David Trueba: "El humorista Eugenio estaba destruido mucho antes de su éxito"

El cineasta estrena 'Saben aquell', película que recrea los años más luminosos de un cómico que no supo ahuyentar la tristeza

David Verdaguer y David Trueba durante el rodaje de 'Saben aquell'
David Verdaguer y David Trueba durante el rodaje de 'Saben aquell'
R. C.

A David Trueba no le agradan las películas que intentan recrear la vida de un personaje desde sus primeros balbuceos en la cuna hasta su muerte. Fiel a ese gusto, ha escogido la que quizás sea la etapa más luminosa de la vida de Eugenio, sus años como cantante al lado de su mujer, Conchita Alcaide, con quien formó el dúo 'Els dos', y el comienzo de su carrera como humorista. 'Saben aquell' es el título de la película que se estrena hoy en los cines y en la que David Trueba evita retratar la parte más atormentada de este personaje.

Para el reparto, Trueba ha escogido a David Verdaguer, que se mimetiza con el cómico, y Carolina Yuste, que da vida a su primera esposa, la mujer de un hombre profundamente triste.

¿Por qué se limitó a contar solo el primer tramo de la carrera de Eugenio, el que se refiere al comienzo de su carrera?

Porque no me gusta el 'biopic' como género. Cuando me plantearon el encargo, al principio lo rechacé; solo sé hacer películas de ficción, que escogen un fragmento esencial de una vida y la recrean. No me interesa nada la decadencia y autodestrucción de Eugenio. El personaje estaba destruido mucho antes de su éxito. Veo a Eugenio como a una persona que flota en una piscina. Mientras Conchita, su primera mujer, le sujeta, no se ahoga, pero en el momento en que ella desaparece se hunde.

Hace una elipsis de los aspectos más morbosos de la carrera del humorista, los referidos a la noche, el sexo y el alcohol.

Actuar y trabajar de noche es incompatible con la vida familiar, aun cuando tengas a una mujer muy paciente en casa. La vida de muchísimas personas del espectáculo es catastrófica por esa razón. Eugenio estaba sumido en el tabaco y el alcohol. Si pierdes ese vínculo con el hogar, quedas desarmado.

¿Cuál cree que fue la clave del éxito de Eugenio?

El saber inventarse un personaje cuyos rasgos eran muy cercanos a su personalidad, aunque él los extrema. Eugenio en los escenarios acentúa su timidez, su austeridad, exacerba el rictus serio y el acento catalán; prescinde del gesto y la risa y se pone unas gafas. ¿Qué ocurre? A la gente le gustaba incluso volver escuchar los chistes que ya conocía.

Sabía muy bien medir los tiempos y los silencios.

A David Verdaguer y a mí nos sorprendió muchísimo que si cambiabas una palabra del orden en un chiste, o simplemente la suprimías porque parecía reiterativa, el chiste ya no funcionaba. A David le gusta mucho decir que esta película transcurre en silencio. Y ese silencio resume toda la vida de Eugenio.

Eugenio era un gran humorista, pero un mal cantante.

Algún amigo mayor de Barcelona que les vio actuar en el pub Sausalito de Barcelona me contaba que cuando acababan una canción, él tomaba la palabra y la gente se callaba de inmediato para prestarle atención. Debía ser un poco demoledor para el dúo, porque claramente el humorista se fue comiendo todo.

Y ¿cómo se las apaña para que una película de un contador de chistes guste a los que los odian?

Si estamos cenando y alguien se pone a contar chistes, me amarga a la noche. Rafael Azcona siempre decía que el humor más hermoso es el que surge de una situación cotidiana. Y ese es el que yo he practicado toda mi vida, en mis libros y películas. En cambio, contar un chiste es como lanzar una flecha. Si da en la diana, bien; si no, es una catástrofe. Y eso genera mucha angustia al artista que se dedica a eso. Pero me encanta escuchar un buen chiste.

¿Pensó siempre en David Verdaguer y Carolina Yuste para encabezar el reparto?

Pensé en ellos cuando ya tenía el guion acabado. Para encarnar a Eugenio busqué a actores catalanes de una cierta edad y el nombre de David Verdaguer apareció muy rápido. Ya le había le había visto hacer cosas de comediante, sabía que tenía tempo y una voz profunda muy adecuada para el personaje. Imprime a su trabajo cierta neurosis cómica. Para Conchita buscaba a mujer una del sur que fuera cantante y ahí estaba Carolina, con un aspecto propio de los años 70. No es una belleza contemporánea, sino que tiene algo racial. Junté a los dos y eran completamente distintos, como Eugenio y Conchita.

Llama la atención que Eugenio, con tantas tablas, fuera tan inseguro antes de salir al escenario.

Pasa mucho. Unos vomitan y están atacados de los nervios; otros se toman una pastillita tranquilizante, a pesar de que pueden tener el auditorio lleno y entusiasmado.

¿Por qué ha rodado 'Saben aquel' en catalán?

Porque el entorno de Eugenio era muy catalán. Su padres hablaban en catalán con él y Eugenio se dirigía en catalán a sus hijos. Hasta Conchita, cuando llega a Barcelona desde Aracena (Huelva) con 17 años, canta en ese idioma, sin ningún acento.

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