Fallece Ursula K. Le Guin, autora de culto de fantasía y ciencia ficción

La creadora de la serie de novelas de 'Terramar' había sido reconocida por su capacidad para analizar la cultura real desde otros mundos.

Ursula K. Le Guin, la autora de los libros de Terramar, ha fallecido
Ursula K. Le Guin, la autora de los libros de Terramar, ha fallecido
Afp Photo

La muerte de Ursula K. Le Guin con 88 años (Berkeley, 21 de octubre de 1929 - 22 de enero de 2018) ha provocado la perdida en el mundo real para una de las grandes creadoras de mundos imaginarios. Ya no habrá más aproximaciones a la cultura desde mundos soñados, ya no habrá más novelas de 'Terramar' ni su pluma volverá a presentar ese amplio abanico que le permitió publicar 22 obras.

Reconocida en el mundo de la ciencia ficción y de la fantasía con los prestigiosos premios Nebula y Hugo, Le Guin se acercó al ser humano desde diferentes aspectos que le ofrecía la imaginación. Hija del reconocido antropólogo Alfred Krober, su interés por el ser humano la condujo a tratar de exponer sus dudas y sus ideas en sus escritos. Entre sus originales enfoques se encuentra 'La mano izquierda de la oscuridad', una novela que explota los tabúes e interrogantes del sexo a través de diferentes razas alienígenas. En su multipremiada 'Los desposeídos: una utopía ambigua' logró abrir el debate entre los lectores -no cerrado- sobre los sistemas políticos.

También el mundo de la ficción resultó prolífico para Le Guin con sus crónicas de Terramar. No obstante, su traslasción al cine en 'Cuentos de Terramar' (2006), la película de animación de Goro Miyazaki (hijo de Hayao Miyazaki) resultó fallida para la escritora porque sintió que su mensaje se había modificado para mal.

No obstante, la principal aportación de Le Guin fue su exploración del ser humano gracias a su interés por el taoísmo, sus inclinaciones anarquistas -que nutren sus ocho novelas del ciclo de los planetas de Ekumen- o sus reflexiones sobre la filosofía desde unos textos habitualmente escritos en primera persona y traducidos a más de 40 idiomas. Una docena de poeamarios, 13 libros infantiles y más de un centenar de relatos enriquecieron su aportación en forma de novela.

Se convirtió en una escritora de culto que llegó a miles de lectores porque su cuidado interés por la escritura logró alcanzar su deseado fin. "El mal uso del lenguaje es el modo en que los políticos y los publicistas lo hacen, para su beneficio, sin asumir la responsabilidad de los que significan las palabras. El uso de lenguaje para conseguir el poder o el dinero es algo malo: es mentir. El lenguaje empleado como un fin en sí mismo, recitar un poema o contar una historia es lo correcto, avanza hacia la verdad", aconsejaba la escritora.

"Los cuentacuentos y los poetas pasaron sus vidas aprendiendo ese oficio y el arte de usar bien sus palabras. Y sus palabras hacen que las almas de sus lectores sean más fuertes, más brillantes y más profundas", recordaba antes de fallecer la escritora que ayudó a crecer a sus lectores reales desde los mundos imaginados.

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