El Maestrazgo exhibe su rico pasado textil en una exposición
El Centro de Interpretación de la Indumentaria de La Iglesuela del Cid muestra un centenar de prendas centenarias que los vecinos de la comarca guardaban en los arcones.
La indumentaria tradicional del Maestrazgo y, a la vez, una muestra de la rica producción textil de la comarca hace un siglo protagonizan la exposición ‘La tradición vestida’, que se puede visitar en La Iglesuela del Cid desde el pasado día 25. Un centenar de piezas, en gran medida procedentes de talleres comarcales, reflejan cómo vestían los vecinos hace un siglo en las grandes ocasiones, durante su vida cotidiana y en el campo.
Las prendas expuestas, tanto masculinas como femeninas, han sido aportadas por vecinos del Maestrazgo que las guardaban con mimo en baúles y arcones heredadas de sus antepasados. La muestra, que se puede visitar en el Centro de Interpretación del Textil y la Indumentaria, revela también la pujanza que tuvieron algunas localidades de la zona como centros productores de ropa, como la propia La Iglesuela, que en el siglo XVIII se especializó en la elaboración de paños de lana, el principal pilar económico de la comarca en aquella época.
En torno a la mitad de las prendas expuestas fueron confeccionadas en el Maestrazgo, como explica el director de la exposición, Fernando Maneros. Cuenta que los contenidos son el fruto de la llamada que dirigió a los vecinos del Maestrazgo "para que miraran en arcones y armarios para rescatar las indumentarias que utilizaban sus mayores". De la convocatoria llegó una voluminosa y variada aportación de ropajes que se remontan a la segunda mitad del siglo XIX y a las primeras décadas del siglo XX. "Lo que más se conserva son prendas femeninas de fiesta", explica, aunque también hay ropa de trabajo, como las apreciadas mantas de lana que se tejían en la comarca y que servía de abrigo a los pastores.
Entre los materiales expuestos hay trajes de fiesta, mantas, capas, mantones, toquillas, medias, refajos, sayas, chalecos, pañuelos, sombreros, alpargatas y zuecos, entre otros objetos. Buena parte de ellos proceden de talleres de Villarroya de los Pinares, La Iglesuela del Cid o Tronchón.
Maneros señala que en todas las poblaciones de la comarca había, hace un siglo, uno o dos tejedores, pero, entre todas las localidades, destaca Villarroya de los Pinares, con dos gremios especializados en tejer y cardar la lana. Entre las prendas confeccionadas en la zona, destacan las sayas, las fajas y los sombreros. El director de la exposición resalta por su singularidad una gruesas medias para hombre "con unos dibujos muy elaborados".
La organización de la muestra corresponde al Área de Cultura y Patrimonio de la Comarca del Maestrazgo. Su responsable, Sonia Sánchez, indica que en las vitrinas y sobre los maniquíes se pueden ver piezas "únicas y de gran valor".
Entre los vecinos de la comarca que han aportado la ropa de sus antepasados, figura Serafina Buj, de Villarroya, que sacó de un arcón de su casa 20 prendas de su abuela en buen estado de conservación a pesar de su antigüedad. Cuenta que, cuando era niña, recuerda que su madre y su abuela "cada año le daban la vuelta a la ropa", una operación que consistía en sacar las prendas del arcón, ventilarlas, doblarlas por un lugar distinto para evitar que se cortaran por el pliegue y cambiarles las bolas de alcanfor. Entre los contenidos que aporta a ‘La tradición vestida’, figuran matones, toquillas sayas, refajos y un traje completo "de gloria", llamado así porque se estrenaba por Pascua.
Buj recuerda que su abuela "tenía mucho cariño" a su ropa. En parte porque en los tiempos de penuria de la posguerra tuvo que reutilizar muchas de sus prendas para confeccionar ropa para sus hijos. Ahora es la nieta la que se encarga de "airear la ropa" para que dure otro siglo más.
