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Sabino Cabeza publica ‘Takarabune’, una novela que analiza el alcance de la Inteligencia Artificial

El escritor y psicólogo sevillano, afincado en Zaragoza desde hace 20 años, Premio Minotauro de Ciencia Ficción, presenta en la Fnac su nueva novela.

El escritor y psicólogo Sabino Cabeza Abuín, un sevillano afincado en Zaragoza.
El escritor y psicólogo Sabino Cabeza Abuín, un sevillano afincado en Zaragoza.
A. C./Heraldo.

Sabino Cabeza Abuín (Sevilla, 1965) es escritor, suboficial del Ejército del Aire y Licenciado en Psicología por la Universidad de Valencia. Reside en Zaragoza desde hace veinte años y como escritor se ha especializado en la ciencia ficción: en 2020, con ‘Frontera oscura’ ganó el premio Minotauro. Y el viernes, 3, en la FNAC de Zaragoza presenta su nueva novela: ‘Takarabune’, también en el sello Minotauro.

El escritor explica el significado de título y realiza una aproximación al argumento: “En la mitología nipona, ‘Takarabune’ es el nombre del barco en el que las Siete Deidades de la Fortuna, o ‘Sichi Fukujin’, descienden de los cielos durante los tres primeros días del año para llevar a los humanos sus dones. En mi novela, ‘Takarabune’ es una de las dos naves que la Compañía Homeworld Inc fleta y envía a dos planetas vírgenes con un contingente de colonos. En una Tierra exhausta, la humanidad necesita encontrar lugares donde prosperar”. Indica el autor que algo sale mal al fin del viaje de cinco siglos. La tripulación y los colonos despiertan de su animación suspendida y han de enfrentarse a lo inesperado: el mundo al que han llegado es inviable y deben encontrar otro destino. Pero esta vez no podrán viajar dormidos, pues la accidentada llegada al planeta original no permite volver a la hibernación.

Así aborda Sabino Cabeza el conflicto: “La cuestión será cómo podrá sobrevivir una población de alrededor de ochenta mil personas durante otros cinco siglos, con escasos recursos y posibilidades. Thorion, de etnia ‘ingen’, se enfrentará cerca ya del final del periplo a una amenaza nueva que puede acabar con todo. Conocerá, y se enamorará, de una mujer de etnia ‘agren’, con la que tendrá una hija, Crisol, que continuará la labor de sus padres”.

"La ciencia ficción en ‘Takarabune’ es sólo el telón de fondo para contar una saga familiar con sus luces y sus sombras. Mi interés fundamental sigue siendo las vivencias puramente humanas de los protagonistas a lo largo de un arco que dura unos cincuenta años”

La ciencia ficción ni es inocente ni escapista. Con elementos metafóricos o específicos del género trata cuestiones candentes. Dice Sabido Cabeza: “La novela aborda diversas cuestiones que a mí me generan muchas preguntas: el alcance de las Inteligencias Artificiales (IA’s) y la posibilidad de consciencia en ellas, así como cuál sería la forma de sociedad más adecuada para sobrevivir durante quinientos años en un entorno reducido, con pocos recursos y limitaciones de toda índole. ¿Una democracia, una dictadura, un despotismo ilustrado…? El punto de partida es que se trata de un contingente de humanos formados en ciencia. Todos los colonos y tripulantes originales son científicos, así que la sociedad que construyen, y que para el nacimiento de Thorion lleva ya casi cinco siglos de existencia, se rige por principios lógicos y prácticos basados en el método científico. El modo de gobierno que describo podría entenderse como un comunismo utópico en el que, a diferencia de las sociedades basadas en el marxismo, no hay proletarios ni empresarios, ni capital, ni siquiera dinero, que es algo desconocido a bordo”, señala.

El escritor asistió hace unos días a un taller de Literatura y Muerte en Quinto y allí fue retratado.
El escritor asistió hace unos días a un taller de Literatura y Muerte en Quinto y allí fue retratado.
A. C./Heraldo.

‘Takarabune’ se divide en tres partes (dos grandes y una más pequeña al final), y son Thorion y Crisol quienes, a través de apuntes de sus diarios personales, van contando lo que ocurre. Por supuesto, cada cual con su estilo, sus vivencias y sus fantasmas. “En el caso de Thorion sin duda lo que rige su vida es un ‘no querer saber’ de hechos del pasado familiar. Su hija, en cambio, se verá marcada por la herencia simbólica de sus padres, convertidos en héroes a pesar de ellos mismos. ¿Cómo vivir siendo hija de gente notable? Ése será siempre su dilema”.

"Cito aparte a Ray Bradbury y Ursula K. Le Guin porque, si bien es cierto que de todos he aprendido algo y han dejado en mí su marca, es el estilo y la voz de estos dos últimos lo que más me ha marcado.

La novela deriva en una auténtica odisea familiar: “Si bien lo que se narra es el final de un viaje de mil años, es el viaje personal de los protagonistas lo que cobra, para mí, la verdadera importancia: sus lazos familiares, la historia de sus padres y abuelos, de lo que hicieron bien y mal en un mundo pequeño, lejos de la Tierra, con el que sólo les une la tradición cultural. La ciencia ficción en ‘Takarabune’ es sólo el telón de fondo para contar una saga familiar con sus luces y sus sombras. Mi interés fundamental sigue siendo las vivencias puramente humanas de los protagonistas a lo largo de un arco que dura unos cincuenta años”.

Sabino Cabeza se inició como aprendiz de escritor desde muy pronto y se aficionó a rellenar cuadernos, tanto con dibujos como con textos. La ciencia ficción y la fantasía formaron parte de sus lecturas desde que cayó en sus manos ese primer libro de Julio Verne. “Aunque leo un poco de todo, reconozco que es en este marco donde soy capaz de explorar los límites de mi fantasía (que es bastante grande, creo)”, dice sin asomo de afectación.

“Mis influencias son muy diversas. Sería difícil escoger unos pocos autores, pero entre ellos citaría a Verne, Tolkien, Lord Dunsany, Isaac Asimov, Julian Herbert… Cito aparte a Ray Bradbury y Ursula K. Le Guin porque, si bien es cierto que de todos he aprendido algo y han dejado en mí su marca, es el estilo y la voz de estos dos últimos lo que más me ha marcado. Hace largos años que pasé la fase de imitarlos, por supuesto. No me tengo por un gran escritor, me tengo por un gran ‘imaginador’ que intenta ser riguroso en el uso de la lengua. Es la herramienta del escritor, y no concibo escribir sin cuidar ortografía y gramática”.

Sabino ante un cuadro de Teresa Roche en la Casa de Cultura de Quinto.
Sabino ante un cuadro de Teresa Roche en la Casa de Cultura de Quinto.
A. C./Heraldo.
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