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La banda zaragozana Rosin de Palo grita al mundo su inconformismo con el disco ‘Abloke’

El dúo edita un epé de cinco canciones que presentará el próximo 10 de noviembre en el Centro Musical Las Armas.

Samuel Azorín y Mario Vidal, alfa y omega de Rosin de Palo.
Samuel Azorín y Mario Vidal, alfa y omega de Rosin de Palo.
Laura Ramos

Rosin de Palo sigue siendo una feliz excepción en el ecosistema musical aragonés y nacional. La capacidad de los zaragozanos Samuel Azorín y Mario Vidal para captar la atención con un contrabajo y una batería parece inagotable. Su nueva propuesta es un epé de cinco canciones titulado ‘Abloke’, que defenderán en directo el próximo 10 de noviembre en el Centro Musical Las Armas y en otros ilustres destinos como San Sebastián, Pamplona, Logroño, Sevilla, Madrid o Málaga.

"Son cinco canciones, directas, con contrabajo y batería y en las que pasan muchas cosas. Tocamos muchos estilos y nos atrevemos con diferentes sonidos", explica Mario, el baterista.

El disco, coeditado por los sellos All Nighters y Analog Love, ofrece una edición en vinilo y esconde una historia de distancia con un final feliz. "Le tengo mucho cariño a este disco porque lo hemos creado mientras yo estaba estudiando en Bélgica y Mario en Zaragoza. De ahí el título, ‘Abloke’, que para nosotros significa hacer las cosas a una, con pitera. Venía yo de Gante, cogía el avión en Bruselas y, apenas llegaba a Zaragoza, nos metíamos en el estudio para hacer una canción en dos días", relata Samuel, el contrabajista.

En esta nueva incursión, el dúo vuelve a mezclar en la batidora géneros y sonidos con excelente gusto y sin un gramo de prejuicios. "Nos sentimos muy afortunados de hacer lo que hacemos siendo fieles a nuestro estilo. Somos conscientes de que nuestra música no encaja con los cánones del ‘playlist’. Que hayamos podido tocar en tantos sitios diferentes y que la gente conecte con nuestra propuesta es una maravilla", confiesa el dueño de las baquetas.

Lanzado el disco, ahora llega su parte favorita, el cara a cara con el público en los conciertos. "Una de las claves es cuando la gente nos ve en directo. Allí sintonizan más. Un disco te puede gustar más o menos, pero es en los conciertos donde se pone toda la carne en el asador y donde brotan los sentimientos y las emociones», apunta Samuel. Y Mario remacha: «Lo nuestro se basa en hacer lo que sentimos. Nos volvemos un poco locos buscando nuevos caminos".

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