sus facetas más humanas y familiares.
Portada de la revista 'Rolde', que se acerca más a la versatilidad de Eloy Fernández Clemente y a sus facetas más humanas y familiares.
Rolde/Natalio Bayo.

El polígrafo y el humanista desde 'Rolde'

Si la visión política y aragonesista, su apuesta por el PSOE y sus simpatías por Chunta (grupo en el que nunca militó) son el tema esencial de ‘El Ebro’, en la revista ‘Rolde’ se estudian otras claves más vinculados a su sabiduría, a la variedad de inquietudes, a su bibliografía y a su capacidad de generar ideas y abanderar proyectos: ‘Andalán’, desde luego, pero también la GEA, la ‘Gran Enciclopedia Temática de Aragón’, la Biblioteca Aragonesa de Cultura o varios libros colectivos, firmados al alimón con Carlos Forcadell y con otros autores.

Carmen Magallón y Pedro Luengo, que fueron alumnos suyos en Teruel, se acercan a ese período que tanto ha dado que hablar, el que va de 1966 a 1971; el próximo mes de enero Javier Calvo Torrecilla presentará su documental ‘Años de luz’ sobre ese momento en la ciudad de Teruel. Ambos, Carmen y Pedro, hacen este retrato que explica al personaje: “No pretendemos dar cuenta detallada de las lecturas, escritos, eventos culturales en los que se vio inmerso, solo decir que a lo largo de su estancia en la ciudad se sumergió de lleno en el ambiente de la cultura local, la que había, que contribuyó a dinamizar. Todos los testimonios, empezando por los del propio protagonista, apuntan a que sus lecturas eran de gran amplitud y variedad temática. Él mismo ha confesado su pasión por la literatura, clásica y novedosa, cómo se sumergía en todos los campos de conocimiento: Historia, Economía, Filosofía en sus diversas corrientes, por supuesto, Educación, en fin, que tenía una curiosidad por conocer casi patológica”.

Víctor Juan se aproxima a la importancia y a la defensa de la Educación en su carrera, desde su familia hasta la Universidad, pasando por Teruel o el colegio de los Labordeta, etc. Desliza una confesión personal: “A muchos de los que nos consideramos sus discípulos, Eloy no nos dio clase. Sin embargo, nos consideramos discípulos suyos no solo en el ámbito académico, sino en nuestra manera de entender y de amar Aragón, en nuestra manera de querer ser generosos con quienes se nos acercan a pedir consejo, orientación o apoyo. Somos sus discípulos en la tenacidad que Eloy tenía y que procuró contagiarnos”.

Marisa Santiago con Eloy Fernández. Más de cinco décadas de amor.
Marisa Santiago con Eloy Fernández el día que le rindieron homenaje en su localidad: Andorra (Teruel). Más de cinco décadas de amor.
Archivo Rolde/EFC

Antonio Peiró repite sobre el Eloy aragonesista; Pedro Rújula y Vicente Pinilla, en sendos textos, se acercan al historiador y al experto en Economía, asunto en el que también ahonda Alfonso Sánchez Hormigo. Cristóbal Gómez analiza la huella de Joaquín Costa en su visión del mundo y en sus libros.

 Javier Aguirre y José Luis Melero -que firman la introducción con Vicente Pinilla–conversan con su viuda Marisa Santiago, que dice: “Lo que sí vivió con profunda emoción es su nombramiento de Hijo Predilecto de Andorra. Los organizadores del evento lo hicieron tan bien… Acudieron gran cantidad de amigos y se respiraba un ambiente de cariño de verdad. Eloy estaba muy emocionado y contento, y yo también. Lo del Premio Aragón fue distinto, porque, aunque se personalizaba en él, desde el principio entendió que era un premio a toda una generación; lo que le pareció muy justo, porque todos, con su esfuerzo y entusiasmo, lo hicieron posible y marcaron una época”.

"Él mismo ha confesado su pasión por la literatura, clásica y novedosa, cómo se sumergía en todos los campos de conocimiento: Historia, Economía, Filosofía en sus diversas corrientes, por supuesto, Educación, en fin, que tenía una curiosidad por conocer casi patológica”, dice Carmen Magallón y Pedro Luengo

Carlos Serrano y José Ignacio López Susín elaboran un completa y minuciosa biobibliografía. Eloy escribió a lo largo y a lo ancho.

Carlos Serrano dice: “Eloy animó siempre a soñar un Aragón mejor, a seguir comprendiéndolo de una forma abierta e inclusiva. Desde la pedagogía y desde la información, que es como se fortalecen las sociedades”. Por cierto, en su artículo sobre este universalizador del saber, Serrano recoge unas palabras del profesor y cinéfilo Luis Alegre, gran amigo de Eloy, y compañero de la Universidad de Zaragoza, desde principio de los años 80: “revolucionó la cultura aragonesa y a quienes se han acercado a él, colegas y discípulos” y valoró “su habilidad para detectar y sacar lo mejor de la gente y ser catalizador de proyectos colectivos”.

Eloy Fernández con su familia. Marisa y él tuvieron tres hijas: María, Elena y Laura, y un buen puñado de nietos.
Eloy Fernández con su familia. Marisa y él tuvieron tres hijas: María, Elena y Laura, y un buen puñado de nietos.
Archivo Rolde/EFC.
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